Informe de Londres en torno a casos ocurridos en los 80
Coludidos, policías y militares de GB ayudaron a matar católicos irlandeses
AFP
Belfast, 17 de abril. La policía norirlandesa y el ejército británico participaron en el asesinato de católicos en los años 80, indicó este jueves un informe de la policía de Londres que por primera vez confirma las sospechas de colusión con asesinos protestantes que pesaban sobre estas dos instituciones.
Estas revelaciones se hallan en un informe redactado por John Stevens, jefe de la policía metropolitana de Londres. Solamente 15 páginas de este informe fueron publicadas el jueves para permitir que la justicia pueda seguir su curso.
Según este documento, oficiales de la policía antiterrorista y de los servicios de información de Gran Bretaña ayudaron, en el seno de grupos armados protestantes, a matar a varios católicos, entre ellos Brian Lambert, un estudiante de 19 años, y al abogado Pat Finucane, asesinado en 1989 delante de su familia.
"He reunido pruebas suficientes para creer que los crímenes de Pat Finucane y Brian Lambert pudieron haber sido evitados", y que la investigación posterior "tendría que haber conducido al rápido arresto de sus asesinos", declaró John Stevens.
"Concluyo que hubo, en estos dos asesinatos, colusión" entre las fuerzas de seguridad y los homicidas de los grupos armados protestantes, añadió Stevens, implicando abiertamente a la sección antiterrorista de la policía y a la Force Research Unit (FRU), un servicio de inteligencia del ejército británico.
John Stevens pidió que se abran procesos judiciales contra una veintena de policías y soldados.
Encabeza la lista de acusados el general Gordon Kerr, antiguo responsable del FRU en Belfast y actual agregado militar en la embajada británica en Pekín.
El informe Stevens también demuestra que estos policías y militares "obstruyeron" las investigaciones criminales y que "escondieron y destruyeron pruebas materiales de importancia crucial".
John Stevens trabajó durante 14 años, permitiendo el arresto de 144 personas, de las cuales 94 fueron condenadas, y no sólo fue amenazado de muerte, sino que su despacho y sus archivos en Irlanda del Norte fueron incendiados.
Stevens declaró que su equipo continuará investigando hasta determinar "en qué nivel de la jerarquía se decidió esta obstrucción".