La meta, pagar salarios ínfimos y anular
la participación gremial, señala un estudio
Las 20 firmas más grandes del país usan
contratos colectivos simulados
Los investigadores José Alfonso Bouzas Ortiz
y Mario Vega advierten que la iniciativa Abascal promueve que los
sindicatos tengan más dificultades para su legitimación
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Las 20 empresas más importantes del país,
las cuales cuentan con el mayor número de trabajadores, recurren
a contratos colectivos "simulados" y casi en su mayoría pagan salarios
mínimos como regla, además de que tienen prácticamente
nulificada la participación sindical de sus empleados.
Empresas como Wal Mart, Gigante, Vitro, Pepsi y Grupo
México recurren a este tipo de contratos de protección que
firman con sindicatos fantasmas, señala un trabajo de José
Alfonso Bouzas Ortiz y Mario Vega, especialistas en temas laborales.
En el informe denominado Contratos colectivos de protección
y el proyecto oficial de reformas laborales, los investigadores apuntan
que la mayor parte de la contratación colectiva vigente en el país
es simulada y se le identifica como "de protección".
Uno de los datos que remarca el estudio es que a la fecha,
de casi 100 mil contratos depositados en la Junta Local de Conciliación
y Arbitraje del Distrito Federal, 90 por ciento no tiene movimiento o se
revisa como acto protocolario, en el que los trabajadores involucrados
no participan.
Mal necesario
La
supuesta negociación salarial o de revisión de condiciones
de trabajo se da entre una dirección sindical atenta a cumplir con
lo que los empresarios requieren y estos últimos ven a los sindicatos
como mal necesario que enfrentan vacunándose con acuerdos laborales
que les garanticen que no habrá huelgas ni demandas salariales importantes
ni ningún otro tipo de conflicto.
Bouzas indica que "lo grave entre lo grave" es que grandes
empresas del sector servicios y comerciales son las que se encuentran principalmente
en esta situación, siendo que son las que tienen el mayor número
de trabajadores del país que nunca ven una verdadera representación
sindical. Por ejemplo, Wal Mart tiene 84 mil 600 trabajadores, Delphi Corporation,
de Chihuahua 71 mil; Fomento Económico Mexicano 40 mil 966; Pepsi,
24 mil 900 y Grupo Gigante 36 mil 890.
El grupo Gigante, por ejemplo, "celebra contratos colectivos
antes de poner a trabajar un almacén y otorga titularidad a la organización
sindical que mejor responda a sus pretensiones". En esta práctica
incurren muchas de las grandes empresas comerciales del país, ya
que antes de establecer una tienda o almacén como parte del paquete
administrativo necesario a cumplir se negocia la firma del contrato con
el que se manejará el personal y se determina el sindicato que pueda
"participar" con la firma.
"Contiendas intersindicales"
El análisis considera que las propias autoridades
laborales son las primeras defensoras de que el registro de contratos colectivos
se mantenga como información secreta, "con el objeto de no desatar
contiendas intersindicales, y están consientes de que en su mayoría
los contratos depositados son simulados".
El principal argumento de que los empresarios lleven a
cabo esta práctica, es que los sindicatos los pueden perjudicar
y que la mejor forma de contratación es mediante estas simulaciones
con representaciones laborales que les garantizan tranquilidad y certidumbre,
además de que impiden que entren a organizar a los trabajadores
sindicatos alternativos o independientes.
De esta forma, nueve de cada 10 empresas del país
tienen este tipo de sindicalismo, en el que los dirigentes hacen como que
negocian con los empresarios; los patrones a su vez piden que los aumentos
salariales demandados sean los más bajos y que puedan seguir pagando
sueldos ínfimos a la mayoría de sus trabajadores. En tanto,
las autoridades presencian la simulación, la convalidan y la aceptan,
apunta el análisis.
Según destaca la información de las 20 principales
empresas del país, de acuerdo con el número de trabajadores
que manejan, sólo una, Telmex, tiene vida sindical activa, en las
demás es simulada. También advierte el estudio que el proyecto
de reforma laboral llamado "iniciativa Abascal" contiene determinaciones
para dificultar más la legitimación de los sindicatos, además
de que limita el planteamiento de las demandas por firma de contrato, porque
queda a discreción de la autoridad evaluar si quien demanda está
facultado para hacerlo.
La reforma que pretende el gobierno faculta además
a las juntas de conciliación y arbitraje para que determinen si
los documentos exhibidos por los trabajadores cumplen con los requisitos
y señala que mientras no se resuelva la titularidad de un contrato
colectivo no permitirá otra demanda por igual motivo. Es decir,
ata más de manos a los sindicatos democráticos.
Para los investigadores México es el único
caso en el mundo en el que la contratación colectiva y el derecho
de asociación en sindicatos "se han visto burlados con tan dramática
realidad". Establecen: "El secretario del trabajo, Carlos Abascal, cuando
promovió esta iniciativa, evidenció que no conoce el compromiso
de campaña que estableció el presidente Vicente Fox respecto
a terminar con la simulación laboral".