La marea negra procedente del Prestige llegó a las islas Ons, Cíes y Sálvora
Desastre ecológico y socioeconómico en toda la zona costera de Galicia
Afectadas, miles de familias y 164 playas; turismo, pesca y gastronomía, paralizados
Alerta en Francia y Portugal; detectan manchas cerca de Gijón, Santander y Bayona
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 4 de diciembre. El desastre ecológico y socioeconómico se consumó hoy en Galicia ante la "impotencia" e indignación de las miles de familias afectadas y de asociaciones ecologistas, que desde hace una semana mantienen la lucha contra la catástrofe, en solitario, con métodos rudimentarios y con apenas apoyo público.
La marea negra procedente del buque petrolero Prestige, que se hundió hace tres semanas con 77 mil toneladas de hidrocarburo, afecta ya a toda la costa gallega y las islas Ons, Cíes y Sálvora -donde ha sido prohibida la pesca y la recolección de mariscos-, al tiempo que se han detectado sendas manchas de vertido tóxico cerca de Gijón (Asturias), Santander (Cantabria) y Bayona (en el País Vasco francés).
Mientras el gobierno español, del conservador José María Aznar, niega que se haya producido descoordinación en las labores de limpieza, los gobiernos portugués y francés decretaron la alerta máxima ante la hipotética llegada de petróleo a sus costas.
La totalidad de las costas gallegas -desde Cedeira hasta la frontera con Portugal, incluidas las islas Ons, Cíes y Sálvora- se han teñido de negro. El panorama es desolador: la economía local, basada en la pesca, el turismo y la gastronomía, está paralizada; más de 600 kilómetros de costa y 164 playas están afectados por el vertido; el ecosistema está severamente dañado y se acumulan las aves migratorias ennegrecidas en los improvisados centros de rescate.
La marea negra amenaza el parque nacional de las Islas Atlánticas, una reserva natural de enorme importancia en la región. Todo esto hace temer a los pobladores un nuevo éxodo de marineros gallegos.
Las cofradías y agrupaciones de pescadores y marisqueros gallegos, apoyados por organizaciones no gubernamentales y miles de ciudadanos que se han ofrecido como voluntarios, han luchado los pasados dos días contra la marea negra. Sobre todo en la zona de las Rías Baixas, donde más más de 5 mil marineros se han hecho a la mar en mil barcos mejilloneros y lanchas de percebeiros para intentar evitar que el combustible afecte el considerado más importante banco de mariscos de Europa y el más "productivo del mundo".
El gobierno español, que hasta hace dos días sostenía que el desastre estaba controlado y que era muy "poco probable" que la mancha afectara a las rías de Vigo y Pontevedra, ha recibido severas críticas por desatender las reiteradas peticiones de auxilio, lanzadas desde hace 15 días por los marineros gallegos.
Las tareas de limpieza, hasta ahora financiadas por los pescadores, se han centrado en evitar que la marea negra afecte los 700 parques de cultivo de moluscos, caladeros y granjas marinos, que significan el modo de vida de más de 30 mil familias. Han puesto en marcha un dispositivo improvisado, sin las mínimas medidas de protección sanitaria, con escasa información sobre el grado de toxicidad del producto y con el reclamo indignado de que el gobierno central y autonómico han dado la espalda a los pescadores.
En puertos como O Grove, por ejemplo, mujeres y hombres del pueblo se han volcado en las labores, dividiéndose las funciones: ellas tejían una barrera en la playa con fibras textiles que absorbían el hidrocarburo, mientras ellos vaciaban de sus barcos a unos contenedores, que antes servían de depuradores de los mejillones, el chapopote que han extraído de altamar. Otros iban por las calles de los pueblos cercanos solicitando voluntarios por medio de un altavoz; llamado al que se sumaron más de 5 mil personas que se sintieron "impotentes" al carecer de los medios básicos para hacer frente al desastre.
Por el momento, el ejército español anunció su apoyo logístico, con la dotación de 3 mil 500 colchones, 3 mil 500 almohadas y 700 mantas destinadas a los miles de voluntarios que se trasladarán este fin de semana a Galicia desde todos los puntos del país. Mientras, después de visitar por primera vez la región afectada, el ministro de Medio Ambiente español, Jaime Matas, confirmó que "efectivamente el petróleo cubre toda la zona de las Rías Baixas", al tiempo que negó que haya escasez de medios en los pueblos gallegos amenazados.
La vocera de Greenpeace en España, Sara del Río, advirtió sobre la latente "peligrosidad" del vertido tóxico, ya que un análisis realizado a una muestra del petróleo confirmó la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) pesados, los más tóxicos y potenciales cancerígenos, como el benzo(a)pireno, benzofluorantenos e indeno(1,2,3-cd)pireno. "La peligrosidad del hidrocarburo es patente, hay sustancias con una altísima toxicidad que no deben ser obviadas ni ocultadas a la población, sólo de esta forma se podrán tomar las medidas adecuadas que impidan que la catástrofe sea mayor", explicó la especialista.