Anuncia Hugo Chávez "sendos procesos
administrativos" contra dos canales de tv
Ocupa la Guardia Nacional las plantas de Coca-Cola
y cerveza Polar en Carabobo
La intervención de los militares venezolanos,
para evitar acaparamientos, dice general
ARTURO CANO ENVIADO
Caracas, 17 de enero. "No me ayudes, compadre",
dijo el presidente Hugo Chávez, en cadena nacional y durante su
mensaje anual ante la Asamblea Nacional. El mensaje no fue para consumo
interno, sino para cualquiera de los "países amigos" que tenga la
tentación de dar a sus opositores, "fascistas y terroristas", alguna
"legitimidad".
En las calles se multiplicaron las tensiones. La Guardia
Nacional, por orden del presidente, tomó las plantas de la Coca-Cola
y la Polar, ésta última la cerveza más consumida aquí,
con el argumento de que "acaparan" productos básicos.
Pero poco después la Cámara Venezolana Americana
de Comercio condenó el allanamiento de empresas por tropas militares
"en acciones de fuerza", y repudió que Chávez ordenara tomar
los depósitos de alimentos "para darle comida al pueblo".
Incluso el embajador de Estados Unidos, Charles Shapiro,
expresó está noche a la televisión su "preocupación
y decepción" por la requisa de la planta de Coca-Cola.
Estos hechos se sumaron al discurso duro del mandatario
venezolano, que incluyó el anuncio del comienzo de procesos judiciales
contra dos televisoras.
En horas de la tarde el secretario general de la Organización
de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, anunció su decisión
de suspender la sesión de hoy de la Mesa de Negociación y
Acuerdo. "No creí que una reunión en un ambiente tan caldeado,
pu-diera ser útil", dijo.
Va y viene el presidente Chávez por los andamios
de las reformas, los referéndums, las elecciones adelantadas y todos
los vericuetos de la lejana "salida electoral". Va y viene por los paredones
donde ametralla verbalmente a los sectores de la oposición que considera
"serpientes venenosas".
Con ellos, con los "terroristas", dijo Chávez,
"ni se dialoga ni se negocia. ¡Se les derrota!", y una vez más
su gabinete y los diputados del "oficialismo" le aplaudieron de pie. Pero
las cosas no son tan sencillas.
En el mismo discurso anuncia que esta misma tarde se marchaba
a Brasilia, para sostener conversaciones con Luiz Inacio Lula da Silva,
el flamante mandatario brasileño, el mismo de la "idea maravillosa"
del grupo de países amigos, el mismo que lo convenció de
aceptar la participación de Estados Unidos en el mecanismo.
El mismo Lula que conversó durante dos horas en
Ecuador, apenas hace un par de días, con el colombiano Gaviria,
"facilitador" de la negociación entre el gobierno y la oposición
venezolanos.
Atmósfera política enrarecida
¿Qué
molestó a Chávez de esa conversación? El caso es que
justo al día siguiente, desde Nueva York, el gobernante venezolano
minimizó el papel del secretario general de la OEA, al decir que
sólo actúa "a título personal", a invitación
de su gobierno, y no por un mandato del organismo interamericano (que sí
existe).
Y hoy Chávez, según la oposición,
"torpedea" al Grupo de Países Amigos, que coadyuvaría con
Gaviria en la negociación, con el afán de que finalmente
no se integre.
¿La respuesta? Por primera vez desde que se instaló
la Mesa de Negociación y Acuerdo, el 8 de noviembre anterior, Gaviria
canceló la reunión entre oposición y gobierno, con
el argumento de que la atmósfera del país no es adecuada
para negociar.
"Después de oír al presidente Chávez
estoy más convencido que nunca de que hay que recorrer el camino
de los acuerdos... Desde luego que su gobierno es legítimo y constitucional",
dijo.
Las pláticas se reiniciarán el lunes próximo,
con la presencia del ex presidente estadunidense Jimmy Carter, quien está
en Venezuela desde hace unos días, de pesca con varios amigos en
el río Orinoco.
El lunes, pues, se reiniciará el diálogo.
A su regreso de Brasil, se verá si Chávez se ha movido de
su discurso de hoy: "Para aceptar la conformación de un grupo de
amigos hay una condición. Venezuela no es un país tutelado
por nadie, sino libre y soberano, que se da sus propias leyes, y soluciona
sus propios problemas. No hay dos fuerzas enfrentadas que tengan el mismo
nivel de legitimidad, aquí hay un gobierno democrático, una
república, enfrentándose a unos terroristas, a unos golpistas".
Estados Unidos, Brasil, España, Portugal, México
y Chile integran el Grupo de Países Amigos, cuya creación
es vista como un espaldarazo a las gestiones de Gaviria. Pero hoy Chávez
enlista a otros "amigos" de Venezuela: naciones como Jamaica, Cuba, Trinidad
y Tobago, Malasia.
"Cuando se habla de un grupo de amigos de Venezuela, Venezuela
abre los brazos al mundo y no acepta restricción", enfatizó.
Una crisis gramsciana
Dijo Chávez que la crisis de su país se
debe a que hay algo viejo que no acaba de morir, y algo nuevo que no acaba
de nacer. "Esta es una crisis gramsciana".
Con su oratoria inflamada, tan rudo como bromista, Chávez
fue interrumpido varias veces por los aplausos del respetable.
Le aplaudieron cuando mencionó a Cuba, cuando rechazó
negociar con los "golpistas", cuando abrazó, al entrar al recinto
parlamentario, al colombiano Antonio Navarro Wolff, líder histórico
del M-19.
Aplaudieron los miembros de su gabinete, los jueces, los
militares y los 86 diputados que lo apoyan. El cuerpo diplomático
fue testigo de las grandes ausencias: los 79 di-putados opositores y el
poder electoral ("eso que tenemos hoy ahí", le llama Chávez).
Durante dos horas el mandatario examina el año
2002, el de la "profundización de la revolución", dijo, y
va del fracasado golpe de Estado de abril de ese año al paro general
iniciado el 2 de diciembre.
Luego, naturalmente, la emprendió contra sus grandes
enemigos, las televisoras y anunció que su gobierno ha iniciado
"sendos procesos administrativos" contra dos canales. "No hay forma de
tapar el sol con los medios", dijo, y recibió más aplausos.
Los canales de televisión privados responden todos
los días, en horario continuo, a la metralla verbal del presidente
Chávez.
El mensaje, destinado formalmente a informar sobre la
gestión gubernamental durante el año pasado, se centró
en las batallas que ha sostenido su administración contra la "oposición
golpista".
Su "gobierno revolucionario", dijo, es atacado porque
el presidente ha dejado de ser "un títere de la oligarquía".
Entre citas de poetas y pensadores, provocó a sus
opositores: "No hay otro camino que la revolución". El dilema es
cómo, si-guió. ¿La violencia? Chávez alzó
su pequeña edición azul de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y la mostró a los asistentes: "Nosotros
preferimos nuestro camino".
Quizá el único signo conciliador de Chávez
apareció cuando se refirió a la reunión que tuvo con
algunos opositores el sábado anterior. La cita se prolongó
durante varias horas, dijo, al cabo de las cuales terminó con "agradable
sabor" por haber dialogado con la oposición no golpista.
Y lanza el anzuelo: "Necesitamos una oposición,
una dirigencia seria de oposición, una dirigencia racional. Ojalá
(los "no golpistas") tengan la fuerza, el coraje para reasumir la dirección
de esa oposición".
¿Referéndum? ¿Elecciones adelantadas?
Cerró Chávez ante la Asamblea Nacional: "No tenemos siquiera
planes de derrota. Para nosotros es obligatorio vencer, porque se trata
de la vida de un pueblo".
Guerra de imágenes
La respuesta de las televisoras fue inmediata. Tres de
los cuatro canales transmitieron largamente, y repitieron sin editar, las
escenas del "allanamiento" de las plantas de la empresa Panamco, distribuidora
de la Coca-Cola, y de la cervecera Polar, ambas en Valencia, en el estado
de Carabobo, a unos 150 kilómetros de la capital federal.
Ante las cámaras, el general Luis Felipe Acosta
Carles, comandante de la guarnición de Carabobo, sacó una
botella de malta de la bodega y se la bebió en dos tragos. Luego
eructó sonoramente. "Esto es a-ca-pa-ra-mien-to", machacó.
Y sus soldados se llevaron los camiones llenos de coca-colas.
El organismo encargado del control de la distribución
de básicos había dado un plazo de 48 horas a la empresa para
comenzar a distribuir sus productos. La empresa argumentaba que no tenía
gasolina ni garantías de seguridad para realizar el reparto.
Vencido el plazo, la Guardia Nacional entró en
acción: "Estamos procediendo a recoger, para posteriormente vender
en los mercados. El derecho colectivo priva sobre el derecho particular",
dijo el militar.
Luego el general informó que éste no será
el único allanamiento. "Vamos a sacar la catira y luego el
osito (marcas de cerveza). Ahí también hay acaparamiento".
Y efectivamente, luego fue a sacar cervezas.
Fuera de la planta de Coca-Cola los em-pleados y vecinos
se enfrentaron a los militares. Las cámaras mostraban a los soldados
golpeando a algunas mujeres y las calles llenas de gases lacrimógenos.
En nombre de la Coordinadora Democrática, Rafael
Alfonzo dijo que las acciones del día se deben a que Chávez
"está perdido, se siente acorralado, por eso recurre al expediente
de la violencia, pues pretende crear un ambiente para impedir el referéndum".
Las autoridades admitieron que aunque los refrescos y
las cervezas no son productos de primera necesidad, se debe "regularizar"
el mercado, debido a que se ha presentado especulación y se venden
hasta en tres veces su precio normal.
A falta de tanques de gas y con las filas de horas de
duración para obtener gasolina, la Guardia Nacional garantizará
que, por lo menos, las esperas se puedan acompañar con una cervecita.