TOROS
Con desalmada combinación la empresa de la
Plaza México concluye otro año de pifias
Ante dos mansos de Montecristo Mariano Ramos reitera
su maestría
Muy buenos momentos de Jorge Mora Irrespetuosa inclusión
del colombiano El Dandy
LEONARDO PAEZ
"¡Se necesita muy poca madre para poner al maestro
Mariano Ramos en estos pinches carteles!", gritó intencionadamente
un aficionado de la fila de atrás.
Ayer, en la novena corrida de la temporada, ante unos
cuatro mil espectadores, la historia volvió a repetirse: Una terna
sin ton ni son que constituyó una burla para el público y
los alternantes mexicanos, el citado Mariano y el aguascalentense Jorge
Mora, merecedores ambos de otro trato, no por su nacionalidad sino por
su nivel de desempeño, quienes hubieron de vérselas con un
manso y débil encierro de Montecristo, decorosamente presentado,
propiedad de Germán Mercado Lamm, y atestiguar cómo el medroso
colombiano Edgar García El Dandy desperdiciaba lastimosamente
el lote más toreable.
A
sus 49 años de edad Mariano Ramos mantiene intactos su pundonor,
su afición y su técnica privilegiada, siempre a la espera
de toros bravos, no de su caricatura, para poder lucir en toda su magnitud.
Como los grandes toreros no requieren del toro a modo
para mostrar su torería -conocimiento preciso de sí mismo,
de las reses, de la técnica y de las suertes-, Mariano, remando
contra la corriente y la politiquería taurina, luego de sendas faenas
fue premiado por el público con dos meritorias salidas al tercio.
Con su primero, que se dolió al castigo y el maestro
prefirió pasarlo crudo al ver la poca fuerza del burel, consiguió
una importante faena por ambos lados, citando a la distancia precisa y
embarcando y mandando a ley, como pocas veces.
Y vino la escena inusitada. Al concluir el cuarto templado
natural el toro, que apenas había sido picado, prendió a
Mariano por la costura de la taleguilla y en el suelo hizo por él.
Milagrosamente se salvó de ser corneado en la cara. Con la casta
que le faltaba a la res, el experimentado diestro se levantó para
ligar cinco derechazos, rematados con un bello cambio de mano. No obstante
malograr su labor con la espada, el público obligó al torero-charro
a agradecer la cerrada ovación en el tercio.
Y con su segundo, un hermoso castaño con demasiados
kilos, que apenas se mantenía en pie, vino otra soberbia lección
de tauromaquia pensante.
Aunque el toro ya había rodado por la arena en
banderillas, el juez Ricardo Balderas, quizá amedrentado por las
amenazas de muerte del promotor, no se atrevió a devolver al astado.
Mariano entonces se dio a torear a media altura para conseguir magníficas
tandas con la diestra, naturales "imposibles" y desdeñoso abaniqueo
antes de dejar una estocada baja.
Una pena que Jorge Mora esté en la lista de los
desperdiciables de la empresa, pues valor, conocimientos, entrega y sello
le sobran. En su lote se vio imaginativo con la capa -verónicas,
medias, chicuelinas, tafalleras, gaoneras, navarras, revoleras-, y expresivo
y sereno con la muleta, pensando en la cara del toro. Pero como no es de
los consentidos, seguramente lo veremos hasta la próxima temporada
en otro cartelito mala leche.
Respecto al colombiano El Dandy, tan entrado en
años como en carnes y limitadísimo en su tauromaquia, sólo
cabe decir que se trató de otra de esas desconsideraciones que la
empresa se permite con el público y con los jóvenes diestros
mexicanos que merecen una oportunidad. Vaya petardo de contratante y contratado.
Utilidades y pérdidas
Domingo 29 de diciembre de 2002
Espectadores |
4,000 |
Ingreso neto: |
280,000 |
Egresos |
|
Mariano Ramos |
150,000 |
Jorge Mora |
50,000 |
El Dandy |
30,000 |
Ganado |
200,000 |
Otros |
1,000,000 |
Subtotal |
1,430,000 |
Utilidades |
----------- |
Pérdidas |
1,150,000 |
Pérdidas anteriores |
5,116,000 |
Pérdidas acumuladas |
6,266,000 |
|