Luis-Martín Lozano lanza libro sobre
la pintora
Proteger obra de Izquierdo no frena su mundialización
La existencia de un mercado internacional sobre el arte
mexicano provoca la emigración del patrimonio, explica
MERRY MAC MASTERS
Es innegable que se generó un ambiente de inquietud
y debate, sobre todo entre los coleccionistas, cuando el 24 de octubre
se declaró Monumento Artístico de la Nación toda la
obra pictórica de la creadora jalisciense María Izquierdo.
Debido a que la mayor parte de los cuadros de la pintora está en
manos de coleccionistas mexicanos, algunos se han sentido obligados a ampararse
ante la ley.
Luis-Martín
Lozano, director del Museo de Arte Moderno (MAM) y autor del nuevo libro
María Izquierdo. Una verdadera pasión por el color
(Landucci Editores/Conaculta), la monografía más completa
hasta el momento sobre la creadora, cuyo centenario de natalicio se celebró
el 29 de octubre y el festejo a escala nacional comenzó la semana
pasada en Guadalajara, señala que en una época de aparente
globalización y apertura de mercados ''todos los países del
mundo tienen leyes restrictivas para la protección de su patrimonio,
que en aras de un beneficio colectivo limitan los derechos individuales
de propiedad. Esto es algo que tenemos que aprender''.
En pocas palabras, la declaración limita la libre
exportación de la obra de Izquierdo. Sus cuadros sólo podrán
ser vendidos en territorio nacional, y podrán salir de México
en forma temporal y después de obtener un permiso de exportación
del Instituto Nacional de Bellas Artes. Sin embargo, apunta Lozano, existe
la prerrogativa de que las piezas se pueden vender en los catálogos
de las casas subastadoras, por ejemplo, de Nueva York: ''Cuando una pintura
se reproduce en un catálogo, se aclara que se encuentra protegida
por las leyes mexicanas. Así, un comprador mexicano que va a la
subasta en Nueva York ve el cuadro, lo puede adquirir y lo tiene en México.
Es decir, hay que mediar aquí ante las críticas de que este
nombramiento interrumpe la internacionalización del artista''.
No sólo ha causado protestas la declaratoria de
la obra de María Izquierdo, sino también el mecanismo en
sí, que se ha aplicado a otros artistas, como Diego Rivera y Frida
Kahlo. Para Lozano es un recurso que tiene que redundar en un beneficio
público, de la mayoría, no de unos cuantos. Asegura que es
''fundamental'' considerar la opinión de los coleccionistas, que
son los propietarios de esos bienes, incluso ''sus mejores guardianes'':
"Hay que pensar que los coleccionistas adquirieron estos cuadros la mayoría
de la veces no como una inversión, sino por el valor que le otorgan
a la obra. Que muchos de ellos, como me lo han externado, no están
pensando nunca en vender sus cuadros, y que estaban en favor de leyes que
protegen el patrimonio. Lo que habría que encontrar es una solución
intermedia en lo que se refiere a las limitaciones del movimiento del patrimonio
artístico, mejorarlo para que sea más eficiente, por un lado,
y que el punto de vista de los coleccionistas tenga oportunidad de ser
escuchado, pero en ningún momento dejar de proteger el patrimonio
artístico de México''.
-¿Había pruebas de que, en efecto, la obra
de María Izquierdo estaba saliendo del país?
-Eso es un asunto delicado. Las decisiones se deben tomar
de manera preventiva, no cuando ya es demasiado tarde. ¿Vamos a
estudiar un caso como de María Izquierdo cuando la mitad de ese
patrimonio ya se haya ido?
-Fue un punto que se mencionó cuando se dio a conocer
la declaratoria.
-Es un factor importante no porque se esté dando
con un potencial grave, sino porque hacia allá vamos. Lo que hay
que reconocer aquí, además, no tiene nada de malo. La existencia
de un mercado internacional sobre el arte mexicano provoca la emigración
del patrimonio. Al crecer el interés y la demanda por María
Izquierdo -en sí maravilloso, porque propicia que haya más
exposiciones-, el coleccionismo provoca de manera indirecta que esos bienes
se pueden enajenar. En la medida que esas piezas no salen mediante casas
de subasta serias, sino por medio de un mercado no controlado, no detectable,
les perdemos la pista; no sabemos dónde se quedaron. Desaparecen
de la accesibilidad, del conocimiento y del disfrute del público.
Si hoy día los dealers, investigadores,
galeros y casas de subasta buscan ''afanosamente todo aquello que pudo
haber producido Diego Rivera o Frida Kahlo, por ejemplo'', a Lozano no
le extrañaría que empezaran a aparecer ''todos esos cuadros
de María Izquierdo que se vendieron en Estados Unidos, que lo sabemos
porque están en los archivos de la Galería de Arte Mexicano.
Incluso tenemos las fotos de cuadros que se fueron a exposiciones internacionales
al extranjero y que nunca más regresaron".