México D.F. Domingo 29 de junio de 2003
La artista plástica regresa a México
para presentar la serie Pinturas gran formato
En la fábrica no cabe lo humano, sostiene la
pintora Nathalie Regard
MERRY MAC MASTERS
Militante de la pintura. Así se define Nathalie
Regard (1969), en quien recae el epítome del artista globalizado.
De familia francesa, nació en Madrid, donde vivió hasta los
ocho años. Luego se trasladó a Chile, con su madre, donde
pasó otros 11 años. Antes de volver a Francia y con el objetivo
de reforzar su "identidad latinoamericana", radicó en México;
estudió en la escuela El Nigromante, del Instituto Nacional de Bellas
Artes, en San Miguel Allende, Guanajuato.
Nuevamente en México para presentar Pinturas
gran formato, exposición que permancerá abierta hasta
el 20 de julio en la Casa de Francia (Havre 15, Zona Rosa), Regard anuncia
que en agosto partirá a Glasgow, Escocia, para estudiar una maestría.
"Pertenezco a una sociedad posmoderna en la cual la casa de las personas
es el cuerpo. Tengo una herencia cultural de varios países, que
al mismo tiempo no es de uno u otro".
-¿Esta situación se ve reflejada en su obra?
-Pienso
que sí. No desarrollo ese tipo de discurso, porque para mí
el arte no tiene fronteras políticas. El arte es un quehacer internacional,
o sea, uno va adonde tiene la oportunidad de desarrollar proyectos.
Respecto de su gusto por la pintura, explica: "A mí
me interesa justamente eso: defender la autonomía de la pintura
como un medio legítimo para expresarse, como cualquier otro. Me
entretiene ese discurso y esa conversación con estos grandes formatos.
De lejos parecen imágenes fotográficas, pero de cerca se
pierde toda ilusión. Entonces hay una interactividad del cuerpo,
del público, con la pintura. Dónde empieza la pintura y dónde
termina la fotografía es un juego que tiene el presente proyecto.
''Me parece que la pintura es un medio igual de legítimo
que cualquier otro para expresarme. Por eso milito en la pintura. No me
causa ningún problema. Prefiero ser resistente al poder y al establishment
del arte contemporáneo que dejarme acariciar por lo que está
de moda en el momento. Siempre he hecho pintura y todavía no hay
ninguna razón por la cual la tenga que dejar.''
En la Casa de Francia Regard exhibe dos pinturas monumentales,
de una serie de cinco, acerca de fábricas. Hace unos meses presentó
esas obras en el Faro de Oriente. ''Las imágenes de fábricas
salen de una prolongación de mi espacio privado. Cuando empecé
a trabajar el espacio en México, hace 10 años, tuve una época
en que me encerré a trabajar en mi casa de la colonia Juárez
que tenía siete cuartos, cada uno con una obra en proceso. Mi cotidianidad
se transformó en dormir y transportarme cuatro cuartos más
allá, mediante un pasillo. Empecé a pintar lo que veía
y la fragmentación de ese espacio.
''Unos años después me trasladé a
Francia, donde se acostumbra emplear el espacio fabril. Cambié el
espacio de casa por el de una fábrica. En la mañana, al abrir
la puerta del andamio donde teníamos cuartos instalados, se veía
un techo de ocho metros. Pocos meses después conseguí un
pedazo de un enorme hangar, que fue mi taller durante cuatro años,
donde realicé este trabajo de los grandes formatos.''
Dos fábricas de Ecatepec, estado de México,
una fundidora de acero y otra de químicos, le sirvieron de punto
de partida para la presente serie. El tema le intereseó debido a
la paradoja entre el acero, que por ejemplo bien podría ser "el
hueso de la ciudad", y la fábrica, en la que ''no hay cabida para
lo humano; es un infierno''.
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