"No hay acuerdo con las autoridades", señalan
líderes; se niegan a aceptar otros grupos
Retoman ambulantes calles del perímetro
A del Centro Histórico
Dirigentes del comercio establecido reprochan al gobierno
por permitir la invasión
LAURA GOMEZ FLORES Y JOSEFINA QUINTERO
La tregua terminó y más de mil 500 ambulantes
tomaron nuevamente ayer varias calles del perímetro A del
Centro Histórico, con excepción de Pino Suárez, donde
la presencia de un grupo de granaderos lo impidió, no así
su bloqueo en la esquina de Uruguay, porque "no existe ningún acuerdo
con las autoridades capitalinas de reubicación o regularización,
que nos permita mantener una fuente de ingresos estables", señalaron
sus dirigentes.
Su
presencia, luego de tres días de concluir las romerías, molestó
al comercio establecido, cuyos representantes anunciaron la interposición
de una demanda contra el gobierno local para exigirle que cubra los daños
económicos ocasionados por el ambulantaje y "no viole la ley al
legalizar lo irregular, pues, de hacerlo, tendría que hacer lo mismo
con la prostitución o la venta de drogas".
El lunes se colocarán mantas en gran parte de los
9 mil 500 establecimientos agremiados a la Unión del Centro Histórico,
con "una esquela mortuoria por el asesinato de esta zona y la incapacidad
de las autoridades capitalinas de cumplir con la ley y hablar de derogar
un bando, que sólo es competencia del Poder Legislativo, para mantenerlos
como botín político", señaló su presidente,
Víctor Cisneros Taja.
Los dirigentes de la zona centro-oriente, David Guzmán,
María del Carmen López y Eulalia Juárez, aclararon
que "no existe ningún acuerdo que nos impida retomar las
calles, aunque como parte de las negociaciones con la dirección
de programas delegacionales se acordó la liberación de las
banquetas y la ocupación de los carriles laterales, no usar materiales
inflamables y recolectar nuestra basura".
Sin embargo, manifestaron su desacuerdo con alternar sus
espacios con otras agrupaciones y la reubicación de más comerciantes
en su área de trabajo, como expresaron funcionarios de gobierno,
porque "nos ha costado mucho trabajo mantener una fuente de ingresos para
nuestras familias y no vamos a perderla por favorecer a uno o varios grupos
por cuestiones electorales o acuerdos en lo oscurito".
Una negociación de este tipo provocó que
más de 50 ambulantes bloquearan el cruce de Pino Suárez y
Uruguay, en demanda de que la delegación Cuauhtémoc cumpliera
su acuerdo de reubicarlos en la primera arteria a cambio de desocupar Motolinía
y Palma y se retiraran los elementos del agrupamiento 72 de la Policía
Auxiliar de la jurisdicción, que impidieron su establecimiento desde
temprana hora.
Carolina Hernández, representante de los comerciantes,
se negó a permitir la circulación a los automóviles,
hasta que "nos expliquen dónde quedaron los acuerdos ofrecidos de
instalarnos en Pino Suárez sin ningún problema, cuando los
policías han estado aquí amedrentándonos con su presencia
e impidiéndonos vender".
Tras una hora de no alcanzar acuerdos con el personal
operativo de la Dirección General de Gobierno, arribó Christian
López, jefe de la unidad departamental de seguimiento y reordenamiento
del comercio en vía pública, quien negoció el retiro
de la fuerza pública, la que se mantuvo como espectadora del bloqueo,
y reconoció que sí está permitida la presencia de
estos ambulantes en la zona.
Así que las "expectativas de limpieza del Centro
Histórico sólo duraron tres días y existe el riesgo
de que, con su regularización como ha anunciado el GDF, el número
de ambulantes se desborde y cierren muchos negocios, por falta de seguridad
jurídica", advirtieron comerciantes establecidos.