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México D.F. Domingo 22 de junio de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

"Arco de inestabilidad": ¿turno de Irán y el gas?

Insólito apoyo a los mujaidines iraníes

Crece la demanda estadunidense de gas y petróleo

RESULTO INTERESANTE QUE George Soros, el megaespeculador y criminal convicto (sentenciado por los tribunales de París por sus inmundicias financieras), haya definido el "arco de la inestabilidad", que iría de los Balcanes, pasaría por el Cáucaso y llegaría hasta Asia central. Le faltó agregar a Norcorea, que no se le escapa a los profesionales de la geopolítica. Cabe destacar que Soros pertenece al eje financiero global que, dentro del equipo Clinton, manejó Robert Rubin: ex secretario del Tesoro, segundo mandamás del banco Citigroup (con fama de mayúsculo blanqueador global, de acuerdo con una bibliografía infinita) y ex jerarca por un cuarto de siglo de la correduría Goldman Sachs, que se despachó con la cuchara grande con los Tesobonos mexicanos gracias a la connivencia del equipo montado por Joseph-Marie Córdoba (Ortiz Martínez, Zedillo, Martín Werner, Serra Puche, Gurría Treviño, Levy Algazi, etcétera) que aún controla las finanzas nacionales. Tampoco se puede soslayar que el "agente" de Soros en México sea Castañeda Gutman, señalado como catalizador del presunto lavado de los Amigos de Fox.

LO RELEVANTE RADICA en que haya sido desenterrado un "arco de inestabilidad" que rememora, con sus variantes y matices, el "arco de la crisis", por medio del cual Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional de James Carter, contuvo a la URSS en Afganistán y en la periferia. En su libro El gran tablero de ajedrez mundial (cuyo subtítulo es más explícito: Primacía de EU y sus imperativos geoestratégicos), Brzezinski lanza el concepto de los "Balcanes euroasiáticos", que se empalman perfectamente con el "arco de inestabilidad" definido por Soros, quien aplica el Choque de civilizaciones (cuyo subtítulo es más sugerente: Reconfiguración del nuevo orden mundial), del racista Huntington, al mundo de las especulaciones financieras, que se nutren de la "teoría del caos", donde se maximizan las ganancias bursátiles por medio de los "derivados": "armas financieras de destrucción masiva", como los definió soberbiamente Warren Buffet.

EN SU DEPRIMENTE reunión de este año, el agonizante Foro Económico Mundial de Davos (27 de enero de 2003) abordó en su agenda globalmaniaca el "arco de inestabilidad", emergido después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, como "un arco que se extiende de Africa occidental hasta el sureste asiático".

LA CLASIFICACION demencialmente demoniaca del "eje del mal" del equipo Bush (Irak, Irán, Norcorea) se puede muy bien traslapar con el "arco de inestabilidad".

EN LA RECIENTE guerra de Afganistán, donde también se empantanó el ejército de Estados Unidos, la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán se colocó entre los beneficiados por la caída del régimen talibán. Y en las "tres guerras en una" que se libran todavía en Irak, Teherán resultó triunfadora en el sur chiíta, mientras en el centro sunnita se despliega una sorprendente guerrilla, y en el norte (hasta ahora) salieron vencedores los kurdos y los israelíes, bajo la mirada alerta de Turquía.

NO NECESARIAMENTE SE tiene que invadir a un país para desestabilizarlo. Irán, segunda potencia gasera planetaria después de Rusia, sufre los embates feroces del equipo Bush, como contrapeso a la hegemonía chiíta que va desde el mar Mediterráneo (en el sur de Líbano, donde opera el Hezbolá), pasa por el sur de Irak y llega hasta Afganistán. El equipo Bush optó por apretar las tuercas a la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán que sufre la contraofensiva de una brutal embestida multifrontal: inspección de los reactores nucleares fabricados por los rusos; sus "lazos" con el terrorismo medioriental y centroasiático; su "intervencionismo" en el sur de Irak; la oposición de los "mujaidines Al-Khalq" (a los que "insólitamente" apoya el equipo Bush, pese a encontrarse en la lista de entidades terroristas del Departamento de Estado) y, sobre todo, el resurgimiento de las protestas estudiantiles.

MAS QUE A una intervención militar que sacude el equipo Bush como espantapájaros, la CIA apuesta a una revolución demográfica: al derrumbamiento de la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán que moriría por senectud y que sería sustituida por el segmento democrático mayoritario de jóvenes y mujeres, más proclives al mundo "occidental" (whatever that means). Más allá del simplismo del monolito teológico (89 por ciento de chiítas y 10 por ciento de sunnitas), la sociedad iraní es sumamente refinada, compleja y multiétnica (persas arios 51 por ciento, azeris 24 por ciento, kurdos 8 por ciento, árabes 7 por ciento, gilakis/mazandaranis 7 por ciento, turkomenos 2 por ciento, lur 2 por ciento, baluchis 2 por ciento) y faltará ver cuál será su definición de un "Occidente" fracturado y qué tanto el "nuevo régimen" se arrojará a los brazos de quién.

DESDE GAZA HASTA Irán, el equipo Bush busca su éxito perdido que se le esfumó de las manos en Irak. Hasta cierto punto. Porque el objetivo primordial de Cheney-Rumsfeld-Wolfowitz-Perle radica en la aplicación del nuevo plan energético de Estados Unidos por medio de la "guerra preventiva" (esbozada en Guía de política de defensa, 1992), independientemente del caos en tierras ajenas y alejadas, que no le quita en absoluto el sueño. Se trata de "prevenir" la captura de los recursos estratégicos del Medio Oriente por una potencia hostil, que hemos traducido con el teorema: "cercar a China y acercarse al mar Caspio".

EN LOS PROXIMOS 20 años, de acuerdo con la Administración de Información de Energía, la demanda de Estados Unidos por el petróleo saltará 30 por ciento, y por el gas natural, más de 50 por ciento, al tiempo que disminuye la producción doméstica (IPASM; Wildcatter Weekly, publicación 13/01). El 65 por ciento de la energía de Estados Unidos proviene del petróleo (40 por ciento) y del gas natural (25 por ciento); el restante 22 por ciento, del carbón, que es muy contaminante y cada vez más en desuso; 8 por ciento, de la energía nuclear, y 4 por ciento de fuentes renovables. Hasta abril pasado las importaciones de Estados Unidos (crudo y sus productos) era 61.9 por ciento, alrededor de 12.25 millones de barriles diarios, de los cuales el crudo proveniente del golfo Pérsico representó 24.3 por ciento hasta febrero, según el American Petroleum Institute.

LO REAL ES QUE la invasión anglosajona a Irak marcó el shifting ("desplazamiento") del "fin de la época del petróleo" al "inicio de la época del gas", que pretende controlar la petrocracia texana, a punto de transmutarse en gasocracia, que gobierna en la Casa Blanca a través de la dupla energética Enron-Halliburton. Debido a la Enmienda de la Energía Limpia, que busca limitar la emisión de bióxido de carbono, se calcula que 90 por ciento de la capacidad para generar la nueva electricidad será por combustión de gas. Así que en los próximos 16 años la utilización del gas natural pasará a 35 por ciento del total: un incremento de 13 por ciento, es decir, Estados Unidos tendrá que importar casi la mitad de lo que consume en la actualidad. En su editorial del 20 de junio The Wall Street Journal calcula que Estados Unidos tendría 1.4 billones de pies cúbicos de reservas de gas recuperable (7.6 veces más que las cifras oficiales), cuyo 59 por ciento se encontraría en tierras federales reguladas (v. gr. en las Montañas Rocosas). El problema radica en que no solamente resulta muy costosa su recuperación sino que también las leyes ambientales, y las probables demandas legales, paralizarían su explotación. Para paliar su deficiencia gasera, Estados Unidos importa 15 por ciento de Canadá (cuya producción está llegando a su límite) y sin la más mínima compunción ni contrición ha recurrido a la salvaje exploración de la reserva ambiental de Alaska, avalada impúdicamente por una enmienda permisiva de la Cámara de "Representantes".

SE DESPRENDE QUE, sumado a la captura del petróleo ajeno, que se plasmó en Irak, al equipo Bush-Cheney (léase la dupla Enron-Halliburton) le urge la privatización, es decir, la piratización del gas natural que intentará arrebatar de Irán por la vía de la bandera hipócrita de la "democracia" y los "derechos humanos", que desde la elección bananera de Florida y el 11 de septiembre no practica con el ejemplo el equipo Bush.

EL PASADO 13 DE FEBRERO, en su comparecencia ante el Comité de Energía y Recursos Naturales, Robert Ebel, director del Programa de Energía del Centro Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Washington (CSIS, por sus siglas en inglés, adonde los polkos cordobistas-zedillistas fueron a regalar los energéticos mexicanos por medio del documento infame Nuevos horizontes), afirmó su epistemología energética: "el futuro del petróleo no se define en términos de la producción actual. Más bien, el futuro se define por las reservas en el suelo. ¿Dónde se encuentran? En Arabia Saudita, Irak e Irán". Para enterarse de la nueva geopolítica del gas, ¿acaso necesitó el Senado de Estados Unidos la comparecencia de Robert Ebel, del CSIS, el presunto expropiador intelectual de los energéticos mexicanos por la vía de la "privatización" neoliberal?

EL NUEVO AXIOMA a lo largo y ancho del "arco de inestabilidad" parece significar: "Dime cuántas reservas tienes y te diré cuánto vales en el mundo energético". Bajo la perspectiva pirata del CSIS, las reservas de Irak ya cayeron en manos de Estados Unidos, las de Arabia Saudita se encuentran muy bien aseguradas bajo el montaje hollywoodense de la "guerra contra el terrorismo global", y solamente faltaría el gas de Irán para cerrar el círculo virtuoso de la privatización neoliberal energética. Hasta el profético ministro de Finanzas del gobierno Likud, Bibi Netanyahu, muy bien conectado con la secta esotérica autonombrada de La cábala straussiana que controla la Casa Blanca, anunció la apertura del oleoducto de Mosul y/o Kirkuk (en el norte de Irak) al puerto de Haifa a través de Jordania (The Daily Telegraph, 21 de junio).

CON LOS LINEAMIENTOS estratégicos que proporciona Robert Ebel, del CSIS, sería conveniente ubicar la relevancia multidimensional de la teocracia chiíta de los ayatolas de Irán desde su inmejorable posición geoestratégica hasta la posesión de la segunda reserva de gas natural a escala planetaria: 940 billones de pies cúbicos: 16 por ciento del total mundial, detrás de Rusia, que detenta el primer lugar, con casi el doble (29 por ciento), según World Oil (Gulf Publishing Co., vol. 223, no. 8; agosto/02).

ESTADOS UNIDOS, SEXTO lugar mundial en gas natural (3 por ciento), domina ya a Qatar, una antigua isla de piratas de perlas y tercera reserva de gas natural con casi 13 por ciento. Así que no es gratuito que el comando central del ejército de Estados Unidos tenga su sede operativa en Qatar, donde se han posicionado los piratas de la petrocracia (próximamente gasocracia) texana para lanzar la "ronda de Doha" de la globalización (en su variante mercantil) y sus invasiones bélicas.

ESTADOS UNIDOS SE ha posicionado con sus tropas en Afganistán e Irak, entre quienes se encuentra la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán. El corredor energético del eje Irak-Irán-Afganistán corre a lo largo del paralelo 36 en la colindancia del mar Caspio, la tercera reserva mundial de petróleo. Si -como confesó cínicamente el straussiano Paul Dundes Wolfowitz, el polémico subsecretario del Pentágono- la invasión de Irak fue por petróleo, ¿la desestabilización de Irán será por el gas natural y por el corredor energético del paralelo 36 que va de Afganistán a Irak?

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