Unas 74 instituciones negociarán incrementos salariales en el primer trimestre de 2003

"Esta vez en serio", la huelga general amenaza a las universidades: FASUES

Difícilmente la oferta de aumento a sueldos será superior al 4 por ciento Las presiones para elevar la edad de jubilación será un punto de tensión en las negociaciones, advierte líder sindical

JOSE GALAN

Setenta y cuatro sindicatos de universidades e instituciones públicas de educación superior, con cerca de 200 mil trabajadores, negociarán salarios y contratos colectivos entre el primero de enero y el 30 de marzo de este año ante las peores condiciones de los últimos tiempos: una oferta salarial de las instituciones que no pasará de 4 por ciento directo al salario, presiones para aumentar las edades de jubilación, el continuo declive en el financiamiento a la educación superior pública del país y la propuesta de una reforma a la Ley Federal del Trabajo que ha provocado protestas y movilizaciones.

El Frente Amplio de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (FASUES) amenaza, una vez más, "esta vez en serio", con una huelga general, en tanto el nivel de vida de trabajadores académicos y administrativos enfrenta un rezago salarial de por lo menos 11 años. Conscientes de la realidad y ante la estrategia inútil de haber cabildeado en el Congreso antes de que los subsidios a las instituciones fueran aprobados por los diputados, los sindicatos, esta vez, prometen hacer realidad el derecho de sus agremiados: la huelga general.

"Será la única forma en que el régimen otorgará importancia a la educación superior pública del país", afirma Enrique Levet, secretario general de los académicos de la Universidad de Veracruz y de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (Contu), una de las tres corrientes de la FASUES. "Conforme avanza la política oficial en contra de las instituciones públicas de educación superior, se fortalece la unidad dentro de los sindicatos. Y eso se verá en 2003, como nunca antes", añadió.

Los 74 sindicatos están conformados por trabajadores administrativos, académicos o ambos, e incluyen a prácticamente todas las instituciones de educación superior pública de los estados, a la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Pedagógica Nacional, El Colegio de México, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, el Sindicato de Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México e incluso la sección D-III-22 del Instituto Nacional de Bellas Artes. A la FASUES se han integrado ya los trabajadores del Instituto Politécnico Nacional, adscritos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Para Carlos Galindo, secretario de Exteriores del Sindicato de Trabajadores de la UNAM y miembro de la Federación Nacional de Sindicatos Universitarios (FENSU) -otra de las ramas del FASUES- las negociaciones no avanzan "porque falta sensibilidad entre los legisladores para atender las demandas reales de la educación superior pública del país, sobre todo en lo que corresponde a las entidades más atrasadas en cuestión de financiamiento".

En los primeros días de enero el comité político del FASUES se reunirá en la ciudad de México para determinar la estrategia a seguir sobre los emplazamientos a huelga y las presiones de las autoridades universitarias por llevar a la revisión salarial modificaciones en los contratos colectivos de trabajo sobre la edad límite para la jubilación, que ha levantado protestas entre la base trabajadora.

En noviembre pasado los trabajadores administrativos de la UNAM aceptaron un aumento directo al salario de 4.5 por ciento más 1.3 por ciento en prestaciones, pero como sucede todos los años el resto del sistema de educación superior pública del país verá recortado incluso ese exiguo incremento ante el tope salarial de 4 por ciento, etiquetado e impuesto por el diseño de los subsidios realizado en la Cámara de Diputados.

Hasta el momento, sin embargo, las instituciones no han hecho públicos sus ofrecimientos, lo que mantiene la incertidumbre en el interior de los gremios. "Habrá movilizaciones. Eso es seguro", advirtió Enrique Levet, quien no descartó que, incluso en algunas protestas participen rectores, "siempre y cuando sus negociaciones personales en la Secretaría de Educación Pública no hayan tenido éxito. En caso contrario, incluso se opondrán a que nos manifestemos. Los rectores sólo se cuidan la espalda y algunos, bajo el pretexto de defender a sus instituciones, sólo buscan arreglar sus cuentas personales".