El grupo reunió a 10 mil personas en
el primero de sus dos conciertos
Recorrido acústico-eléctrico de Jaguares
por 14 años de historia
CHAVA ROCK ESPECIAL
No fue un concierto más. La noche del viernes acogió
a una manada de roqueros que poco a poco poblaron el Auditorio Nacional
de esta ciudad. Hileras de clones formaban la fila para entrar, todos se
parecen, se visten de negro y en sus playeras se leen los logos de Jaguares,
de Caifanes, de Saúl; se saben todas las canciones y dentro de su
ser llevan un jaguar.
Aún no han ingresado todos al recinto, y ya El
Chato entona Quisiera ser alcohol, rola sentida y etílica
que el espigado cantante toca sólo con su guitarra. De entrada ya
es un espectáculo distinto. Ahora Jaguares armó una presentación
dividida en dos episodios, una primera parte acústica y el segundo
acto más eléctrico. Conceptos pobres que se dan en el mundillo
rocanrolero, pues la verdad es que esta música es tanto acústica
como eléctrica.
En
Nubes cada músico toma su posición: Saúl en
medio de la batería de Alfonso André y las percusiones de
Leonardo Muñoz; Vampiro a su lado; al frente, como alfiles del tablero,
se colocan los eurytmhicos Chucho Merchán al bajo y contrabajo,
y Jimmy Z en sax, maracas, flauta y armónica.
Diez mil Saúlas/es entonan a una sola voz
Detrás de los cerros, Perdí mi ojo de venado, Viento.
Saúl hace una escala política, dedica Imagíname
a Digna Ochoa, Lucio Cabañas, Emiliano Zapata. "Hay que hacer algo,
raza, para que cuando estemos muertos, la muerte nos reciba con los brazos
abiertos". Empiezan los choros de Saúl, que en miles de fans
cobran sentido de unidad. Aplauden todo y gritan en cada tema. "El enemigo
de un mexicano es otro mexicano", reflexiona el cantante, mientras que
entonces sus dos amigos Chucho Merchán y Jimmy Z (ambos extranjeros)
entonan Arriésgate, tema nuevo que se incluye en el más
reciente y acústico álbum de Jaguares, Primer instinto.
Las dos enormes pantallas colocadas a los lados del escenario
nos acercan más a los músicos. Así se ve claramente
la emoción de Saúl al compartir con la banda el comentario
que le hiciera David Hidalgo (de Los Lobos, quien participó en un
tema del nuevo disco) respecto al tema La Llorona, en el sentido
de que la rola era el primer blues mexicano que escuchaba. Obviamente el
buen Hidalgo no conoce a Real de Catorce ni a Follaje, por citar dos ejemplos.
Jaguares crece y se transforma, Merchán y Leonardo
Muñoz están bien compactados con el trío jaguaresco,
el sax, la flauta y la armónica de Jimmy Z no sólo adornan
las rolas, sino que les dan otra dimensión; así llegan una
tras otra Antes de que nos olviden, No importa, Contigo, Parpadea, Miedo,
La vida no es igual, No dejes que y, el clásico, La célula
que explota.
Arrabal roquero
Casi una hora de concierto ha transcurrido y aparece el
invitado especial: La Internacional Sonora Santanera, o lo que queda de
ella. De inmediato se escuchan los inconfundibles metales de esta popular
agrupación que es recibida en medio de ensordecedores aplausos.
Como tú le da el sabor cabaretero/arrabalero a la noche,
así se siente y los diez mil asistentes piden otra y otra y otra...
así desfilan Luces de Nueva York, La boa y Bómboro
quiñá quiñá. Aunque hay algunos que todavía
claman otra, el arrabal de esta lluviosa noche es roquero. Jaguares y Santaneros
se marchan.
El regreso es incesante. Abren el segundo acto con el
cover a Juan Gabriel, Te lo pido por favor. De inmediato
la gente corea otra vez todo, Chucho gira sobre el escenario; Vampiro se
comporta más serio tras sus seis cuerdas; Alfonso y Leonardo comparten
percusiones, Jimmy combina su fino sax con la armónica, ha dejado
ya la flauta. Saúl recorre todo el escenario tocando su guitarra
y en cada movimiento provoca los ya tradicionales gritos femeninos.
Jaguares-Caifanes revive viejas glorias: Nunca te doblarás,
El negro cósmico, Aviéntame. Como es costumbre, Saúl
alude a la situación política del país. En esta ocasión
concluye que en México la libertad de expresión no existe,
y refiere que un indicador de ello es que el programa televisivo Círculo
rojo, ideado por los periodistas Javier Solórzano y Carmen Aristegui,
ya no esté al aire; obviamente Hernández no está al
tanto de que el programa salió del aire porque el contrato entre
Grupo Imagen y Grupo Televisa concluyó y no se refrendó por
los problemas que los periodistas tuvieron con su otrora jefe Pedro Ferriz
de Con.
''Se solicita la presencia de Alejandro Marcovich...''
André abandona por un momento la bataca para cantar
al lado de Saúl las primeras estrofas de Miércoles de
ceniza; una anónima voz grita: "Se solicita la presencia de
Alejandro Marcovich para que suene bien la rola". El final está
cerca y después de Afuera se da el primer encore.
Dime jaguar marca el retorno. Como es común cuando llega
la rola Cuéntame tu vida, Saúl simula inhalar algo
por sus fosas nasales: No sé cuanto tiempo llevo hundido aquí
/ ya no sé ni cómo usar mis pies. / Ya no sé qué
es lo que corre por mis venas, / todo el cuerpo se me entume (snif, snif)
al inhalar. La misma voz de la sección de prensa ahora menciona:
"Se solicita la presencia de Charly García para que lo haga de verdad
sobre el escenario o la de Manu Chao"; en referencia al argentino, quien
el fin de semana pasado en pleno concierto no simuló meterse algo
por la nariz, y al clandestino, quien durante su presentación
en el teatro Metropólitan aceptó el cigarro de mariguana
que un seguidor le invitó.
Finalmente, después de casi dos horas de concierto
tocan la del estribo, Voy a volar. Cerró así una de
las mejores noches de Jaguares, grupo en teoría sumamente extraño.
Se formó apenas hace seis años (pues antes fue Caifanes durante
casi 8 años), ha tenido tres cambios notorios de músicos,
ha grabado cuatro álbumes: dos en estudio, otro doble (en estudio
y en directo) y uno acústico (sólo le falta uno de éxitos
y el de rarezas). Es el grupo mexicano con más clubes de fans, incluso
existe uno en España (aunque dice su presidenta que por el momento
sólo tiene cinco afiliados). Es la banda que más discos en
vivo piratas tiene en el mercado. El grupo que más veces ha estado
nominado al Grammy Latino y que siempre asiste a las entregas aunque nunca
ha ganado este trofeo. No obstante, Jaguares sigue siendo uno de los grupos
más populares de rock en México y parece que lo seguirá
siendo por otro buen rato, por fortuna.
"Dios los bendiga. Gracias, raza", fue lo último
que dijo El Jaguar Mayor en el primero de los dos conciertos que ofreció
en el Auditorio Nacional.