Presentan libro de Claudia Gómez Haro
sobre series televisivas del escritor
''Mi opinión de poeta, de soñador, me
tranquiliza más'', decía Arreola
El juglar fue recibido en los hogares mexicanos con
simpatía y admiración Interés de la Fundación
Televisa por buscar los demás programas del autor de Confabulario
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
''Necesitaría ser un sabio para creer que se ha
ido a la Luna. Necesitaría ser un sabio peor para comprender y demostrarme
a mí mismo que la Tierra es redonda. En cambio, mi opinión
de poeta, de soñador, me tranquiliza más." Es Juan José
Arreola quien habló y lo hizo ante un público televisivo
mediante un programa en el que, durante varias semanas, mostró parte
de sus gustos, su visión de la vida, el amor, la mujer, la muerte,
sus autores favoritos. Ese programa se llamó Arreola y su mundo,
que es también el título del libro que Claudia Gómez
Haro presentó este miércoles en Casa Lamm.
En
Arreola y su mundo (CNCA-Alfaguara) Gómez Haro recupera parte
de los programas que se transmitieron por televisión privada y en
los que fue su interlocutora. La autora recuerda: ''Conocí a Arreola
a finales de los años 80 en un taller literario. Cablevisión
invitó al maestro y le propuso hacer un programa en el que le daba
la libertad total de hacer lo que quisiera durante el tiempo que quisiera.
Me invitó a ser su interlocutora porque no quería que le
pusieran a una conductora o un académico".
Se trataba de un programa semanal, en vivo; el primero
duró tres horas, pero después el escritor jalisciense lo
fue limitando hasta llegar a una hora; había retroalimentación
con el público por medio de llamadas telefónicas: los televidentes
hacían preguntas y Arreola respondía. Esta retroalimentación
también se dio cuando en las calles, en el cine o en cualquier lugar
las personas se acercaban, sin importar su condición social, trabajo
o nivel escolar, para comentarle al juglar que lo habían visto en
televisión.
El sabía muy bien que mediante ese medio electrónico
llegaba a un público diferente, no a sus lectores tradicionales
que conocían su obra, sino a otro público mayor y eso le
gustaba, agrega Gómez Haro. Se realizaron cerca de 119 programas,
de los cuales ella recuperó 50, que representan 200 horas de grabación.
Recuperar más conversaciones
Dice la autora que ''no había escritor más
ligado a su tono de voz que el maestro Arreola. Una voz que tenía
relación muy íntima con el ritmo y la cadencia de la palabra,
a lo que hay que sumar su capacidad histriónica".
Al respecto, Gómez Haro señala en la introducción
del libro: ''Tres dones hicieron triunfar al escritor ante las cámaras:
su talento de actor profesional, su vocación permanente de maestro,
ejercida desde su juventud, y por último su cultura y su fantasía
de escritor. Arreola fue recibido en los hogares mexicanos con una especie
de curiosidad, una mezcla de simpatía y admiración por un
hombre cuya imagen, voz y pensamiento eran radicalmente distintos a todos
los demás".
Gómez Haro precisa: ''Cuando hice el trabajo para
este libro recurrí a Orso Arreola para aclarar cosas que yo no sabía
si eran verdad o no, porque no quería mentir. Ahí llegamos
a la conclusión de que lo importante era cómo contaba las
cosas".
Los lectores atentos de Arreola y su mundo, manifiesta,
van a entrar a su ámbito espiritual, sus concepciones sobre la fe,
sus dificultades con ella, el bien y el mal.
Tras el homenaje nacional al autor de Confabulario
el pasado septiembre, hubo acercamientos con la Fundación Televisa
para buscar el resto de los programas, por lo que Gómez Haro no
descartó la posibilidad de realizar un nuevo tomo.
Falta recuperar las conversaciones con Tere Vale, Antonio
Alatorre y otras presentaciones en televisión, indicó Felipe
Garrido, titular de la Dirección General de Publicaciones del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, quien asistió a la presentación
además de Beatriz Espejo, René Avilés Fabila y el
actor Carlos Bracho, quien exhibe en Casa Lamm una serie de fotografías
que le hizo a Juan José Arreola.