El ombudsman Soberanes pide evitar "que los militares anden de gendarmes"
Investiga Sedena al comandante de la novena Zona Militar en Sinaloa
JAVIER VALDEZ, JESUS ARANDA Y VICTOR BALLINAS CORRESPONSAL Y REPORTEROS
Las investigaciones sobre los presuntos nexos entre el narcotráfico y miembros del Ejército alcanzaron al general de brigada José Enrique Ortega Iniestra, hasta ayer comandante de la novena Zona Militar, con sede en Culiacán, Sinaloa, quien fue removido y concentrado en la ciudad de México. Sin embargo, voceros oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) negaron, hasta la noche de ayer, el relevo del jefe militar.
En tanto, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos (CNDH), José Luis Soberanes, manifestó ayer que el país requiere "romper la inercia de los pasados 30 años en que se le ha dejado al Ejército la persecución de delitos, y para ello se deben fortalecer las instituciones policiacas, bien preparadas, bien capacitadas y con buena remuneración, y evitar que los militares anden de gendarmes". El om-budsman informó que los resultados de sus investigaciones indican que hay 50 detenidos, 48 están esperando que se defina su situación, "pero hay dos que no aparecen y estamos preguntando dónde están, dónde los tienen".
Trascendió en fuentes castrenses que el general Ortega Iniestra y el comandante del 65 batallón de infantería, Norberto Cortés, quedaron "a disposición" del alto mando en la capital del país. Es decir, ellos están en libertad y tienen que presentarse diariamente a las nueve de la mañana en la Dirección General de Personal, el primero, y en las instalaciones de Arma de Infantería, el segundo; seguramente serán citados a declarar por la Procuraduría General de Justicia Militar sobre la presunta protección que soldados del citado batallón daban a plantíos de drogas del cártel de Sinaloa.
Ortega Iniestra fue hasta hace unos meses director general de Armas de Fuego y Explosivos. En la administración pasada se desempeñó como director de Comunicación Social de la Sedena. En tanto, el coronel Cortés tenía poco tiempo de haber asumido su cargo de comandante del batallón, luego de estar adscrito a la agregaduría militar de México ante Washington.
Según fuentes consultadas, independientemente del resultado que arrojen las investigaciones se prevé que el general y el coronel "al menos" sean sancionados por omisión y faltas del personal a su cargo.
El ombudsman Soberanes, por su parte, insistió en que se viola la Constitución encomendándole a las fuerzas armadas tareas que no son de su competencia. "Quienes sostienen la tesis contraria, que lean el artículo 129 constitucional, en el que se establece que en tiempos de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar".
Empero, también hay quienes dicen que la Carta Magna faculta al Ejecutivo para disponer de las fuerzas armadas (artículo 89 constitucional), pero ese ordenamiento "lleva implícito un límite y un orden, de lo contrario se caería en el absurdo de suponer que el Presidente de la República puede disponer de los soldados para meterlos de meseros a una cadena de restaurantes".
Entrevistado, Soberanes señaló que las funciones de seguridad pública que realicen las fuerzas armadas deben corresponder invariablemente a lo que establecen las propias leyes mexicanas, las cuales prevén la participación del Ejército siempre en colaboración o auxilio de las autoridades civiles, pero nunca de manera unilateral e independiente".
Por otra parte, 48 soldados permanecen detenidos en el penal de Mazatlán, Sinaloa, entre ellos dos sargentos, quienes salieron positivos en el examen antidoping que se les practicó , además de que a algunos les encontraron dinero presumiblemente producto de sus nexos con el narcotráfico.Se detectó que personal vestido de civil y armado con fusiles de alto poder abandonó las instalaciones del 65 batallón en el transcurso de ayer; se presume que era personal de inteligencia militar.
En otro orden, miembros del 65 batallón que estuvieron aislados durante su arresto dijeron que vivieron "constante temor e incertidumbre", comentó un sargento primero.