Las sustancias se introducen en frutos; las pruebas en animales han tenido éxito
Desarrolla el Poli ''vacunas comestibles''
Posible, que esta técnica también se emplee para combatir el VIH/sida, adelanta experto
JOSE GALAN
Científicos mexicanos, en colaboración con académicos estadunidenses, desarrollan un proyecto para introducir vacunas contra enfermedades infantiles en alimentos como el plátano y el tomate. Las primeras pruebas en animales han tenido éxito.
Miguel Gómez-Lim, del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados, del Instituto Politécnico Nacional, recibió una beca de la Fundación Rockefeller por 58 mil dólares para desarrollar el proyecto en tres años junto con científicos del Boyce Thompson Institute for Plant Research, de la universidad estadunidense de Cornell, y que está a punto de concluir.
Principal científico del equipo mexicano, Gómez-Lim pertenece al Departamento de Genética y se ha dedicado al estudio de los frutos tropicales, su composición molecular y su manipulación genética, en la búsqueda de aplicaciones de esos frutos como vehículos para la producción de vacunas humanas, particularmente contra el cólera, la hepatitis B, el paludismo, la rabia y el rotavirus.
El científico ha explicado que se ha logrado identificar una serie de genes que participan en la maduración de los frutos ya mencionados, y que se están utilizando en experimentos de transformación genética para producir frutos de mango, aguacate, plátano y papaya con maduración controlada y una mayor vida de anaquel. ''Tener frutos aptos para consumo humano con maduración controlada o conteniendo vacunas va a repercutir notablemente en las áreas agrícola y de salud de nuestro país. El potencial de aplicación de esta tecnología en los frutos tropicales es muy amplia", sostiene.
Egresado de biología por la Facultad de Ciencias de la UNAM, obtuvo su doctorado en biología molecular en el Departamento de Botánica de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, y posteriormente continuó con el posgrado en el departamento de biología de la Universidad de California, en Los Angeles.
Actualmente el principal objetivo es introducir una vacuna contra el paludismo en el plátano y el tomate, destinada a las zonas tropicales del país donde esa enfermedad es muy común. Charles J. Arntzen, presidente del Instituto Boyce Thompson, ha declarado que existe la esperanza de que las investigaciones incluso permitan la creación de una vacuna comible contra el VIH, barata de fabricar, y que pudiera ser utilizada en todo el mundo contra el sida.