No sé si votaría por Marta Sahagún, pero no le escribiría un libro, afirma Gonzalo Vega

Comienza nueva época de La señora presidenta en el teatro Blanquita

Asegura el actor que sus "puertas están cerradas" para Televisa por no tratarlo con dignidad

Dice que no aceptó trabajar en Mirada de mujer, el regreso porque quería el papel de María Inés

ARTURO CRUZ BARCENAS

La señora presidenta llega al Blanquita. A partir del próximo 27 de junio, la obra de teatro, récord Guinnes por 13 años de permanencia en cartelera, se escenificará en el popular foro del Eje Central en un ambiente político que la actualiza por su temática y referencias a Marta Sahagún. "Nunca pensamos que fuera a ser así", comentó Gonzalo Vega, actor que desarrolla el papel protagónico.

En conferencia de prensa realizada ayer en el teatro Blanquita, Vega llegó con el habitual atuendo de su personaje, maquillado, con vestido pleno de estampados que hacen lucir un cuerpo lleno de manifestaciones cárnicas.

Bromeó de inmediato: "llevamos 13 años en el poder y regreso más buena que nunca".

Posaba para las fotos, a veces de perfil, soltando besos a los reporteros gráficos. Expresó que La señora presidenta ha logrado conquistar un público diverso, y "ahora vamos a trabajar para el popular, el que viene al Blanquita. ¿Que si yo votaría por Marta (Sahagún, esposa del presidente Vicente Fox). ¡Quién sabe, de aquí a tres años quién sabe! Lo que sí, que yo no le escribiría un libro, como esos que andan circulando".

Aprovechan el contexto político actual

Expuso que el contexto político actual es aprovechado en la obra, lo cual atrae al público, "sobre todo por tanto político, tanto candidato que anda ofreciendo hasta lo que no. Aquí (en su puesta en escena) se cumple lo que se ofrece. La gente viene a divertirse, a reír, a la vez que a carcajearse de lo que dijo Freud, de tantas pendejadas, y hasta ahí nomás, pero aquí no se engaña a nadie".

Al hacer alusión a su sexo y sobre si lo cambiaría como el actor Armando Palomo, gritó: "¡No, raza! ¡Nada de pinches mariconerías! Para nada".

En torno al eslogan de su cartel promocional: "Ni Marta, ni Beatriz, ni Rosario, ni nadie", dijo que ella fue la primera, además de que ha recorrido el país varias veces, recibiendo el apoyo de las mayorías, "lo cual no es fácil. Quiero comprobarlo ahora aquí, en el Blanquita. Hay un mensaje sexual".

-¿Usted es la Eva Perón o la Lady Di mexicana?

Abrió los ojos al máximo. Contestó: "¡Yo soy la pura pinche neta!"

-¿Quién gana? ¿El hombre o la mujer?

-¡Siempre salen con eso! Los que ganan son... ¡los Rayados de Monterrey!

-¿Qué es el poder, señora presidenta?

-El poder miar. Ya con ese me conformo. A los 30 es el poder sexual, a los 40 el poder económico y a los 50 el poder miar. No hay nada más triste que el que la vean a una toda miada.

-¿Trece años es de buena o mala suerte, para usted?

-De buena.

Se fue a llamar "a mi hermano". Regresó como Gonzalo Vega. Destacó la importancia de presentar una obra como La señora presidenta en un foro como el Blanquita, donde, precisó, regularmente se ofrece teatro de revista.

"Esta distinción nos la hemos ganado luego de 13 años de trabajo. Si nos dejan, vamos a inaugurar una nueva época en este espacio con nuestra obra, en medio de este nuevo Centro Histórico".

-¿Qué se siente ser el hermano incómodo de la señora presidenta?

-Es muy difícil, porque el que se lleva los aplausos, la gloria, la fama, es ella, pero quien sustenta todo soy yo.

-¿Cómo percibe Gonzalo Vega la situación actual del teatro en México, luego de 13 años de éxito?

-Mi caso es un regalo de Dios. Nunca pensé tener tanto, realmente. Le debo al teatro todo lo que tengo. Creo que muy pocos actores tienen el privilegio de haber permanecido tanto tiempo en cartelera, con el favor del público. El teatro me da la posibilidad de mantener la dignidad intacta.

Lo anterior fue en alusión a sus diferencias con Televisa, empresa "de la que me llamaron hace poco, lo cual me parece un atrevimiento, porque cuando se nos han hecho cosas de cierta manera, por lo menos deberían tener la educación de hablarnos de otra forma. Nunca me ha faltado trabajo. Ahora hago una serie de radio, El seductor de la patria, que nos ilustra el momento que estamos viviendo. Se trata de un texto de Enrique Serna que está grabando el Instituto Mexicano de la Radio.

"En Televisa siempre fui un caballero, siempre me porté bien. De repente me hablan, que ya están abiertas sus puertas, que si quería hacer La hora pico, pero mis puertas están cerradas. ¡No me interesa poner un pie en Televisa si no es de la forma adecuada y respetuosa! Me parece que es un oportunismo de mucha gente (actores) que dicen que los volvieron a llamar y ahí van.

Exige respeto a Televisa

"Hay una dignidad que se debe conservar; ciertos actores, como Héctor Bonilla, saben que los contratos tienen dos firmas, no sólo una. Tengo muchos amigos en Televisa, pero no fui respetado. Siempre fui un trabajador ejemplar y jamás cobré lo que no debía. No fui tratado así, con respeto".

Sobre su negativa a participar en la telenovela Mirada de mujer, el regreso, señaló que "el papel no me interesa. Mi problema es que yo quiero hacer María Inés. Es difícil darme gusto. Qué bueno que el papel lo está haciendo Héctor Bonilla".

La señora presidenta ha tenido públicos masivos, como recientemente en Mérida, ante 5 mil personas. Manifestó que desde hace 13 años ha creído en "el cambio, que es un proceso histórico. Creo que el freno que le han puesto al cambio ha ido en detrimento de nosotros (...) todo le han detenido al señor Fox".

Sobre la posibilidad de que una mujer, Marta Sahagún, sea la próxima presidenta de México, dijo que hay quienes señalan que las mujeres son un peligro creciente. "En la última década todas las mujeres han sido un peligro creciente. Algunos lo hemos vivido en carne propia. Ojalá se convierta en algo positivo. Si es ella -Sahagún-, u otra, desde luego será un peligro muy controlado".

Actúan con Gonzalo Vega, José Luis Yaber, Andrea Sisniega, Alejandra Ley, María Barbosa y Gastón Padilla.

La señora presidenta. Funciones: viernes y sábados, 18:30 y 21 horas; domingos, 19 horas. Estará, mínimo, un mes.