Agrede la integridad de los comunicadores, afirma Netzahualcóyotl de la Vega
La actitud de la PGR es persecutoria y fascista
FABIOLA MARTINEZ
La presión ejercida por la Procuraduría General de la República para que seis periodistas de La Jornada revelen sus fuentes de información, "denota falta de profesionalidad, afán persecutorio y una actitud fascista de la PGR", manifestó el senador Netzahualcóyotl de la Vega.
El también dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radiodifusión, Televisión y Similares, y secretario de Comunicación Social de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), dijo que la PGR incurre en un ataque "a la integridad" de los comunicadores y de los derechos humanos de terceros.
"Ellos (los funcionarios de la PGR) quisieran tener informadores gratuitos, similar a la discutible figura de los testigos protegidos", expresó.
Acerca de los citatorios girados a reporteros de La Jornada que han difundido información sobre el llamado Pemexgate, dijo que es lógico y legal que los periodistas tengan sus propias fuentes de información y cuiden la secrecía de las mismas.
Es decir, comentó, "šya me imagino a un periodista que consigue una información, la publica y enseguida va a filtrarla a la PGR para que ésta avance en una denuncia!"
Para De la Vega, presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, el argumento de la PGR -en el sentido de que los periodistas tienen obligación de colaborar con la autoridad- "es un supuesto muy subjetivo", porque entonces, agregó, esto termina en una labor persecutoria por parte de la PGR, un afán por tratar de encontrar culpables en todas las acciones y perseguir elementos para justificar su presencia.
"Y podría pensarse que es una actitud fascista, de tratar de meterse en toda clase de vidas, profesiones y acciones en ánimo de configurar ilícitos... En el gobierno actual están tratando de inaugurar un capítulo nuevo de represión", aseveró.
De la Vega señaló que la protección a un derecho como la libertad de expresión no significa inmunidad para que el periodista evada responsabilidades, sino un ejercicio legítimo consagrado en leyes nacionales y convenios internacionales.