El reto es hallar el justo medio entre lo tradicional
y lo contemporáneo, señala
La ópera goza de ''gran salud'', pese a la hegemonía
del mercado, dice Kohn
Hoy se minimiza la importancia de la voz y el cantante,
advierte el director estadunidense
ANGEL VARGAS
El músico y director orquestal neoyorquino Eugene
Kohn, quien ha trabajado con grandes figuras de la ópera mundial
como María Callas, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, afirma
que ese género goza de ''gran salud" y le vaticina larga existencia,
no obstante la crisis económica que enfrenta y la cada vez mayor
injerencia de las leyes del mercado y de la música comercial.
''La ópera está sana como forma de arte,
pero la economía mundial limita, en la mayoría de los casos,
que se gasten grandes cantidades de dinero en montar títulos fastuosos
y en contratar las grandes voces. Por eso es necesario buscar fórmulas
más inteligentes para hacer ópera de gran calidad con menos
cantidad de recursos", subraya.
''La falta de apoyo estatal, no sólo hacia la ópera
sino en general hacia las artes y la cultura, no es algo que deba criticarse,
incluso me parece lógico, pues los gobiernos de todos los países,
incluyendo a los desarrollados, tienen que atender sus prioridades, como
son los problemas de tipo social, salud, educativo y de seguridad."
Moda temporal
Kohn,
quien anoche dirigió en el Palacio de Bellas Artes una gala de ópera
a beneficio de niños de escasos recursos, discrepa de la forma en
como hoy día se concibe el arte operístico, caracterizada
por la preponderancia de lo escénico sobre los aspectos musicales.
''En la actualidad existe una inclinación, mejor
dicho una moda, de hacer ópera desde el punto de vista teatral,
lo cual no me parece del todo sano, porque se minimiza la importancia de
la voz y el cantante, que son finalmente los pilares de esta forma artística.
Por fortuna, creo, se trata de una moda temporal que pronto pasará."
Esa apreciación no significa que el director orquestal
sea un ortodoxo del género, y, en su opinión, la gran exigencia
y reto de la ópera contemporánea es encontrar el justo medio
entre lo tradicional, donde los cantantes son el baluarte casi único,
y lo contemporáneo, donde, como ya se dijo, lo escénico es
el aspecto que más parece importar.
Trivialización de un arte
Kohn es también crítico de la manera en
que las leyes del mercado ''han metido su mano" en el arte operístico
contemporáneo y lo han trivializado, sobre todo mediante el impulso
de propuestas discográficas apegadas al pop, y de reclutar
y promover a ''cantantes que son bonitos físicamente, pero tienen
mediana voz".
Otro aspecto que censura es la visión que cierto
sector del público tiene de este arte, desvinculándolo de
sus valores estéticos y utilizándolo sólo como pasarela
social o símbolo de estatus.
Ejemplifica con el caso de Italia, donde varios miembros
de la burguesía acuden a las funciones de la Scala de Milán
sólo a lucir sus trajes, vestidos, pieles, perfumes o joyas; o bien,
también existe otro sector ''de locos" que asiste únicamente
a criticar todo y a todos, menos a su cantante predilecto.
''No sé cuál sea el caso de México,
pero en Italia ese es un fenómeno que hace mucho daño a la
ópera, pues obstaculiza al hecho artístico y el trabajo de
los artistas. Son comportamientos que me dan mucho miedo", señala.
''Afortunadamente, entre esos dos extremos existen personas
'normales', conocedoras, que gustan de este arte y a las cuales se debe
que la ópera viva con gran salud. Cierto que es un espectáculo
que inspira gran pasión; en ese sentido es más cercano a
un deporte, en el que la gente puede pararse, gritar, vitorear o protestar
al final.
''Lo ideal sería que los espectadores se concentraran
en lo artístico y no fueran sólo a lucirse, ni a protestar,
ni a ovacionar por ovacionar."
Kohn
subraya que el escenario operístico contemporáneo carece
de las figuras y los nombres mitológicos de antaño, aunque
no de las grandes voces. Considera que esa ausencia ''se debe en gran medida
a los directores, que han caído en una falta de humildad extrema
y prefieren apoyar cantantes que los hagan lucir a ellos y no al revés,
como debería ser. Hacen falta más directores que amen el
trabajo de los cantantes y hagan lucir sus voces.
''Por fortuna, empieza a despuntar una nueva generación
de directores con otra mentalidad, sobre todo italianos; sólo es
cuestión de poco tiempo para que aparezcan figuras de la talla de
Callas y Pavarotti."
Promoción de jóvenes intérpretes
La presencia de Kohn en México se debe a su interés
por la calidad y la cantidad de cantantes que existen en el país,
ante lo cual se dice asombrado. De hecho, son frecuentes sus visitas para
conocer nuevas voces, y su objetivo a corto plazo es promover a algunos
jóvenes intérpretes en el extranjero, principalmente en las
casas de ópera de Estados Unidos, lo cual hará con la ayuda
de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano.
En proyectos similares, destaca el trabajo del tenor Plácido
Domingo, quien, dice, dedica 20 por ciento de su tiempo semanal a buscar
jóvenes talentos a los que muy probablemente promoverá mediante
sus dos compañías internacionales de ópera.