ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
Varas para medir la pobreza
Bienes individuales, familiares fijos y familiares variables
El método del Comité Técnico valida
la CNSE
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
DURANTE LAS ANTERIORES cuatro entregas he presentado
los procedimientos con los cuales fue elaborada la CNSE (Canasta Normativa
de Satisfactores Esenciales) de Coplamar, elemento fundamental en la medición
de la pobreza en México. También presenté (en las
dos entregas más recientes) dos desarrollos recientes de la misma:
una encuesta sobre las percepciones de la población sobre los bienes
y servicios necesarios y no necesarios, y el desarrollo y aplicación
de un procedimiento para definir canastas normativas para cualquier tamaño
y estructura por edades y sexos del hogar, a partir de la CNSE. El costo
de ésta es la línea de pobreza (LP). Hoy presento los costos
de la CNSE para diversos tamaños y estructuras de hogares y comparo
su costo con el de otras líneas de pobreza.
ALEJANDRO MARIN (véase Economía
Moral 13/12/02) llega a la sencilla, pero muy importante conclusión,
que los bienes y servicios (por simplicidad llamémosles bienes)
incluidos en la CNSE pueden clasificarse en bienes individuales (BI), bienes
familiares fijos (BFF) y bienes familiares variables (BFV). Desmenuzando
la CNSE, construyó canastas normativas de bienes individuales para
hombre, mujer, niño, niña, bebé masculino y femenino1.
Igualmente, separó los BFF y los BFV. Para estos últimos,
construyó los costos desde 1 hasta 10 ocupantes. El costo de los
bienes familiares variables es el más difícil de calcular,
y ahí Marín realizó avances importantes (que se pueden
seguir mejorando) para conocer el comportamiento de los costos de la vivienda,
la electricidad, el gas y otros BFV.
LA LINEA DE POBREZA (LP) de un hogar es igual a
la suma de los 3 componentes (BI, BFF y BFV). El primer componente, BI,
está determinado por el tamaño y composición del hogar.
Una ilustración del procedimiento se presenta en el cuadro 1. En
la cabeza del cuadro, en la primera sección de la izquierda, se
incluyen los costos de la canasta de bienes individuales (BI), para cada
grupo. Mientras cada hombre adulto requiere bienes que cuestan anualmente
poco más de 18 mil pesos, los bebés se sitúan alrededor
de 8 mil, menos de la mitad, y los niños entre poco menos de 10
mil y poco menos de11 mil, según su sexo. En términos de
equivalencias para rexpresar el número de personas como número
de adultos varones equivalentes (adultos equivalentes de aquí en
adelante), el último renglón del cuadro muestra los valores.
Los bebés equivalen a 0.43 adultos, las niñas a 0.54, los
niños a 0.58 y las mujeres a 0.81. Esto no significa que el costo
de manutención total de una mujer sea 81 por ciento del costo de
manutención de un hombre. Se refiere solamente al costo de los bienes
individuales. Si se comparan los renglones del hogar formado por un hombre
con el formado por una mujer, se verá (última columna) que
el costo total de manutención del primero asciende a 52.6 miles
de pesos anuales, mientras el de la segunda asciende a 49.2 miles de pesos,
93.5 por ciento del primero. Dado que los costos de los bienes familiares
para hombres y mujeres que viven solos son iguales, la distancia relativa
se reduce.
CONVIENE COMPARAR las equivalencias adulto así
obtenidas, con los que he aplicado en ocasiones anteriores, calculados
solamente con base en los requerimientos nutricionales. Esto se ha añadido
en la parte baja del cuadro. Se aprecia que la equivalencia de la mujer
es más baja (0.76 contra el 0.81 obtenido por Marín) cuando
solo se consideran requerimientos nutricionales, lo que muestra que es
en estos requerimientos donde reside una parte importante de la diferencia
entre hombres y mujeres, mientras otra radica en los gastos de transporte.
Dada la menor participación en la actividad económica extradoméstica
de la mujer, requiere en promedio menos traslados entre el hogar y el trabajo.
DE LO DICHO resulta claro que, en las aplicaciones
de la CNSE, se podría proceder, en la parte del costo de los bienes
individuales, como se hace en el Cuadro 1, sumando los costos de los integrantes
de cada grupo de edad para obtener el componente individual de la línea
de pobreza de cada hogar, o expresar en número de adultos varones
equivalentes cada hogar y multiplicar tal número por el costo de
un hombre adulto (18.4 miles), lo que es mucho más sencillo.
TOMEMOS EL CALCULO de la LP de los dos hogares
extremos del cuadro para compararlos con otras LP (cuadro 2). En primer
lugar, con el costo de la CNSE como la venía calculando Hernández
Laos, partiendo de la CNSE original de Coplamar, que fue calculada para
el tamaño promedio del hogar nacional a principios de los años
ochenta, 4.9 personas. Al dividir el costo entre 4.9 obtenía el
costo per cápita o línea de pobreza per cápita. En
segundo lugar, como la venía calculando yo, transformando en adultos
equivalentes con base en requerimientos nutricionales. Por último,
se comparan también con los costos de las tres líneas de
pobreza oficiales de la Sedeso, la línea 3 del Comité Técnico
de la Sedeso (que el gobierno no adoptó), la versión corregida
de ésta2., las líneas de Levy (incluyendo la versión
corregida de la misma, que yo definí), y la del Progresa (ahora
Oportunidades). En todos los casos se tomaron las líneas de pobreza
urbanas3.
EMPECEMOS POR EL HOGAR de 4 personas (pareja y
dos niños de diferente sexo) donde las diferencias son, sobre todo,
de criterio sobre lo que los hogares necesitan, sobre sus derechos. Las
diferencias entre el primer paquete (las tres primeras filas del cuadro)
y la mayor parte de las demás, es muy fuerte. La línea de
pobreza patrimonial de Sedeso (la más alta de las tres que anunció
oficialmente), para este tamaño y estructura de hogar es 60 por
ciento de la CNSE revisada. La línea 3 del comité técnico
llega a 73 por ciento de ésta, muy cerca de las líneas de
la CNSE original, que son 79 y 80 por ciento de la revisada. Las líneas
de pobreza de capacidades y la alimentaria de la Sedeso se quedan en 35
y en 29 por ciento de la CNSE de Marín, un tercio o menos, niveles
similares a los de Levy corregido. Progresa y Levy original cubren la quinta
parte o menos de la CNSE revisada.
PARA MI SORPRESA, al revisar la LP 3 del Comité
Técnico de la Sedeso, para que ésta se obtenga con el factor
de expansión del costo de la canasta alimentaria derivado de la
estructura de gasto de los hogares que pueden adquirirla con su gasto en
alimentación, y no con la derivada de la conducta de los pobres
que no pueden comprarla, como lo hizo el Comité, se obtiene una
LP superior a la CNSE revisada (7 por ciento por arriba) y sustancialmente
por arriba de la CNSE original (cuadro 2).
DOS REFLEXIONES IMPORTANTES surgen aquí:
por una parte, los altos niveles de la línea de pobreza (y de pobreza
resultantes) con la metodología de la canasta normativa alimentaria,
que es la que aplica el Comité, explican la reticencia de dos instituciones
que llevan aplicando esta metodología casi 40 y más de 20
años (el gobierno de EU y la Cepal, respectivamente) a modificar
los factores de expansión del costo de la canasta alimentaria a
medida que los hogares van gastando una proporción menor de su ingreso
en alimentos. Con ello convierten un método que podría haber
sido de pobreza relativa (donde la LP se va ajustando con los cambios observados
en la sociedad), en uno de pobreza absoluta, donde los criterios son rígidos.
LA SEGUNDA REFLEXION gira en torno a la validación,
involuntaria, que el método aplicado por el Comité Técnico
da a la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales de Coplamar. El hecho
de que al aplicarse correctamente la línea de pobreza resulte ligeramente
más alta que la CNSE revisada, viene a desmentir a quienes consideran,
como Levy, que la CNSE sobrevalora la línea de la pobreza.
LOS ERRORES IMPUTABLES a no tomar en cuenta las
economías de escala, y los requerimientos diferenciales por grupo
de edad y sexo, se reflejan agudamente en la primera y segunda columnas
del cuadro, donde se presentan las líneas de pobreza para un hombre
que viva solo. Todos los cálculos alternativos al realizado en el
cuadro 1 subestiman drásticamente el costo de vivir solo. La línea
de pobreza de la Sedeso es sólo 29 por ciento de la de la CNSE revisada.
Incluso los cálculos que hemos aplicado Hernández Laos (CNSE
per cápita) y yo (CNSE por adulto equivalente) son sólo 37
y 47 por ciento de dicho costo. La línea de pobreza 3 del comité,
que el gobierno rechazó, es un poco más de la tercera parte
del costo de los hogares unipersonales masculinos. Las LP de Progresa y
de Levy originales sólo cubren 8 y 9 por ciento, respectivamente.
1 En la CNSE los bebés son los que tienen
menos de tres años; los niños, los de tres a 14, y los adultos,
de 15 y más.
2 Véase Economía Moral
del 20/09/02 para una explicación del error del comité y
lo que significa la versión corregida de esta línea.
3 Sin embargo, es una comparación preliminar,
porque muchos factores no han podido ser controlados. Por ejemplo, Marín
además de los cálculos para diferentes tamaños y estructuras
de los hogares; cambió la CNSE en varios sentidos. Recalculó,
por ejemplo, el costo de la vivienda sobre bases más realistas que
en la CNSE original, añadió varios rubros que se desprenden
de la encuesta de percepciones sobre lo necesario y lo no necesario, y
actualizó los costos de la CNSE de 1982 a 2000 usando los índices
de precios rubro por rubro.