Lluvia roja, el primer gran momento de
la noche del domingo para los 10 mil cautivos
Velada de embrujo musical, con Peter Gabriel en el
Auditorio
Adentro de una esfera gigante, el artista recorrió
el escenario y cantó y bailó Growing up
En su versión en vivo de Up sí
lo acompañó una voz femenina: la de su hija Melanie
JORGE CABALLERO
Cualquier cantidad de sonidos experimentales, texturas
musicales, del blanco hasta el azul, y atmósferas luminosas fueron
conjuradas/ejecutadas por Peter Gabriel y sus músicos en el elegante
concierto, primero que ofreció en el Auditorio Nacional y con el
cual inició la gira Growing Up. Una velada subyugante, un
recital sin desperdicio que no tuvo nada qué ver con la estridencia
rocanrolera, terreno fértil para el refinamiento estrictamente musical,
a lo largo de dos horas.
Con
su pinta de chamán posmoderno Peter Gabriel invocó música
por todos los poros de su epidermis y embrujó, desde el primer minuto,
a los 10 mil cautivos convocados en el Auditorio Nacional. Cuando se lo
permitió la ensordecedora ovación con la que se le recibió
y al término de Darkness, la canción inicial, Gabriel
habló: "Tocaremos algunas nuevas canciones, pero también
viejitas. Esta es viejita, se llama Lluvia roja, Red rain".
Fue el primer gran momento de la noche.
Luego, ya con el espíritu hermanado, Gabriel volvió
a hablar: "Algunas veces entre dos personas existe un mundo secreto, secret
world".
Las expresiones de júbilo del público quedaron
condensadas en el calificativo de una delgada fémina pálida:
"¡Es que es bien chingón!"; los otros acompañan con
las palmas. Gabriel comienza a bailar, da vueltas, con movimientos marcados
lo secundan sus músicos, llena el escenario. "In yuraís",
pide una voz proveniente del primer piso del inmueble; suena My head
sounds like that, los sonidos provienen de un lugar más allá
del escenario, de un sitio iniciático/primario/ontológico.
Después Peter Gabriel hace una confesión:
"Toco mi música con increíbles simios". Al escuchar la risa
del público agrega: "Es verdad, eso me inspiró para hacer
esta canción, Animal nation"; música contenida, música
explosiva, música experimental se hace presente. Gabriel convierte
el escenario en un hábitat animal: camina con los hombros caídos,
con movimientos simiescos. Los sonidos ayudan al concepto y viran a lo
tribal. El performance/deconstrucción animal escénica
es complementado con los demás músicos. El concierto está
en su nivel más brutal, mejor imposible. Gabriel agradece: "Gracias
a todos" y suelta Sky blue.
A diferencia del disco en estudio, aquí, en las
canciones en directo de Up, sí lo acompaña una voz
femenina, su hija Melanie Gabriel; Davis Rodhes, en la guitarra, Richard
Evans, multinstrumentista; Tony Levin, en el bajo, y en el teclado Rachel
Z, quien acompaña por primera vez a Gabriel.
"La Luna tiene influencia en las olas, en la menstruación
y en el comportamiento humano. Esta canción habla de la influencia
que no se reconoce, More than this"; dice Gabriel. A este tema le
sigue Mercy street, para después abandonar el escenario...
todos están expectantes. De pronto aparece dentro de una esfera
de plástico, dentro de la que salta... baila dentro de ella; recorre
el escenario y, también dentro de la esfera, interpreta Growing
up; es un niño que se divierte haciendo música y una
fina parafernalia. El público no pudo contener tanta maravilla y
se paró a bailar.
El concierto no bajó de un nivel apocalíptico,
decir más sería no hacerle justicia a lo que realmente fue
el colofón del concierto. La despedida fue de pie y con palmas por
unos cinco minutos.