Gracias a un autogol, Cruz Azul rescató
un punto
Gallos Blancos sorprendió a La Máquina
MARLENE SANTOS A.
La
suerte se vistió de azul y por eso La Máquina evitó
la derrota ante el Querétaro, al rescatar el empate a uno -gracias
a un autogol de Diego Capria- en la recta final del partido disputado ayer
en el estadio Azul, lo que le permite mantenerse como segundo lugar del
grupo tres.
Gallos Blancos sorprendió a los cementeros con
un planteamiento ofensivo, con Missael Espinoza, Everaldo Begines y Josemir
Lujambio como hombres de ataque, por lo que Cruz Azul tuvo dificultad para
irse al frente y tuvo que recurrir con frecuencia a los tiros de media
distancia de Miguel Zepeda.
Las aproximaciones se repartieron hacia ambas metas y
el juego hilvanó emociones hasta que, al minuto 35, Oscar Conejo
Pérez se confió ante un tiro de larga distancia y fue vencido
por potente cañonazo de Margarito González.
La acción derivó de una falta de Ricardo
Osorio sobre Missael, que cobró Margarito y el portero local ni
siquiera ordenó barrera defensiva. El esférico pasó
al alcance de Pérez, pero éste no midió bien la velocidad
y el esférico entró por su lado izquierdo.
Francisco Palencia pegó de gritos a sus compañeros,
tanto o más que el técnico José Luis Trejo, quien
enojado mandó a calentar a toda su gente de banca. Enseguida, Paco
reclamó un penal que el silbante Germán Arredondo no otorgó.
En el complemento, La Máquina se volcó al
ataque, pero de nuevo los disparos zumbaron cerca de la portería
defendida por Pedro Prieto, sin que ninguno entrara. El Querétaro
estuvo más atareado en su defensa; al minuto 49, Palencia estrelló
la pelota en el travesaño, en la jugada más próxima
al gol, que tuvo réplica en un tiro de Almir de Souza que milagrosamente
el Conejo Pérez desvió por detrás de su cuerpo
con la mano derecha.
Trejo agotó sus cambios, ingresó a Tomás
Campos, Marinho Ledezma y Mario Ortiz, sin lograr la anhelada anotación.