México D.F. Lunes 16 de junio de 2003
Legisladores de ambos países prometen
superar diferencias por la guerra de Irak
Borrón y cuenta nueva, conclusión de
la Interparlamentaria México-EU
ANDREA BECERRIL ENVIADA
Nashville, 15 de junio. La 42 Reunión Interparlamentaria
México-Estados Unidos concluyó ayer con el acuerdo de los
legisladores de hacer a un lado las diferencias entre sus gobiernos surgidas
por el caso Irak y avanzar en busca de soluciones a los problemas más
urgentes de la agenda bilateral, entre ellos migración, efectos
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en materia
agropecuaria y seguridad nacional.
La delegación estadunidense, en voz del senador
Jeff Sessions, hizo notar que aunque Estados Unidos (EU) "se sintió
herido" por la determinación del gobierno mexicano de no apoyar
al presidente George W. Bush en la guerra contra Irak, reconocen que "se
trata de la decisión de un Estado soberano y las cosas deben seguir
adelante".
El presidente del Senado mexicano, Enrique Jackson, hizo
un balance y señaló que la reunión fue importante,
toda vez que se logró discutir asuntos torales para México.
Dijo que el hecho de que los estadunidenses consideren que no hay condiciones
para un acuerdo migratorio no será obstáculo para que continúen
los esfuerzos del Congreso por llegar a una solución y, en el corto
plazo, conseguir mejoras para los millones de mexicanos que laboran en
EU.
Los 17 senadores y representantes del Congreso de Estados
Unidos que durante los pasados tres días estuvieron reunidos aquí
en el encuentro interparlamentario con sus pares mexicanos, no dejaron
pasar la oportunidad de expresar su malestar por el hecho de que el gobierno
foxista dijera no a la petición de respaldo de Washington para atacar
a Irak.
Sin embargo, tanto la presidenta de la delegación,
Silvia Hernández, como el mismo Jackson, hicieron notar que fue
una decisión que el país tomó con base en su soberanía
y que lo mejor, dada la importancia de la relación entre ambas naciones,
es seguir hacia adelante.
Jackson precisó que con mesura, pero "de manera
muy clara", expusieron que el gobierno mexicano ha cooperado de forma trascendente
para la vigilancia de una franja fronteriza de más de 3 mil kilómetros
y que ello beneficia la seguridad interna de Estados Unidos.
Durante
una conferencia conjunta que el sábado por la noche ofrecieron el
senador Sessions, el representante Jim Kolbe, además de Silvia Hernández
y el panista Alejandro Zapata Perogordo, todos coincidieron en que el tema
de Irak quedó atrás. "Para nosotros fue muy significativo
que el presidente Bush no recibiera el apoyo que pidió a México.
Esto, por supuesto, hizo que nos sintiéramos heridos, pero, como
ya dije, respetamos la decisión de un Estado soberano y ahora la
relación tiene que seguir adelante y avanzar".
Sessions y Kolbe, quienes presidieron la delegación
estadunidense, reiteraron que en el Congreso de Estados Unidos no hay aún
acuerdo para solucionar el problema de migración a ambos lados de
la frontera y reconocieron que el actual sistema en torno a la entrada
y salida de personas a territorio estadunidense no funciona y no han logrado
que se respeten las leyes y que el pueblo estadunidense esté satisfecho.
"El sistema de migración no cumple con ninguno
de estos requisitos y, por tanto, tenemos que ver cómo se avanza
en ese sentido", precisó Sessions.
El representante Kolbe, a su vez, hizo notar que a los
legisladores de los estados fronterizos sus electores les exigen que haya
una migración ordenada y que se busque cómo regularizar,
aunque sea de manera temporal, a aquellos trabajadores que tienen ya tiempo
de laborar en EU. Insistió en que, conjuntamente con el representante
de Texas, Silvestre Reyes, preparan una serie de iniciativas legales que
tiene que ver con esa materia, toda vez que signar un acuerdo migratorio
es difícil y complejo.
A su vez, la senadora Silvia Hernández precisó
que acordaron integrar cuatro grupos de trabajo para dar seguimiento a
igual número de temas que conformaron la agenda de esta reunión
interparlamentaria. Además de migración, tratado de libre
comercio y seguridad nacional, el otro grupo se dedicará a lo concerniente
a salud.
Entrevistado ayer luego de la clausura, Jackson Ramírez
señaló que no se puede restar importancia a este encuentro,
pues aunque los estadunidenses sostengan que no se puede firmar el acuerdo
migratorio ni renegociar el TLCAN en materia agropecuaria, "nosotros no
nos vamos a declarar derrotados".
Sostuvo que van a insistir, que seguirán presionando
y buscando el diálogo con los congresistas de Estados Unidos, toda
vez que tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes del
vecino país hay iniciativas en beneficio de los migrantes, entre
ellas la referida a reconocer la matrícula consular como un documento
oficial.
Hizo notar que es un avance el hecho de que se haya desempolvado
el tema migratorio, que desde hace dos años se mantuvo congelado,
luego de los atentados terroristas de septiembre de 2001.
Por lo que se refiere al TLCAN, detalló que hubo
coincidencias en ambas delegaciones para reducir los efectos negativos
en varios sectores industriales y agropecuarios.
A su juicio, la reunión comenzó con el señalamiento
de los estadunidenses de la crítica situación por la que
atraviesa la relación México-EU y al final, pese a ello,
los representantes de los poderes legislativos de ambos país decidieron
dar los pasos necesarios para mejorar ese nexo tanto en el ámbito
comercial como en el político.
Hernández, en tanto, comentó que debe valorarse
que el tema migratorio, que para muchos estaba ya muerto, logró
revivirse más allá de consideraciones del todo o nada.
La tarjeta biométrica, hasta 2005
Durante los trabajos de este encuentro entre legisladores,
los estadunidenses adelantaron que la tarjeta biométrica, el nuevo
instrumento de control migratorio en Estados Unidos, no podrá implantarse
el próximo año, sino hasta 2005, debido a problemas presupuestales.
El senador Sessions explicó durante la conferencia
de prensa que se trata de una tarjeta con todos los datos de aquellos extranjeros
que quieran ingresar a territorio estadunidense, que pasa por una máquina
y es la encargada de autorizar o denegar la entrada del migrante.
En el encuentro, según revelaron legisladores mexicanos,
los congresistas estadunidenses reconocieron que es uno de los sistemas
más avanzados para el control migratorio, pero su puesta en marcha
tendrá que esperar por problemas económicos.
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