Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 5 de noviembre de 2002
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ELECCIONES EN EU

La batalla por los votos se realiza con dinero y abogados, no con movimientos cívicos

Debates, ideas y proyectos están ausentes de los comicios de hoy

La mayoría se abstiene porque ya no distingue diferencias entre demócratas y republicanos

El partido de Bush mantendría el control de la Cámara de Representantes; el Senado, incógnita

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 4 de noviembre. ƑDónde están los temas de esta gran elección nacional? El balance del poder en ambas cámaras del Congreso está en su punto más precario en 50 años, la economía nacional está en serios problemas y el gobierno federal ha anunciado una guerra contra "el terrorismo" que reconoce podría no concluir durante "nuestras vidas", pero en este día de elecciones nacionales no hay un gran debate nacional de propuestas o una magna batalla de ideas y proyectos políticos.

Al parecer, no hay ni temas ni posiciones más allá de retórica genérica. Los dos partidos principales han fracasado en ofrecer visiones políticas claras sobre lo que harán si ganan las elecciones, registraron varias encuestas justo antes de los comicios que se celebran este martes.

Cautela

Pero "fracasar" tal vez no es la forma más precisa de caracterizar esto, ya que tal vez eso fue exactamente lo que se deseaba. Estrategas políticos de ambos partidos han buscado evitar que sus candidatos expresen desacuerdos de fondo o polarizar "demasiado" el debate político sobre temas claves como la política tributaria o la guerra contra Irak, prefiriendo cautela y no abrir "flancos" a sus contrincantes. Como resultado, las elecciones nacionales intermedias del martes se han reducido a un enfoque sobre una minoría de votantes, los "activistas" de ambos partidos y sus aliados que movilizarán a las bases con dinero y temor, y que realizarán la batalla electoral no con movimientos cívicos, sino con abogados.

Es esto en lo que se ha convertido el proceso electoral moderno de Estados Unidos, según una nueva investigación hecha por analistas políticos de la Universidad de Harvard. En su investigación El votante desvaneciente, el analista Thomas E. Patterson reporta que como resultado de estas tácticas electorales, apenas una ínfima mayoría de los ciudadanos con derecho al voto participaron en la más reciente elección presidencial y que sólo un tercio del padrón votó en los anteriores comicios intermedios. Pocos esperan que más de 33 por ciento del electorado estadunidense acuda a las urnas este martes.

bush_elections_iao El factor más importante que suprime la participación electoral es que la mayoría en este país ya no logra percibir una diferencia mayor entre los dos partidos principales, y opina que ya no importa tanto quién gane una elección. Menos de una persona de cada cuatro cree que el sistema bipartidista "funciona bastante bien", explicó Patterson en su investigación, cuyos resultados se basan en unas 80 mil entrevistas. O sea, los demócratas y los republicanos en verdad no están realizando campañas electorales con base en temas, y los ciudadanos lo saben.

Estas conclusiones fueron esencialmente corroboradas en encuestas de The New York Times publicadas el domingo. Ese sondeo encontró que tanto los demócratas como los republicanos han "fracasado en ofrecer una visión clara sobre como encabezarían al país". Aunque los demócratas han invertido decenas de millones en publicidad y sus líderes y candidatos no han cesado de ofrecer discursos por todo el territorio estadunidense, sólo un tercio de los encuestados en este sondeo opinó que ese partido contaba con "un plan claro" para el país. Y la mayoría tampoco contaba con una idea clara del proyecto nacional ofrecido por los republicanos.

El resultado es que un número reducido del electorado acudirá a las urnas este martes, y nadie espera grandes sorpresas. Las tendencias a 24 horas de la elección es que los republicanos probablemente mantendrán el control de la Cámara de Representantes, según análisis de The Washington Post y The New York Times, y nadie sabe qué ocurrirá en el Senado, donde los demócratas por el momento tienen la mayoría por apenas un voto.

En lugar de enfocarse sobre temas reales, los partidos se han concentrado sobre personalidades y la recaudación de fondos. Ya que los políticos que buscan su relección cuentan con enormes ventajas para permanecer en sus puestos dentro de este sistema electoral, de las 435 bancas en juego en la Cámara, sólo 40 están en duda en esta elección, y de los 34 de los 100 escaños en el Senado que se decidirán en las urnas este año, únicamente entre seis y nueve en verdad están en disputa.

El margen de diferencia entre los dos partidos en esta contienda es tan cerrado que mucho se decidirá por la tasa de participación del electorado. Por esto, los políticos salieron en semanas recientes a la caza de electores que decidirán los puestos en juego.

El presidente George W. Bush ha viajado por 15 estados en estos últimos tres días, mientras que el vicepresidente Dick Cheney no se queda atrás, promoviendo el voto para los candidatos republicanos.

El ex presidente Bill Clinton, así como el ex vicepresidente Al Gore y decenas de otras figuras demócratas también realizan intensas giras en estos pocos distritos y estados que serán decisivos para definir cuál partido obtiene el control de ambas cámaras del Congreso y de varias gubernaturas. Demócratas y republicanos, se calcula, invertirán más de 60 millones de dólares en estos esfuerzos para "conseguir el voto" y en publicidad de último momento.

Esta maratónica actividad tiene que ver con que el margen que dará el triunfo en esta contienda podría ser de unos pocos miles de votos, y la movilización por conseguir cada uno será la clave. De hecho, el clima podría influir e incluso determinar el resultado final, ya que si lloviera en algunos lugares se desalentaría la participación de algunos cuantos votantes.

Pero los partidos no sólo dependen de los votantes. Ambos recuerdan bien que la anterior elección presidencial fue decidida al final por abogados y jueces, no por electores. Como resultado, ambos partidos ya han contratado abogados en las contiendas claves con el objetivo de que estén listos para presentar quejas y disputas legales sobre el proceso electoral ese mismo día.

La profesionalización de la clase política también ha nutrido el desencanto entre el electorado en un país donde de por sí la tasa de participación en comicios es más baja que en la mayoría de las naciones del mundo industrializado.

Con tanto esfuerzo democrático en manos de profesionales expertos en relaciones públicas, publicidad, manejo de imagen, abogados y estrategas expertos en el cabildeo y negociación entre la elite económica y política del país, la idea de que cada ciudadano es el actor esencial en una democracia se ha desvanecido con cada elección en tiempos recientes.

Sumado a esto, a pesar de que en países europeos y otros el proceso de empadronamiento es simple y fácil e incluso puede realizarse el mismo día de la votación, y de que ésta en muchos lugares se realiza en fines de semana para permitir una mayor participación ciudadana, aquí el trámite de empadronamiento debe realizarse meses antes de una elección, mientras que los comicios se siguen celebrando en días laborales.

En tal situación, es difícil evitar la conclusión de que al parecer para una buena parte de la clase política de este país es preferible que la gente simplemente no se tome la molestia de votar.

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