Arrestan a 150 sospechosos de participar en atentado

Pide Uribe a mandatarios declarar terroristas a guerrilleros colombianos

AFP, REUTERS Y DPA

Santafe de Bogota, 10 de febrero. El gobierno del presidente colombiano, Alvaro Uribe, comenzó hoy una campaña diplomática para que los países vecinos declaren a los grupos armados ilegales de Colombia, principalmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), organizaciones terroristas, tras el atentado con explosivos que el pasado viernes dejó 35 muertos en un club social de esta capital.

En tanto, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general James Hill, descartó la participación directa de terroristas internacionales en el atentado que destruyó el selecto club El Nogal.

"Sin embargo, sí hay una conexión, una colaboración del terrorismo internacional con las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a través del dinero que genera el tráfico de drogas", declaró Hill.

Washington y las autoridades colombianas acusan del atentado a las FARC, aun cuando este grupo no se atribuyó la autoría. Al condenar el ataque, el Partido Comunista Colombiano afirmó que las acusaciones oficiales contra las FARC "carecen de fundamento", y llamó a las autoridades a evitar "una cacería de brujas", en momentos en que se informó que unas 150 personas han sido detenidas por ser sospechosas de estar vinculadas a las FARC y al atentado.

Por su parte, el ELN decretó a partir de este lunes un paro armado en el conflictivo y petrolero departamento de Arauca, en protesta por "el cerco del ejército" y la presencia en la región de decenas de asesores militares estadunidenses, "que ya suman cerca de 200".

De acuerdo con el gobierno, en esa región hay unos 70 asesores militares estadunidenses que entrenan a los soldados encargados de proteger un oleoducto y otras instalaciones petroleras operadas por la multinacional estadunidense Oxy.

Entre tanto, en el contexto de su campaña diplomática para aislar a las FARC, Uribe se reunirá este martes en Panamá con sus homólogos de naciones centroamericanas, a quienes pedirá apoyo a la lucha colombiana contra la violencia. A su vez, la ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, viajó el lunes a Washington junto con el general Hill para pedir ayuda adicional a la Casa Blanca.

Resumiendo la posición del gobierno, Ramírez aseveró que "necesitamos el apoyo de Europa en lo que tiene que ver con la persecución de las finanzas de estos grupos". También sostuvo que si los países vecinos y centroamericanos "declaran a esos grupos organizaciones terroristas", entonces se podrían congelar los fondos de los grupos en la región.

El vicepresidente Francisco Santos expresó a su vez que el presidente, "en ese dolor en que está, ha decidido trabajar cada vez más en el tema de seguridad en el ámbito internacional, para que las FARC acaben como Al Qaeda".

Durante el fin de semana Uribe lanzó críticas a algunos países, al señalar que "no queremos saber de la presencia de terroristas de Colombia en ningún albergue democrático".

El atentado en el club El Nogal representó un fuerte golpe a las clases empresarial y política del país, ya que éste era por excelencia el sitio de sus reuniones.

Los organismos de seguridad manejaban dos hipótesis: que el coche-bomba hubiera sido introducido en el estacionamiento en complicidad con un empleado del club, o que los explosivos hubiesen ingresado en pequeñas cantidades y posteriormente llevados al vehículo.