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México D.F. Domingo 22 de junio de 2003
Entre música y disfraces, este año el acto tuvo la consigna šVivan todas las formas de felicidad!
Participaron decenas de miles en la marcha del orgullo lésbico-gay
Mandaron al final del contingente a los partidos políticos; los acusan de haber ido sólo a buscar el voto
FABIOLA MARTINEZ
Decenas de miles de personas participaron ayer en la vigesimoquinta marcha del orgullo lésbico, gay, bisexual y transgénero, quienes más allá de la reiterada exigencia para que sean respetados sus derechos, recorrieron las calles de la ciudad orgullosos de las conquistas ganadas. šVivan todas las formas de felicidad! fue la consigna de este año.
Atrás quedaron las demandas de la marcha de octubre de 1978 contra la represión al movimiento estudiantil ocurrido 10 años antes (organizada por Nancy Cárdenas). Sin embargo, permanece una de las frases de aquel entonces: Nadie es libre hasta que todos seamos libres.
Cuatro años atrás pidieron el fin de las razzias, y enseguida tomaron como bandera el repudio a las peores formas de hostigamiento policiaco y el reconocimiento a los homosexuales. Ahora exigen a los legisladores que apoyen las iniciativas para avanzar en el respeto integral de sus derechos constitucionales.
Los manifestantes solicitaron a los partidos políticos no utilizar las demandas de este "colectivo ciudadano" para ganar adeptos, pues afirman que ya no están dispuestos a que al día posterior a las elecciones los dirigentes "nos traicionen y regresen de inmediato a las políticas erráticas y homofóbicas", como sucedió con la iniciativa de sociedad de convivencia, truncada hasta ahora en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Esta alternativa pugna por derechos elementales, alimentarios, sucesorios y de tutela legítima en las parejas no heterosexuales.
"Con 25 años de marchar por las calles de esta ciudad, no venimos con la cabeza gacha, sino con toda la dignidad que como personas, como habitantes de este país y esta ciudad, al amparo de nuestros derechos constitucionales, gozamos", expresaron.
Y así fue, esta ocasión -salvo el discurso oficial- la marcha fue gozo, carnaval y fiesta. El enorme contingente inició su paso en la glorieta del Angel de la Independencia, rumbo al Zócalo, con mucho baile y más música montada en 30 plataformas rodantes, patrocinadas en su mayoría por los centros de reunión lésbico-gay.
Al final de la enorme hilera quedaron las camionetas de los partidos políticos México Posible, del Trabajo y hasta del candidato panista a la delegación Cuauhtémoc, Arturo Madero. Para ellos el mensaje fue claro: "este es un movimiento autónomo e independiente, por lo que pedimos a los partidos políticos que han venido a buscar el voto gay se coloquen al final de los contingentes (...) ninguno de ustedes propició condiciones para construir un acuerdo político para establecer compromisos con el movimiento". Los organizadores hablaron de más de 80 mil participantes, cifra sin precedentes en 25 años de este movimiento, dato que respaldó el reporte de algunas agentes de la agrupación Cisne, mientras que los de tránsito calcularon más de 30 mil.
"También contaron los mirones, los que están en el clóset y las familias completas que vienen a ver esto... Ya casi podemos competir con la caravana de Walt Disney", bromeó uno de los promotores.
Más que pancartas y consignas dirigidas a la lucha contra el sida y el uso del condón, ahora privó la creatividad en los disfraces que portaron miles para festejar, avivados con el arcoiris, símbolo universal de la diversidad. Ahí estaban guerreros, ángeles, novias, misses, conejitas de Playboy y cenicientas, así como fortachones jugadores de futbol americano con todo y sus amplias hombreras y, debajo, lindas minifaldas de tablones y elegantes zapatillas de puntilla.
También marchó un grupo con vestimenta de obispos, como muestra de franca rebeldía hacia uno de los sectores que más los atacan. A estos les reprocharon que se erijan en "espurios del voto, con la finalidad de condenarnos", pero sobre todo su incongruente y constante llamado al odio y a la discriminación.
En plena fiesta de la "felicidad y la armonía", muchos de los participantes se dieron tiempo no sólo para exhibir sus cuerpos o las tetas de silicón al aire, sino para divertirse a costillas de los espectadores: "šPolicía, escucha, tu hijo se llama Lucha... Ese bigotón también es maricón!... Anímense, šque se vea: somos un chingo de putos maricones jotos!"
El chiste era la diversión, con todo y el estruendo de la música tecno o coreando inclusive la letra de una canción del grupo Molotov (šputo, puto... matarili al maricón!) No obstante, algunos reconocieron que "mañana, ya en la vida cotidiana", habrá que seguir luchando por el respeto, la libertad y que puedan, como uno de ellos, decir en el supermercado donde trabaja que es gay sin temor a perder la chamba.
Aun cuando los organizadores acordaron no personalizar el esfuerzo de la megamarcha, fue evidente la participación de agrupaciones como Diversidad, Equidad Social y Democracia, Contingente de los Osos, Nueva Generación de Jóvenes Lesbianas, Grupo Cristiano Ecuménico Lésbico-Gay, Comunidad Cristiana de la Esperanza, Mujeres Azules, El Condón Móvil (Colectivo Sol), Las Tortugas, La Fraternidad Gay y Ave de México, entre muchas más, incluidas aquellas que al calor de la caminata improvisaron cartelones con el distintivo de su grupo: "Somos Tortillas de Exportación".
También cumplieron con la cita sabatina pioneros en la lucha por el respeto a la diversidad como Max Mejía, Jesús Calzada, Jesusa Rodríguez -emulando al prócer Benito Juárez, su nueva caracterización para su trabajo cabaretero Foximiliano y Martota- Patricia Mercado, Enoé Uranga, Marta Lamas, José María Covarrubias, Tito Vasconcelos -vestido de charro-china poblana-, Juan Jacobo Hernández, Mario Arteaga, Francisco Javier Lagunes, David Rangel, Antonio Salcedo, Rafael Villegas y muchos más.
Este año coronaron a la actriz y cantante Regina Orozco como reina de la diversidad, quien pidió a la concurrencia reunida justo frente a la Catedral Metropolitana, ejercer libremente su sexualidad: ya díganle a sus papás 'šsí soy maricón y qué'... si no, cuándo vamos a avanzar!
Y, antes de que los ventarrones y el aguacero arruinaran la fiesta en la que se valió todo, los integrantes del colectivo homosexual refrendaron que en afán de conseguir afecto y una existencia lo más armoniosa posible "este movimiento es contundente y, como dicen los caribeños, 'paƀtras ni para coger impulso".
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