Los comerciantes tuvieron encerrado 5 horas al edil de Cuautlancingo, Puebla, y a 24 trabajadores

Batalla policías-ambulantes deja dos heridos de bala y 11 autos quemados

El alcalde condicionó las ventas en el atrio de la iglesia durante la fiesta de San Juan; hay 12 detenidos

LA JORNADA DE ORIENTE

Puebla, Pue., 25 de junio. Dos heridos de bala, 12 detenidos, 26 patrullas y automóviles particulares dañados, 11 de ellos quemados, es el saldo de un enfrentamiento entre policías y comerciantes de Cuautlancingo, a quienes el alcalde priísta José Fernando Meléndez Xicoténcatl les impidió instalarse en el atrio de la iglesia durante la feria anual de la comunidad, hecho que consideraron una "alteración a sus usos y costumbres".

Desde días atrás, el ayuntamiento comunicó a los comerciantes que no los dejaría instalarse en el atrio durante la fiesta dedicada a San Juan Bautista, lo que generó inconformidad entre los habitantes de esta población conurbada a la capital del estado. Por ese motivo, la Secretaría de Gobernación estatal envió a dos visitadores, quienes acordaron con los quejosos que se les dejaría vender, como cada año, a cambio de que se retiraran en cuanto concluyera la festividad.

Sin embargo, a dos horas del convenio, los vendedores empezaron a apedrear el palacio municipal, luego de que un grupo de policías golpeó y roció con gases lacrimógenos a un vendedor, "sin que él hubiera hecho nada para merecer ese trato", dijeron.

Molestos, los negociantes comenzaron a lanzar piedras a los uniformados, quienes respondieron con disparos al aire y posteriormente intentaron huir en tres patrullas. Las balas rozaron a Ricardo Marín y su hijo Luis, de 10 años, lo que enardeció más a la población, que detuvo, volcó y destruyó las unidades.

Estudiantes se suman a la trifulca

Los comerciantes se dispersaron, pero al lugar arribaron jóvenes, algunos cargando aún sus mochilas escolares, quienes saquearon carros particulares y algunas patrullas que se encontraban estacionados en las calles aledañas a la presidencia municipal; otros los destruyeron con piedras, palos y fierros. Además quemaron ocho carros y tres motocicletas.

Para obligar al alcalde a salir de sus oficinas colocaron en la entrada de la presidencia un vehículo y lo incendiaron, por lo que las 25 personas que estaban en el inmueble empezaran a intoxicarse con el humo y sólo buscaban resguardarse de las piedras y palos que entraban por los cristales.

A las 14:20 horas, rodeado por las mujeres que entraron a negociar para poder colocar sus puestos en la feria, el edil salió al balcón y pidió a los amotinados llegar a un acuerdo para evitar la entrada de la policía estatal, que estaba en las calles aledañas a la comuna.

Los manifestantes impidieron al alcalde que siguiera hablando y acusaron a sus compañeros de traicionarlos. "šDestitúyanlo, destitúyanlo!", gritaban sin que nadie pudiera controlarlos. El edil optó por retirarse.

Poco después, alrededor de 60 policías, protegidos con chalecos y escudos, bajo las órdenes del director de Seguridad Pública, José Luis Sobreira Hernández, entraron por la calle San Lorenzo.

"šAhí vienen los tiras, corran, corran que ahora sí ya nos cargó la chingada!", gritaba alguno de los manifestantes, mientras los policías aprovecharon el desconcierto y formaron una valla para proteger la salida de los que se encontraban en la presidencia municipal. Este hecho incrementó el enojo de los cientos de personas que estaban en la plazuela principal, y una vez más aventaron piedras y palos. Los agentes municipales contestaron con balas y lanzaron gases lacrimógenos para evitar que bloquearan al edil y las 24 personas que quedaron atrapadas en la comuna durante más de cinco horas.

Rómulo Arredondo Gutiérrez, subsecretario de Gobierno, rechazó que el enfrentamiento haya sido provocado por líderes de algún partido político, por lo que enfatizó que se trató de un hecho aislado.