Un sistema que nació con estigmas
Desde su creación, en 1993, el Sistema Nacional de Creadores Artísticos, promovido en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, nació con el estigma de que se trataba de un mecanismo para coptar a los artistas y acallar la crítica.
Originalmente contó con un fondo de 25 millones de pesos y se aseguraba que no era "un sistema de beneficencia, sino de reconocimiento a la excelencia de una obra artística más allá de las condiciones económicas de cada autor".
El escritor Fernando del Paso, integrante entonces del Consejo Directivo del recién nacido SNCA, señalaba: "Es inevitable que algunas personas que no lo merecen sean favorecidas".
Paco Ignacio Taibo II puntualizaba: "La lógica del Estado mexicano es ofrecer para coptar. El estado tiene esa lógica castradora, todo lo que da lo cobra en favores. La iniciativa (la creación del SNCA) no es mala en sí, si es que se favorece a los creadores independientes".
Cristina García Cepeda, secretaria ejecutiva de ese mecanismo estatal de apoyo a la creación cultural, reconocía que faltaban muchos artistas por ser incluidos, ''pero no sobra ninguno. Tarde o temprano estará en el SNCA la gente con trayectoria que lo merece". Son palabras de hace 9 años.
En aquella época la asociación civil de Pensionados y Jubilados de Nivel Superior del Instituto Nacional de Bellas Artes calificaba de "lamentable" la asignación de becarios de la primera generación del SNCA. Lo consideraron "una burla", porque reconocía ''a aquellos cuyos factores financieros y sociales estaban satisfechos en demasía'' y no a los verdaderos creadores de arte, ''que están privados de cocteles y con un sueldo burocrático".
También se cuestionaba la poca representatividad de creadores en provincia, a lo que García Cepeda respondía que el sistema ''no surge para cumplir cuotas''.
Añadía que ''de ninguna manera el pertenecer al SNCA responde a un proyecto determinado'', y explicaba que ni los funcionarios ni las instituciones intervendrían en el proceso de selección de becarios: "son los propios artistas los que toman las decisiones de a quién y cómo otorgar los recursos". MONICA MATEOS-VEGA