Diez países del este dan su apoyo a una
ofensiva estadunidense contra Bagdad
Europa, dividida ante la crisis en Irak
Francia cuestiona la existencia de las pruebas sobre
el presunto arsenal iraquí
AFP, DPA Y REUTERS
Paris, 5 de febrero. La división de Europa
ante la crisis en Irak quedó manifestada nuevamente hoy con las
reacciones variadas y hasta opuestas que provocó la intervención
del secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, ante el Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): mientras
10 países del este apoyaron decididamente a Washington, otros expresaron
dudas.
Antes de la presentación de Powell, el primer ministro
de Gran Bretaña, Tony Blair, advirtió que puede ir a la guerra
contra Irak sin que exista una nueva resolución de la ONU, en caso
de que se presente un "veto caprichoso" de algún miembro permanente
del Consejo de Seguridad.
En el mismo tono, el ministro británico del Exterior,
Jack Straw, consideró que las posibilidades de una solución
pacífica se esfuman día a día, y que los pedidos del
presidente francés, Jacques Chirac, de dar más tiempo a los
inspectores para buscar las presuntas armas de destrucción masiva
son "inútiles".
Además,
Blair consideró ante la Cámara de los Comunes que existe
una "irrefutable" conexión entre Irak y la red Al Qaeda de Osama
Bin Laden, aunque la profundidad de esa relación, sostuvo, permanece
"en el terreno de la especulación". Previamente, Straw había
hecho declaraciones similares, pese a que un documento confidencial en
manos de Blair descarta tal relación, según reveló
la cadena BBC.
"Si Al Qaeda estuvo en el pasado en contacto con el régimen
iraquí, según nuestro análisis, esa relación
naciente se derrumbó por desconfianza e incompatibilidad ideológica",
dice el informe.
También antes de la presentación de Powell,
la Unión Europea (UE) había demandado formalmente que Irak
cumpla con los inspectores de armas de la ONU. Un comunicado emitido por
Grecia, que ostenta la presidencia rotativa, señala que Bagdad "cargará
con la responsabilidad por todas las consecuencias si no actúa"
suministrando a los inspectores toda la información.
Aspirantes a entrar a la OTAN
Mientras, 10 países de Europa del este que aspiran
a entrar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), que se reunirá este jueves para decidir su postura en caso
de guerra, afirmaron que está "claro" que Irak viola las resoluciones
de la ONU sobre desarme.
"El peligro evidente que plantea el régimen de
Saddam Hussein necesita una respuesta conjunta de la comunidad de los países
democráticos. Instamos al Consejo de Seguridad de la ONU a emprender
las acciones necesarias y adecuadas frente a la constante amenaza iraquí
para la paz y la seguridad", dice la declaración de Letonia, Lituania,
Estonia, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Albania, Croacia y Macedonia.
Idéntica posición mostró el primer
ministro polaco, Leszek Miller, quien aseguró que Hussein debe "ser
desarmado", mientras el gobierno portugués estimó que los
elementos presentados por Powell "confirman las dudas" que se dejaban sentir
en el informe de los inspectores en Irak.
El primer ministro de Portugal, José Manuel Durao
Barroso, es uno de los firmantes de la carta de los ocho dirigentes europeos
en apoyo a Estados Unidos, un texto divulgado la semana pasada e impulsado
por España, sin consultar a Francia y Alemania.
Para el canciller de Dinamarca, Per Stig Moeller, Powell
presentó "gran cantidad de hechos alarmantes", pero consideró
que eso "disminuye la posibilidad de una guerra", al asegurar que ahora
los países árabes saben que entre ellos hay un dictador "peligroso"
y ellos mismos tendrán que hacer algo.
El primer ministro sueco, Goeran Persson, estimó
que el discurso del secretario de Estado fue "sólidamente armado",
al tiempo que su par holandés, Jan Peter Balkenende, consideró
que Powell presentó "pruebas convincentes. Eso no se puede negar.
Ahora tenemos que esperar a ver cuál será el camino elegido
por el Consejo de Seguridad", añadió.
Alemania y Francia, las voces más firmemente opuestas
en Europa a una guerra, no comparten estos puntos de vista. El canciller
francés Dominique de Villepin reiteró que Estados Unidos
no podía tener pruebas "absolutas" de la existencia del presunto
arsenal iraquí.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka
Fischer, se limitó a decir que los "expertos en inteligencia deben
examinar ahora las evidencias antes de que se tome cualquier decisión".
Para el canciller belga, Louis Michel, en las pruebas
presentadas por Powell "no hay elementos verdaderamente nuevos", y por
eso no se justifica una decisión precipitada sobre una posible intervención
militar.
Ante esta variedad de opiniones, el canciller griego,
George Paendreou, mencionó que "cuando se habla de escenarios futuros,
se tiene todo tipo de posiciones", pero que en lo que respecta a la UE,
el Consejo de Seguridad "es el que dirige". Recientes encuestas entre ciudadanos
del bloque de Los Quince muestran que entre 70 y 80 por ciento de
la población se opone a un ataque contra Irak.