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México D.F. Domingo 22 de junio de 2003
Los Freseros no se venden, pero la afición debe responder: Meyer
Triunfó la legalidad: el alcalde Ricardo Ortiz
MARLENE SANTOS A. ENVIADA
Irapuato, Gto., 21 de junio. Mientras los jugadores del León se refugiaron en silencio en su vestidor, los integrantes de la Trinca Fresera, dieron la vuelta olímpica, entre llanto, brincos y el canto de los aficionados que este domingo continuarán con un desfile.
Ferreira, al borde del llanto, se declaró feliz y afortunado por ser parte de este equipo, "formado por jugadores muy profesionales. Con todo mi corazón quiero dar gracias a Dios, a mi familia que está en Brasil y a todos los aficionados que esta noche dieron el mejor apoyo que siempre voy a recordar".
El mediocampista Antonio Chávez García señaló: "El equipo nunca se desconcentró, a pesar de que hubo muchos dimes y diretes, que si se vendía o no la franquicia; además, seguido nos debían quincenas, pero nosotros nos concentramos, demostramos una mentalidad fuerte y nos mantuvimos entrenando, porque sabíamos que teníamos esa revancha, después que la ciudad se quedó sin futbol de primera división", dijo, en alusión a la medida de Grupo Pegaso, cuando hace un año decidió trasladar su equipo a Veracruz.
Chávez añadió: "La directiva nos ha dicho que el equipo se va a quedar, que solamente hacen falta algunos refuerzos. Ojalá se mantega esta base, que seguirá dando de qué hablar".
El presidente municipal, Ricardo Ortiz, con la banda de "Irapuato campeón" en la frente indicó: "Hoy se puede presumir en Irapuato y todo México que la legalidad triunfó, el buen futbol triunfó. Que las cosas limpias siempre predominan sobre lo negativo... Durante la semana, casi toda la prensa pintó a Irapuato como una ciudad de vándalos, una horda de salvajes, y eso duele. No es así, aquí hay que ver quién es el responsable".
-ƑUsted sabe quiénes fueron los responsables?
-Nosotros hemos pagado los platos rotos, que no rompimos, pero hay un responsable, el único responsable se llama Carlos Ahumada, y me parece que el mayor castigo que puede haber para esa gente es el repudio de la sociedad. Afortunadamente, hoy pesó la legalidad y la verdad, reiteró.
El dueño del club, Kléber Meyer, se mostró contento pese a los esfuerzos por sortear los accesos al estadio, pues poca gente lo conoce, debido a su alejamiento del equipo. Por enésima vez reiteró que el Irapuato no se vende; no obstante, dijo que la afición debe corresponder con entradas como la de hoy, "de 25 mil aficionados, porque un equipo de primera división no se mantiene con taquillas de 2 o 3 mil personas".
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