Pedro Castro halló un documento sobre
el tema preparado por Antonio Díaz Soto y Gama
''El país ha cambiado; no así el origen
de los conflictos agrarios"
El texto, de gran valor para conocer y entender la problemática
campesina mexicana desde la conquista hasta principios de siglo XX, indica
el historiador Permaneció inédito casi 60 años
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Un documento de gran valor para conocer y entender la
problemática campesina mexicana desde la conquista hasta el primer
tercio del siglo XX -que permaneció inédito durante casi
60 años- acaba de ser publicado por Ediciones Era. Se trata de Historia
del agrarismo en México, de Antonio Díaz Soto y Gama
(San Luis Potosí, 1880-DF, 1967). El hallazgo fue hecho por el historiador
Pedro Castro, quien en entrevista explica que se trata de una extensa y
puntual relación del origen y desarrollo de la propiedad de la tierra
en México, la cual, al mismo tiempo, ofrece claves para la comprensión
de los conflictos agrarios del presente.
Pedro Castro encontró el escrito a finales de
1999, mientras buscaba información sobre Alvaro Obregón,
de cuya amplia confianza disfrutó Soto y Gama. Castro fue consciente
desde un principio de la trascendencia del hallazgo: ''Escrito en el mejor
estilo de su autor -era la obra de su vida-, me deslumbraron la pasión
con que fue redactado, la fuerza de los argumentos, la pulcritud de sus
expresiones".
El trabajo fue encargado a Soto y Gama en 1941 por Octavio
Véjar, secretario de Educación Pública en la presidencia
de Manuel Avila Camacho, al parecer con la intención de acallar
sus posturas críticas hacia el gobierno. En el libro, Castro se
hace cargo del prólogo y de un estudio biográfico del autor.
-¿En qué radica la importancia del documento?
-Habla del origen y desarrollo de la propiedad de la tierra
en México y de los conflictos que resultaron a lo largo de ese desarrollo.
Habla del despojo hacia los indígenas campesinos y de la manera
en que se fueron formando las grandes propiedades que finalmente entraron
en un proceso de contradicción para dar lugar, desde luego, a todos
los cambios que tuvieron lugar con la Revolución Mexicana. No es
una obra de carácter académico, tiene un propósito
político muy claro: hacer entender lo que fue el sufrimiento de
los indígenas campesinos a lo largo de los años de despojo,
desde la conquista; nos da un panorama histórico bastante completo
de la situación agraria y echa luces sobre nuestro presente.
-¿Hay analogías entre lo que registra Soto
y Gama y lo que ahora ocurre?
-Sí, desde cierta perspectiva, porque en realidad
los conflictos campesinos, en todas sus expresiones, desde las más
pacíficas hasta las más violentas, en realidad no son más
que la repetición de acontecimientos esencialmente de la misma naturaleza,
que han acaecido a lo largo de la historia. El país ha cambiado;
sin embargo, hay muchas reminiscencias de otras épocas que no se
han resuelto adecuadamente, básicamente la subsistencia de la familia
campesina. Empero, hemos visto acontecimientos de tipo político
o social que siguen un patrón semejante al de otras épocas,
por lo que no descartaríamos la repetición de situaciones
como la Chiapas.
-¿Cómo ubicar política e ideológicamente
a Soto y Gama, admirador ferviente de Zapata, pero enemigo acérrimo
de Lázaro Cárdenas?
-La respuesta es compleja. La idea que él tiene
de la cuestión campesina viene de sus experiencias en San Luis Potosí,
pasando por el zapatismo, que es importantísimo en su ideología,
y posteriormente lo que viene a ser toda la acción parlamentaria
que tuvo durante buena parte de los veinte, cuando da forma, a su manera,
a un proyecto de justicia campesina. Está orientado por una concepción
católica de lo que debe ser la justicia agraria. Esto ya lo tiene
claro en la época del zapatismo. Hay un tiempo en que se declara
bolchevique y habla maravillas de la Revolución Soviética,
pero cambia de postura cuando entiende que el campesino lleva las de perder.
Desde el punto de vista de Soto y Gama, los ejidos deben
estar organizados de tal manera que alienten el sentido de propiedad del
campesino: ''El ejido colectivo de Cárdenas desde su punto de vista
atenta contra los intereses campesinos y pone a los ejidatarios bajo la
égida de un nuevo patrón que viene a ser el Estado. No olvidemos
además que Soto y Gama es muy católico y, como sabemos, la
Iglesia a partir de León XIII adquiere un sesgo cada vez más
anticomunista. Personalmente no creo que haya entrado en una decadencia
senil, como dicen algunos que no entienden su desarrollo ideológico.
-Sin embargo, se percibe cierta ambigüedad ideológica.
Un día apoya a Juan Andreu Almazán, otro día a Ezequiel
Padilla...
-Y otro a Antonio I. Villarreal y a quien esté
en la oposición. La cuestión es que está en contra
del autoritarismo callista y de toda su descendencia política, incluido
Cárdenas. No olvidemos que están dentro de lo que es el autoritarismo
mexicano con su partido único. Para Soto y Gama, en esa parte la
Revolución degeneró. Salimos del porfiriato y quedamos bajo
el control de una casta militar que viene precisamente a frustrar los deseos
de libertad de los mexicanos. El autoritarismo de Estado asfixiaba todas
las corrientes que lo rodeaban, por la izquierda o por la derecha. En ese
sentido, me parece loable la participación Soto y Gama en estas
oposiciones. Lo hace por convicción, nunca fue un oportunista. Fue
un hombre que vivió de acuerdo con sus creencias y lo hizo de una
manera naturalmente honrada.