Solidaridad con reporteros
Estimada Carmen: Te ruego insertes en El Correo
Ilustrado la presente carta:
Ante el acoso sistemático que la PGR ha venido
cometiendo en contra de reporteros de esta casa editorial, elevo mi más
enérgica protesta condenando estas actitudes nefastas, propias de
gobiernos retrógradas y fascistas.
La Jornada ha significado un espacio de libertad
desde su fundación y no vamos a permitir que se atropelle esa conquista
ganada a pulso.
Reciban nuestra solidaridad; estamos con ustedes.
Diputado Félix Salgado Macedonio (Guerrero)
Comentan artículo
sobre el caso María Claudia García
Señora directora: Le solicitamos de la manera
más atenta publicar en El Correo Ilustrado las siguientes consideraciones
respecto al artículo "El caso María Claudia García",
de Marco Antonio Campos (La Jornada Semanal, 10 de noviembre)
1) Como es de conocimiento público, María
Claudia García fue secuestrada en Buenos Aires y trasladada ilegalmente
a Uruguay en 1976. Allí desapareció luego de dar a luz a
una niña. En el año 2000, la hija fue localizada en Montevideo.
2) Según el artículo, los militares uruguayos
fueron "palomas mensajeras de la paz" en comparación con sus congéneres
argentinos y chilenos. Como todas las fuerzas armadas que participaron
en la Operación Cóndor, las de Uruguay fueron ejecutoras
de una represión despiadada contra los opositores políticos
y, en muchos casos, hasta de sus allegados, familiares o amigos, y aun
de los abogados defensores. En todo caso hay que decir enfáticamente
que no se trata de comparar los 30 mil desaparecidos argentinos con los
176 uruguayos, porque no se está concursando por el premio mayor
del horror sino que esas cifras sólo verifican diferentes estilos
del accionar represivo. En este sentido vale la pena señalarle al
autor, y a los lectores que quizás no conozcan la realidad uruguaya
de los años 70, que los militares aplicaron el terror de Estado,
la represión generalizada, la tortura sistemática y, también,
la desaparición y la muerte. En materia represiva, Uruguay se caracterizó
por una estrategia que le valió la denominación de la "cárcel
más grande del mundo". Según el informe de SERPAJ, Uruguay
fue "la nación que tuvo el mayor número de presos políticos
en relación con su población" entre 1972 y 1985. Hubo "aproximadamente
31 presos políticos cada 10 mil habitantes" y se informa también
que la gran mayoría fue torturada. El caso de María Claudia
García forma parte de ese accionar represivo que nada tiene de portador
de la paz.
3) En la cabeza del artículo, que probablemente
no corresponda al puño y letra de su autor, se dice que "los uruguayos,
hundidos en la hipocresía, no han querido profundizar en las investigaciones..."
A esta altura de la historia endilgar conductas según nacionalidad,
raza, credo, preferencia sexual u otra categoría genérica
resulta discriminatorio y nos regresa a los tiempos del desprecio y del
horror. Le recordamos a los lectores que en abril de 1989 se plebiscitó
la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado aprobada
por el Parlamento uruguayo en diciembre de 1986. El resultado significó,
en la práctica, no revisar los crímenes cometidos durante
la dictadura por militares y policías. Si bien 43 por ciento de
los uruguayos manifestó su voluntad de derogar la ley, 57 por ciento
la ratificó. Este resultado no fue ajeno a la amenazante campaña
desplegada por el presidente Sanguinetti, en el sentido de que "derogar
la ley de caducidad es regresar a los tiempos de los cuarteles". El reciente
proceso judicial que terminó con la prisión del canciller
de la dictadura, Juan Carlos Blanco, da cuenta de que la lucha contra la
impunidad ha continuado.
4) No exhibimos en estas líneas, por razones de
espacio, errores contenidos en el texto y relativos tanto a responsabilidades
de personas como a hechos históricos. Los cuestionamientos importantes
están expuestos en los puntos anteriores.
Una vez más demandamos al gobierno uruguayo que
se esclarezca el destino final de María Claudia García y
de todos los casos de detenidos desaparecidos.
Atentamente
Silvia Dutrénit, Carlos Palleiro, Ana Buriano,
Rubén Montedónico, José Luis Detta, Iván Altesor,
Alfredo Rajo y varias firmas más
Trabajadores de Ferrosur exponen abusos
Señora directora: Solicitamos la oportunidad
de expresarnos a través de este medio, ya que no percibimos salario
alguno, por los motivos que aquí exponemos, y por lo que también
le damos esta molestia al señor Carlos Slim, quien sabemos es dueño
de Ferrosur, SA de CV.
Los suscritos somos trabajadores trenistas de la empresa
Ferrosur y miembros del STFRM, sección 20. Hoy estamos en calidad
de despedidos injustificadamente, con salarios retenidos (que ya habíamos
devengado), debido a las múltiples irregularidades que los administradores
han cometido desde que esta empresa abrió, obligándonos incluso
a desempeñar trabajos que aún no han sido contratados y,
al negarnos por razones de seguridad, obtuvimos la situación en
la que hoy estamos. Además nos denunciaron ante la PGR; es decir,
los administradores pretenden obligarnos a violar nuestro contrato colectivo,
reglamento interior de trabajo y hasta el propio reglamento interior de
transporte que ellos mismos nos entregaron y que se encuentra registrado
ante la SCT.
En cambio, cuando nosotros necesitamos una pila para nuestro
radiolocalizador la tenemos que comprar, ya que la empresa no ha cumplido,
entre muchas cosas, con el artículo 3 del reglamento interior de
trabajo, ni con el 45 del mismo, que trata de descansos; ni sanitarios
tenemos, pero eso sí, se burlan de nosotros hablándonos de
ISO 9000.
Cuando el secretario de esta sección 20, Carlos
M. López Arenas, a quien los trabajadores elegimos con nuestro voto,
solicitó el cumplimiento del contrato colectivo y los reglamentos,
los administradores lo calificaron de negativo y le retuvieron el salario
por segunda ocasión en este año, esta vez desde septiembre.
No estamos en contra de la modernización; estamos
conscientes de que toda empresa es negocio y como tal necesitamos producir
para obtener ganancias, esto nos queda claro, pero tampoco se vale tanto
abuso que cometen los administradores para justificar los puestos que hoy
ostentan, actuando en contra de la conocida labor altruista de Carlos Slim.
Ojalá el señor Slim nos permitiera su tiempo
y disposición para conocernos más a fondo y entonces confirmar
lo que decimos.
Responsables: Enrique Moreno Fernández y José
Antonio Hernández Casas, conductores de trenes, y Rafael Zaragoza
Arellano, maquinista de camino