Galardón en literatura y lingüística
a Elena Poniatowska y Luisa Josefina Hernández
Otorgan el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Filosofía
a Sánchez Vázquez
Por segunda ocasión entregan distinción
a fotógrafo; reconocimiento a Héctor García
PABLO ESPINOSA Y ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La escritora Elena Poniatowska y la dramaturga Luisa Josefina
Hernández han sido distinguidas con el Premio Nacional de Literatura
y Lingüística 2002 que otorga el gobierno federal desde hace
más de 50 años. En el rubro de Historia, Ciencias Sociales
y Filosofía el reconocimiento es para el filósofo Adolfo
Sánchez Vázquez, y en el área de Bellas Artes el galardón
es para el fotógrafo Héctor García.
En Ciencias Físico Matemáticas y Naturales
los premiados son Luis Fernando de la Peña Auerbachs, Luis Rafael
Herrera Estrella y Ricardo Jorge Tapia Ibargüengoitya, y en Artes
y Tradiciones Populares la distinción la compartirán los
artesanos Erasmo Palma Fernández, Ramón Mata Torres y Juan
Ribera García.
Nacida en París en 1933 y naturalizada mexicana
en 1968, Poniatowska es considerada una de las escritoras vivas más
importantes de México, autora de una vasta obra literaria y periodística,
entre la que destacan títulos como La noche de Tlatelolco, Fuerte
es el silencio, Tinísima, Hasta no verte Jesús
mío y La piel del cielo, que le valió el Premio
Alfaguara de Novela 2001.
Entrevistada a propósito de su 70 aniversario,
cumplido el 19 de mayo de este año, Poniatowska habló de
su relación con la literatura y el periodismo: "he tratado de hacer
ambas cosas. En la veta periodística hay gran crueldad, pero también
hay que forzarse; te obligas a hacer las cosas, lo cual te ayuda a adquirir
disciplina. No estás esperando a ver a qué hora se te aparece
el ángel salvador. El periodismo es una gran escuela". Se decía
también una mujer llena de preguntas a la que le falta escribir
una novela de la cual pudiera decir: "Aquí está todo".
Entre otros galardones, Poniatowska ha obtenido el Premio
Nacional de Periodismo (1978) en el género de entrevista; el Premio
Mazatlán de Literatura, y el Premio de Periodismo Manuel Buendía
1987.
Luisa Josefina Hernández nació en la ciudad
de México en 1928, es maestra en letras inglesas por la UNAM, hizo
estudios de arte dramático en la Universidad de Columbia (Nueva
York) y fue becaria del Centro Mexicano de Escritores en 1953. Traductora
de Brecht, Zweig, Miller y Shakespeare, es autora de obras teatrales como
Los
sordomudos, La corona del ángel, La llave del cielo,
La
botica modelo, Los frutos caídos, Carta de navegaciones submarinas
y La cabalgata, entre muchas otras. Ganó el Premio Magda
Donato en 1971 y el Xavier Villaurrutia en 1982.
El filósofo Adolfo Sánchez Vázquez
nació en España en 1915 y formó parte del grupo de
exiliados republicanos que llegaron a México en 1939. Doctor en
filosofía por la UNAM, donde es profesor y coordinador del Colegio
de Filosofía, también es poeta. Es autor de los libros El
pulso ardiendo (poesía), Las ideas estéticas de Marx,
Filosofía
de la praxis, Rousseau en México,
Estética
y marxismo y Del socialismo científico al socialismo utópico.
Es Premio de Investigación de la UNAM (1985) y doctor honoris
causa por la Universidad Autónoma de Puebla.
Por su parte, el fotógrafo Héctor García
manifestó ayer mismo su beneplácito al conocer la noticia:
"en los más de 50 años de la existencia del Premio Nacional
de las Artes solamente lo habían otorgado a un fotógrafo:
Manuel Alvarez Bravo. Ahora que mi maestro se fue de viaje por el universo
detrás de la luz eterna, el hecho de que me otorguen este premio
significa una ratificación del arte de la fotografía en México,
la consolidación de toda una escuela de la fotografía mexicana
y de un movimiento artístico que se remonta a décadas".
Feliz, rodeado de su vasto archivo de negativos que documentan
buena parte de la historia cultural de México, el alumno de Manuel
Alvarez Bravo (quien falleció recientemente) se remonta a su infancia,
a su ingreso a la correccional, a la escuela de la calle, al Politécnico
y a la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas, "donde fueron
mis maestros Manuel Alvarez Bravo y Gabriel Figueroa, y mi compañero
de banca fue Nacho López. Ahí recibí los conocimientos,
la lógica de continuidad de un vasto movimiento estético
hermanado al arte posrevolucionario, a la escuela mexicana de pintura,
al muralismo, a Eduard Weston y Tina Modotti. Al marcharse ella, por cierto,
le dejó su cámara a Manuel Alvarez Bravo, quien fue uno de
mis mentores durante mi periodo como académico. Pero el cine no
me satisfizo, yo elegí la fotografía de la realidad, que
es el fotoperiodismo".