Greenpeace y Nunca más exigen vigilancia extrema

Asegura el gobierno español que no habrá derrames del Spabunker IV

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 22 de enero. El dispositivo de vigilancia y limpieza activado ayer en la bahía de Algeciras tras el hundimiento de un buque con mil 400 toneladas de combustible detectó hoy "regueros de gasoil" cerca de las costas de la Línea y de Gribaltar, donde se mantiene la alerta.

Si bien el gobierno español sostiene que la situación "está controlada" y que hay escasas posibilidades de un desastre de mayor magnitud, organizaciones ecologistas y civiles como Greenpeace y Nunca Más, exigieron vigilancia permanente en las costas para evitar derrames como el del petrolero Prestige, que provocó gran desastre ecológico en Europa.

Con las playas gallegas todavía contaminadas con el chapopote vertido por el Prestige, ahora Algeciras sufre la amenaza de un nuevo desastre ecológico, al hundirse el Spabunker IV en un accidente que costó la vida a su capitán Miguel Roiz Pérez y del que se desconocen las causas.

El buque español, que se dirigía a Gibraltar a suministrar gasolina a un mercante fondeado, se halla a unos 50 metros de profundidad, en posición vertical y con las bodegas selladas. Este puede ser el motivo de que hasta el momento no se hayan detectado manchas de combustible, si acaso los "regueros de gasoil" procedente del combustible que utilizaba la propia embarcación para su funcionamiento.

En tanto, el Ministerio de Fomento español informó que para realizar las labores de extracción de combustible se contrató a cinco embarcaciones que, junto con los buzos destinados en la zona, intentarán evitar una nueva catástrofe ecológica.

Greenpeace exigió ante este nuevo accidente un "régimen especial de vigilancia y control para el tráfico de sustancias peligrosas en la bahía de Algeciras, y que dicho plan incluya la prohibición total de buques monocascos, la eliminación de actividades de bunkerin en la bahía y la presencia permanente en la zona de buques contaminación".

A juicio de la prestigiosa organización, los petroleros en la bahía de Algeciras "son una bomba de relojería y hoy somos testigos del hundimiento de una barcaza llena de fuel que está poniendo en riesgo todo el ambiente marino". Según datos de Greenpeace, por Algeciras pasan más de 20 millones de toneladas de productos petrolíferos al año, lo que hace hace habitual la presencia diaria de decenas de buques similares al Prestige.

Precisamente por la catástrofe que sufrió Galicia a finales del año pasado, miles de estudiantes de secundaria formaron una inmensa cadena humana a lo largo de la Costa de la Muerte, una de las zonas más afectadas por el derrame, en protesta por la situación de desastre.

A pesar de la intensa lluvia, miles de jóvenes, maestros y representantes de las cofradías de pescadores exigieron la dimisión de Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia, al tiempo que portaban pancartas con el lema creado por la sociedad civil a raíz del desastre: Nunca Más.