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México D.F. Lunes 16 de junio de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
León, obligado proselitismo faccioso
Los Pinos no podía frenarse antes de ir a esa
ciudad simbólica
En riesgo, 15 años de hegemonía panista
UNA VEZ HECHA la tarea en León (la capital
nacional del foxismo, en riesgo electoral por escisiones panistas aprovechadas
por sus opositores), el Presidente de la República ya puede frenar
sus giras escandalosamente electoreras (dicho de otra manera: Los Pinos
no podía atender el clamor nacional de freno a sus maniobras de
promoción en favor del PAN, por más escándalo que
hicieran otros partidos y buena parte de la sociedad, mientras no cumpliera
sus obligaciones facciosas en la tierra del zapatismo de derecha).
NO SE QUIERE decir con lo anterior que no abrigara
el jefe del Estado mexicano esperanzas de que rindiera frutos en forma
de votos su criticado deambular por otros puntos electoralmente críticos
para el panismo: fue a Sonora, por ejemplo, con la expectativa de empujar
a uno de sus recaudadores de fondos, Ramón Corral, destacadísimo
Amigo de Fox en tiempos del pase de charola. Pero en esa entidad, como
en Nuevo León, las tendencias favorables a los candidatos panistas
podrían dejar los esfuerzos presidenciales en mero testimonio. Incluso,
y para confirmar que sus verdaderos objetivos electoreros son más
de índole regional, recuérdese que él mismo ha hecho
saber hasta a sus correligionarios que no debe esperarse demasiado de los
próximos comicios federales, pues, según las encuestas que
obran en su poder, la conformación de la próxima Cámara
de Diputados será casi la misma que ahora, es decir, sin predominio
real de ningún partido (o sea que no tendría la figura presidencial
ninguna necesidad de exagerar el afán proselitista en una batalla
cuyos resultados no darán mayoría de curules a su partido).
EN
LEON, GUANAJUATO, las cosas son diferentes. Durante los 15 años
recientes la presidencia municipal la ha tenido el PAN, en especial el
grupo de empresarios cuyo producto más conocido es Vicente Fox Quesada.
En la arena política de esa industriosa ciudad convergen intereses
personales y familiares del presidente de México: Arturo Torres
del Valle, el presidente del comité municipal panista, es su cuñado,
y una de las hermanas del propio Vicente, Mercedes, es activísimo
personaje de la vida interna del panismo local. La felicidad del grupo
que desde las cámaras empresariales locales se proyectó hacia
la política nacional sería grande (con todo y las naturales
discordias que, sin embargo, casi siempre han sido supeditadas al interés
superior de la facción) si no fuera porque ha sido amenazada por
Eliseo Martínez Pérez, quien ya fue presidente municipal
de León por el PAN, y quiso oponerse a la designación del
candidato de Fox a su propia sucesión, Juan Carlos Romero Hicks,
quien fue postulado por el blanquiazul en medio de acusaciones internas
de trampas electorales. Marginado a partir de ese pecado original, Martínez
Pérez fue colocado fuera del partido conforme se acercaba la toma
de nuevas decisiones panistas, de tal manera que, cuando el empresario
Ricardo Alaniz fue postulado candidato a la presidencia, pareció
que la continuidad del grupo estaba garantizada. Sin embargo, postulado
por el PRI y el Verde Ecologista a la misma alcaldía, Eliseo ha
ido creciendo en las encuestas de opinión, al extremo de tener un
virtual empate técnico con el panista. La desesperación que
ha producido en el Grupo Guanajuato el riesgo de perder el poder en esa
ciudad simbólica le ha llevado a una desproporcionada operación
de Estado que no sólo ha impelido al Presidente de la República
a realizar dos visitas en poco más de una semana a la misma urbe
(la segunda, de dos días), sino, además, a la abierta conversión
del aparato institucional federal en una plataforma azulosa de ofertas
merolicas deseosa de ganar con promesas por comprobar el voto de los leoneses
para dentro de pocas semanas. El mismísimo presidente Fox demeritó
así la de por sí ya muy ajada investidura republicana al
ofrecer como realidades en curso obras y servicios apenas en proyecto o
con fecha de inicio tan lejana como el final del año próximo;
en la feria de millones y millones de pesos que recitó para unos
y otros propósitos, pareciera que León y sus alrededores
no habían llegado a mejores niveles nada más porque no se
había dado la oportunidad de que el Presidente y sus secretarios
(y subsecretarios de gran poder, como Ramón Martín Huerta,
de Gobernación, o coordinadores todopoderosos como Ramón
Muñoz) hubiesen tenido oportunidad de anunciarlo.
VISTO ESE INTERES superior del guanajuatismo hecho
gobierno federal, se entenderán las razones por las cuales la Presidencia
de la República no podía suspender sus criticadas giras.
No lo hizo cuando arreciaba la exigencia de que fuese congruente con la
historia de su partido y con la suya propia, pues era inocultable que estaba
haciendo desde Los Pinos lo mismo que tres años atrás denunciaba
como maniobras inadmisibles del seudopriísta Zedillo. Ni siquiera
aprovechó Fox la oportunidad que el pasado 5 le fue ofrecida en
una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores en la que
Ricardo Monreal propuso un acuerdo de equidad electoral, que obligaría
a las autoridades de los tres niveles de gobierno a abstenerse de hacer
cualquier tipo de labor de proselitismo en estas fechas políticamente
delicadas.
CUMPLIDO YA ESE objetivo superior, de intensa visita
proselitista a la ciudad fundacional del foxismo, ya se podrá guardar
en casita chilanga el Presidente de México, con la tranquilidad
del deber (de caciquismo local) cumplido.
ASTILLAS:LAS CRONICAS DE sociales suelen decir
más de política que las columnas presuntamente especializadas
en esta materia. Este fin de semana, por ejemplo, el líder petrolero
Carlos Romero Deschamps tuvo entre los invitados a la elegantísima
boda de uno de sus hijos al secretario de Energía, Ernesto Martens;
al director de Pemex, Raúl Muñoz Leos y, según versiones
periodísticas que descansaban en el dicho de "uno de los presentes",
a Lino Korrodi. Es de esperarse que la amistad mostrada en un acto fastuoso
de la vida privada sea sostenida por esos personajes en la cárcel,
si es que, como ha prometido el presidente Fox, se habrá de castigar
a los responsables del Pemexgate. La ceremonia religiosa fue oficiada
por Onésimo Cepeda y hubo, naturalmente, muchos priístas
distinguidos, como La Güera Rodríguez Alcaine, Manlio
Fabio Beltrones y Manuel Angel Núñez.
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