México D.F. Domingo 29 de junio de 2003
CASO SERPICO
"No queremos venganza; exigimos justicia, eliminar
fronteras para los torturadores"
Víctimas de la dictadura argentina despiden
a Cavallo: "Asesino, te vas... nunca volverás"
Minutos antes de su extradición "parecía
ido; ya no era la persona orgullosa, altiva"
GUSTAVO CASTILLO GARCIA Y TRIUNFO ELIZALDE
"¡Asesino! ¡Asesino!", fue el coro que acompañó
a Ricardo Miguel Cavallo, Sérpico, desde que apareció
en el hangar de la Procuraduría General de la República (PGR),
en el camino que lo llevó a España para ser juzgado tras
casi tres años de permanencia en México por las acusaciones
de genocidio y terrorismo. Las mantas se alzaron con un pregón que
se repitió antes de abordar el avión: "No perdonamos, tampoco
olvidamos; sólo queremos justicia", fue el grito de sus víctimas
y los descendientes de éstas.
La historia definitiva del traslado de Cavallo, quien
en el Reclusorio Oriente sólo recibió la visita de sus abogados
y de representantes de la embajada de su país durante todo el tiempo
que permaneció preso, empezó el miércoles, cuando
en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, aterrizó el avión
Boeing 707 matrícula T17-Z, con 60 cadetes de la Fuerza Aérea
española a bordo, quienes acudieron a un curso en Zapopan. Desde
ese día comenzaron a esparcirse rumores de su inminente partida
a bordo del avión militar.
Pero fue hasta ayer, luego de que dicha aeronave permaneció
dos días estacionada en el aeropuerto de la ciudad de México,
cuando se concretó la extradición.
La
movilización comenzó ayer a las 6 de la mañana. Desde
esa hora se puso en marcha el operativo para el traslado de Sérpico
del Reclusorio Oriente al aeropuerto internacional de la ciudad de
México, en donde lo esperaba ya el avión de la Fuerza Aérea
española.
El secretario de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro
Encinas, acudió al centro carcelario para supervisar que todo se
desarrollara sin contratiempos y comprobar que el estado físico
de Cavallo fuese bueno.
Dos horas después, al lugar llegaron los agentes
federales que se harían cargo de la seguridad de Sérpico,
mientras en la explanada del reclusorio un centenar de familiares de internos
que esperaban la hora de la visita familiar se preocuparon por el operativo.
Al enterarse de quién sería trasladado, se tranquilizaron
y se mostraron curiosos.
Para evitar conflictos de tránsito, que impidieran
una rápida salida de esa zona, los accesos al reclusorio fueron
cerrados por policías capitalinos. Los únicos vehículos
que podían circular eran los de la PGR.
A las 9:05, Cavallo salió del reclusorio a bordo
de una camioneta tipo Van propiedad de la PGR, custodiado a cada uno de
sus costados por un agente federal, dos delante y dos detrás de
él. El traslado hasta el hangar de la PGR fue apoyado por seis patrullas
de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito
Federal, cinco unidades de la Agencia Federal de Investigación (AFI)
y una camioneta de la Policía Federal Preventiva (PFP).
Contra el pronóstico, no se utilizó la vía
más corta para llegar al hangar. La ruta por Periférico Poniente
hasta la calle Siete, y de ahí por la zona de la colonia Arenal
hasta el aeropuerto, que duraría 25 minutos, fue descartada.
Cavallo emprendió un paseo citadino por
parte del sur y oriente de la ciudad de México antes de su salida
definitiva del país. El recorrido escogido fue por el Periférico
Oriente hasta el recién inaugurado distribuidor vial San Antonio.
Ahí, parte de la escolta se desprendió del cerco de seguridad
por espacio de dos kilómetros, pues un grupo de trabajadores del
gobierno capitalino realizaba obras de construcción en la vialidad
y les impidió continuar en bloque. Algunos vehículos particulares
se entreveraron con la camioneta en que iba Cavallo.
El convoy se incorporó al Viaducto Miguel Alemán
hasta el entronque con la avenida Fuerza Aérea Mexicana. A las 10:00
horas ya estaban en terrenos del aeropuerto capitalino.
El traslado se concretó en 59 minutos. El tránsito
vehicular de la capital mexicana provocó que el convoy tuviera que
circular a una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora,
e inclusive detuviera la marcha en múltiples ocasiones por los semáforos.
Los actos de protesta se hicieron presentes en torno al
hangar de la PGR. Víctimas de la dictadura argentina (1976 a 1983)
y sus familiares repitieron los reproches a Cavallo.
Cuando el convoy se aproximó, la colonia argentina
se agolpó a los lados de la avenida. Se desplegaron mantas y se
escucharon los cantos y las consignas. La camioneta se aproximó
y le cerraron el paso. Se abalanzaron sobre el vehículo y extendieron
las mantas sobre las ventanillas. Algunos golpearon puertas y cofre. Por
un momento privó el desconcierto y pareció que abrirían
las puertas para tener frente a frente al torturador. La intervención
de los elementos de la AFI impidió que el asunto se desbordara.
A las 10:08, el ex integrante de la Escuela de Mecánica
de la Armada (Esma) descendió de la unidad de la AFI. Iba esposado,
vestía el mismo traje color negro que portaba el día de su
detención en Cancún, hace casi tres años, cuando había
decidido huir de territorio mexicano.
Caminó con lentitud y pretendió ignorar
el enjambre de cámaras y grabadoras.
Sérpico continuó su paso rumbo a
las oficinas de la procuraduría en el hangar. En el sur, en tanto,
en el estadio de prácticas de la UNAM los principales funcionarios
de la PGR, incluyendo a su titular, Rafael Macedo de la Concha, disputaban
una cascarita de futbol con diplomáticos de la embajada de
Estados Unidos. Quienes conocen el juego de Macedo comentaron que no estaba
al nivel de otros encuentros. Parecía que su mente estaba en otra
parte. "Me quedé con muchas ganas de anotar un gol", comentó
al final del partido.
En el hangar de la PGR, Cavallo era resguardado por casi
medio centenar de agentes federales y especialmente por dos elementos de
la AFI. Se internó en las instalaciones para los exámenes
médicos y el desahogo de los trámites migratorios.
Según participantes en el operativo, permaneció
en silencio, pero su "rostro se fue transformando. Pasó de una supuesta
seguridad al desconcierto". Inclusive, durante el chequeo médico
"sus respuestas a los cuestionamientos del médico fueron con voz
insegura".
Una de las imágenes de Cavallo que más recuerda
uno de los agentes que lo custodiaron es cuando el militar estaba sentado
en un sillón. Se había quitado los anteojos. "Parecía
ido, sus brazos estaban totalmente descompuestos. Ya no era la persona
altiva, orgullosa, que ante las cámaras se paseó erguido".
Fuera del hangar de la PGR el coro se convirtió
en pregón. Durante las tres horas que Cavallo -también conocido
en Argentina como Marcelo- pasó dentro del hangar de la PGR
sus compatriotas le gritaron desde afuera: "asesino". Le cantaron "te vas...
te vas... y nunca volverás".
Las mantas fueron guardadas casi de inmediato, luego de
que la unidad en que llegó Cavallo cruzó el portón
del hangar de la PGR. Pero los argentinos permanecieron con su duelo. Querían
verlo partir, y desde los monitores de una televisora siguieron la extradición,
hasta que la aeronave de la Fuerza Aérea española emprendió
el vuelo rumbo a la base militar de Torrejón.
Yura Erenver, integrante de la organización civil
Genocidio Nunca Más, dijo que pasaba por uno de los días
más gratos de su vida. "Lloro de alegría por quienes ya no
están aquí para que se les haga justicia".
"No queremos venganza, exigimos justicia y que no haya
frontera para los torturadores. La Suprema Corte de Justicia de México
dio un paso trascendente en la historia de la humanidad. Desde los juicios
de Nüremberg no se veía algo que sentara jurisprudencia de
esta manera, y por tanto la justicia mexicana nos merece todo el respeto",
aseguró Cristina Botineli.
-¿Cuántos familiares perdió usted?
-Muchos. Aquí llevo a mi hermana. También
a muchos amigos de mi generación y la de mis padres. Para nosotros
es fundamental el no olvido; necesitamos justicia.
A las 13 horas Cavallo volvió a aparecer ante los
reflectores. El avión español se había posicionado
frente al hangar de la PGR 10 minutos antes. Con un chaleco antibalas -también
de color negro-, Sérpico se enfiló hacia la aeronave.
Atrás quedaban sus días de gloria empresarial,
cuando fungió como director del extinto Registro Nacional de Vehículos
(Renave). Su traslado al país ibérico y la puesta a disposición
del juez Baltasar Garzón constituye una decisión judicial
histórica en el ámbito internacional, pues por primera ocasión
se juzgará a un integrante de una dictadura por delitos de lesa
humanidad fuera de su patria.
"Se va... se va... y no volverá", cantaron jubilosos
los argentinos que acudieron al hangar de la PGR a despedir al represor,
al ser testigos de su extradición. Mientras, en las salas de última
espera del aeropuerto capitalino algunos pasajeros y empleados de esa terminal
utilizaron hasta binoculares para observar la partida de Sérpico.
CASO SERPICO
Antes de abandonar el Reclusorio Oriente, Cavallo
fue sometido a un examen médico
"¿Hay mucha prensa allá afuera?"
El militar argentino cumplió uno de sus deseos,
no ser trasladado en un vuelo comercial
DE LA REDACCION
En la celda número 3 del Reclusorio Oriente, Sérpico
se preparó desde las 6 de la mañana para un viaje sin retorno
hacia su propia historia de torturas y genocidio. "¡Ya te vas a ir!",
le anunciaron en tono festivo. El represor de decenas de disidentes argentinos
hizo la última petición que muchas veces él mismo
le negó a sus víctimas: "¿me puedo rasurar?"
Agil, frente a un diminuto espejo donde sólo se
alcanzaba a ver la barbilla, Ricardo Miguel Cavallo, ex director del Registro
Nacional de Vehículos (Renave), realizó su última
rutina de aseo matutino en tierras mexicanas. Su semblante sólo
denotaba una preocupación en ese momento. "¿Hay muchos fotógrafos
allá afuera?", preguntó, mientras se pasaba la navaja, tal
vez pensando que un personaje tan odiado como él siempre podía
tener su último toque de vanidad.
Eran
las 6:26 de la mañana. Cavallo tomó sus pertenencias. Pulcro,
de formas correctas, se despidió de sus vecinos de crujía,
a quienes les sugirió que se "cuidaran", porque él ya no
iba a estar ahí para jugar dominó ni para esperar los puros
que, le dicen, al fin llegaron, ni para compartir el silencio de una memoria
que carga consigo la huella de muchos muertos. Orlando Magaña, acusado
del homicidio múltiple de la familia Narezo Loyola en la delegación
Tlalpan, le extendió la mano amiga. "Sérpico es todo
un caballero, hasta entre delincuentes".
Rodeado por ocho custiodios, Cavallo bajó hacia
el departamento médico del Reclusorio Oriente, a la última
revisión de rutina. De nuevo preguntó: "¿hay mucha
prensa allá afuera?" Los custodios no le respondieron.
"¡Quítese la ropa!", le ordenó una
doctora. Cavallo se quedó en ropa interior, y su mirada desconfiada
seguía el lente de la cámara que captaba las imágenes
del mismo personaje que en otros tiempos de gloria disfrutaba grabando
o fotografiando desnudas a sus víctimas. Ahí estaba el temible
teniente de la Escuela de Mecánica de la Armada argentina, en calzones,
vulnerable. "¿Por qué tantas fotos?", preguntaba, al tiempo
que volvió a recordar que allá afuera, en el trayecto del
Reclusorio Oriente hacia el aeropuerto internacional de la ciudad de México,
quizá una multitud de reporteros y de ciudadanos argentinos que
no olvidan sus agravios lo quieren ver así, desnudo, poniéndose
en cuclillas ante una doctora que le da órdenes, mientras hace el
último chequeo.
Una vez vestido, Cavallo se volvió a colocar el
chaleco antibalas, sobre su traje negro con gabardina, impecable. Cargaba
en una maleta todas sus pertenencias. Los ocho custodios lo trasladaron
a la oficina donde lo entregarían a elementos de la Agencia Federal
de Investigación (AFI). Un mural con un individuo entre las rejas
le sirvió de fondo y símbolo para esperar pacientemente la
llegada de quienes lo trasladarían al aeropuerto capitalino.
Eran las 8:50 de la mañana. Cavallo pidió
un vaso de agua para tomarse una pastilla. Le ofrecieron té. No
quiso. Le dieron una botella de agua y se pasó la medicina. Comentó
a sus acompañantes que no quería llegar a Madrid en un vuelo
comercial. Le dan temor los aviones comerciales.
A las 8:58 horas, dos elementos de la AFI lo revisan,
lo esculcan, le colocan otro chaleco antibalas "para su seguridad", le
piden que si trae objetos de valor se los entregue. Cavallo levantó
las manos y se quitó una cadena y un reloj. Después del último
chequeo, los dos agentes de la AFI lo esposaron. Aquellas manos que tantas
veces agredieron y torturaron no podían moverse. A media voz preguntó
de nuevo: "¿hay mucha prensa allá afuera?"
A las 9:02 de la mañana, en una camioneta tipo
Van, Sérpico abandonó el Reclusorio Oriente de la
ciudad de México, donde permaneció desde su detención
el 24 de agosto de 2000, cuando se le identificó al entonces director
general del Renave como el autor de crímenes de lesa humanidad en
la época de la dictadura militar argentina. El viaje sería,
ahora, sin retorno.
CASO SERPICO
Antecedentes
Ricardo Miguel Cavallo nació en Argentina en 1951.
Desempeñó el grado de teniente de fragata en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) argentina durante la dictadura militar de 1976 a 1983
A principios de los años 90 incursionó en el sector privado, especializándose en bases de datos y sistemas informativos.
En octubre de 1999 consiguió un permiso para residir en México, luego de que la empresa Talsud -en la que laboraba- ganó la licitación para hacerse cargo del Registro Nacional de Vehículos (Renave).
La verdadera identidad de Cavallo quedó al descubierto, a mediados de agosto de 2000 cuando un periódico nacional publicó sus antecedentes de militar represor.
24/08/2000. Cavallo es detenido en el aeropuerto de Cancún, Quintana Roo, cuando intentaba viajar a Argentina. Ese mismo día es ingresado al Reclusorio Oriente
12/09/2000. El juez español Baltasar Garzón pide al gobierno del país ibérico que solicite a su par mexicano la extradición de Cavallo por genocidio, terrorismo y tortura.
12/01/2001. El juez José Guadalupe Luna Altamirano considera procedente la extradición por lo delitos de genocidio y terrorismo, pero dictamina que la acusación de tortura había prescrito.
02/02/2001. La Secretaría de Relaciones Exteriores concede la extradición de Cavallo a España.
10/06/2003. La Suprema Corte de Justicia de la Nación convalida la extradición, pero sin incluir el delito de tortura, por considerar que prescribió.
28/06/2003. Cavallo es extraditado a España, donde será juzgado por los delitos de genocidio y terrorismo.
CASO SERPICO
La entrega, "un alivio" para el GDF
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) entregó ayer a Ricardo Miguel Cavallo a los elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), luego de practicarle un examen médico, que determinó su buen estado de salud -aunque persistía el problema de gastritis dado a conocer con anterioridad-, para dar seguimiento a la resolución judicial de extradición.
A las 9:06 horas, custodiado por los agentes de la AFI, vestidos con traje negro y chaleco antibalas, el ex integrante de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) argentina abandonó el Reclusorio Oriente -a 34 meses de haber ingresado acusado de crímenes de lesa humanidad, como genocidio y terrorismo, presuntamente cometidos durante la dictadura militar argentina- y partió rumbo al aeropuerto internacional de la ciudad de México.
El secretario de Gobierno, Alejandro Encinas Rodríguez, encargado del proceso, señaló que hubo una buena coordinación con los elementos de la PGR y de Interpol, lo cual "permitió un operativo totalmente exitoso y que representó para esta administración haber cumplido cabalmente con su responsabilidad de garantizar la salud y seguridad del acusado en el momento de su entrega al director de Operaciones Especiales de la Agencia Federal de Investigación, Francisco Garza".
En todo momento se contó con la colaboración de los directores de Gobierno, Ricardo Ruiz; de Prevención y Readaptación Social, Héctor Cárdenas, y del Reclusorio Oriente, Silvestre Rosas, quienes junto con integrantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos constataron el respeto a la integridad del argentino al momento de abordar el vehículo Chevrolet blanco que lo condujo a la terminal aérea, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, comentó.
Su entrega a las autoridades federales representó para el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, "un alivio y el comienzo de un acto de justicia que tiene que ver con los derechos humanos en el mundo. Ojalá nunca jamás se registren hechos de tortura ni en México ni en ninguna parte del orbe".
Argumentó que nadie debe ser torturado ni física ni sicológicamente, porque son actos totalmente reprobables y confió en que "nunca regresen las dictaduras que tanto daño hicieron en el Cono Sur".
Hace unos días destacó que "los de izquierda tenemos una moral, y aunque se trate de un presunto torturador, nosotros no actuamos de esa manera, no estamos con la tortura ni física ni sicológica; confiamos en las leyes y en la justicia". LAURA GOMEZ FLORES
CASO SERPICO
Demandan investigación sobre el nombramiento del argentino al frente del Renave
La extradición de Cavallo, "un buen paso" de la justicia mexicana: ONG
Organizaciones y defensores de derechos humanos afirmaron que la extradición de Ricardo Miguel Cavallo a España constituye un hecho "histórico", "importante" y "positivo" para la justicia mexicana, pero llamaron a las autoridades del país a "no presumir" la decisión, pues en México se siguen cometiendo violaciones a las garantías individuales que permanecen sin castigo.
Para Rosario Ibarra, fundadora del grupo Eureka, la extradición de Cavallo representa "un buen paso" dado por la justicia mexicana, aunque lamentó que haya sido impulsada "por personas que no son de aquí", en referencia a los activistas argentinos y españoles que promovieron el juicio contra el ex militar en la península ibérica.
Edgar Cortez, dirigente del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, indicó que la extradición del ex militar argentino constituye "un avance importante en la aplicación de la justicia universal"; no obstante, recordó que la supresión del cargo de tortura del fallo emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) demuestra que esta instancia no aplicó con rigor las facultades que proporciona el derecho internacional para un caso semejante.
Oscar González, presidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, consideró que la importancia de la extradición radica en que "por primera vez un tribunal civil juzgará a un militar por delitos de lesa humanidad". Si bien reconoció la "importancia histórica" de la extradición, llamó a las autoridades del país a "no presumir" por el mundo la decisión, en virtud de que el sistema de justicia nacional es aún "anacrónico, ineficiente y falto de credibilidad".
"A la vanguardia"
Durante su participación en el primer encuentro anual de ex alumnos de la Facultad de Derecho de la UNAM, el ex procurador general Jorge Carpizo McGregor afirmó que con la extradición de Cavallo, México se pone a la vanguardia del movimiento de justicia penal internacional para delitos contra la humanidad.
En tanto, cuestionado sobre la importancia de que en México también se castigue a los responsables de delitos como la tortura, Sergio García Ramírez, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señaló que "estos casos se están viendo en términos de la legislación mexicana y no tendrían que ver con el tema jurídico que es el que sustenta el caso Cavallo. Son temas diferentes, problemas diferentes", dijo.
En la reunión, el director de dicha facultad, Fernando Serrano Migallón, indicó que con la decisión de extraditar a Ricardo Miguel Cavallo, la SCJN asume plenamente sus facultades y aplica de forma puntual los convenios que México ha firmado en la materia. "Es un paso para la justicia nacional e internacional que debe perseguir estos crímenes en todo momento y lugar", dijo.
Por su parte, la senadora perredista Leticia Burgos celebró la extradición del ex militar argentino y demandó que el gobierno de Fox lleve a cabo una investigación en torno al nombramiento de Cavallo al frente del Renave, ya que esa parte de la historia que se dio en el régimen zedillista no se ha aclarado.
Secretaria de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Burgos precisó que propondrá ante la Comisión Permanente que la Secretaría de la Función Pública investigue la posible comisión de delitos de funcionarios federales en el Renave, porque resulta sospechoso que un criminal como Cavallo haya podido ingresar al país como un respetable hombre de negocios. "Esto sólo se pudo lograr por medio de la complicidad, el encubrimiento y la corrupción", afirmó.
En tanto, Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, comentó por su parte que la extradición del ex militar demuestra que cada vez es más factible que la violación de las garantías individuales sea castigada sin importar que los delitos se hayan cometido en otro país. ANDREA BECERRIL, LP Y JGM
CASO SERPICO
De ser declarado culpable pasaría en prisión
30 años, pena máxima en aquel país
Cavallo enfrentará hoy al juez Garzón
en medio de actos de repudio en España
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Ricardo Miguel Cavallo llegará alrededor de las
ocho de la mañana (hora de España) al aeropuerto militar
de Torrejón de Ardoz, a 20 kilómetros de Madrid. A su arribo
a suelo español, el militar argentino, también conocido como
Sérpico, comparecerá por primera vez ante la justicia
por los delitos de genocidio y terrorismo que cometió cuando era
capitán de corbeta de la Escuela de Mecánica de la Armada
(Esma), el mayor centro clandestino de tortura y desapareciones forzadas
que instauró la dictadura del país andino (1976-1983).
Todo
está listo para la llegada de Cavallo a España, donde le
esperan, además de actos de protesta, un largo juicio en el que
tendrá que escuchar los testimonios de las víctimas y sus
familiares sobre las atrocidades que presuntamente cometió hace
menos de tres décadas, y después, de confirmarse su responsabilidad
en los delitos que se le imputan, más de mil años de condena
y al menos 30 años de cárcel, ya que el Código Penal
español establece ese tiempo como el máximo posible de prisión.
El Boeing 707 de las fuerzas armadas españolas
que partió ayer de la ciudad de México tiene previsto aterrizar
en el citado aeropuerto militar alrededor de las ocho de la mañana,
en donde será recibido por un fuerte dispositivo de seguridad que
garantice su llegada a la comisaría de Canillas, en Madrid, el cuartel
policial más seguro del país y donde estará escasas
dos horas. Ahí se le harán saber sus derechos civiles y lo
someterán a un examen médico.
Una vez cumplido ese trámite, Cavallo será
trasladado a las instalaciones de la Audiencia Nacional, donde comparecerá
alrededor de las 11 de la mañana ante el juez de instrucción
número 5 de este órgano judicial, Baltasar Garzón,
quien tiene abierta una causa penal en su contra por 264 casos de desapariciones
forzadas, 159 secuestros y 21 casos de torturas.
El primer encuentro de Cavallo ante la justicia española
consistirá en una breve sesión en la que el magistrado hará
lectura de los delitos que se le imputan, en presencia de los abogados
de las partes acusadoras, del fiscal que representa al Estado español
y del defensor del militar argentino, cuya identidad todavía no
es pública.
Una vez que Garzón dé lectura a los cargos,
los representantes de las víctimas pedirán la formal prisión
para Cavallo, así como el embargo de todos sus bienes, una decisión
que está en el aire y que dependerá del magistrado.
Posteriormente tomará la palabra el representante
de la Fiscalía General del Estado español, Pedro Rubira,
quien mantendrá idéntica posición a la asumida en
los procesos abiertos contra los genocidios que han sufridos varios pueblos
de América Latina: que el sumario es contrario a la legislación
española y que por tanto el juicio debe archivarse, por lo que solicitará
la liberación de Cavallo.
El juez Garzón citará al acusado hasta el
próximo 7 de julio y formalizará su traslado a una prisión
de alta seguridad, previsiblemente la cárcel de Alcalá Meco,
donde también se encuentra detenido Adolfo Scilingo, quien presuntamente
realizó con Cavallo labores de exterminio en Argentina.
La llegada de Cavallo a España también provocará,
como en México, actos de repudio contra el militar argentino. La
primera tendrá lugar hoy mismo ante las puertas de la Audiencia
Nacional, donde se concentrarán decenas de personas para recibir
a Serpico con una sonora cacerolada.
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