La cinta dirigida por Peter Mullan y premiada en varios festivales llegará a México

En el nombre del padre revela vejaciones cometidas por monjas

JUAN JOSE OLIVARES

Premiada en 2002 en festivales internacionales como los de Venecia y Toronto, y parte del programa oficial del pasado festival de Cannes, En el nombre del padre, cuyo título original es The Magdalene sisters, se exhibirá próximamente en salas de nuestro país bajo la distribución de Videocine.

Dirigida y escrita por Peter Mullan, la historia, ubicada en los años 60 en Dublín, Irlanda, se basa en la historia real de miles de mujeres que fueron rechazadas por sus familias, abandonadas a la seudo misericordia de la Iglesia católica y recluidas en varios monasterios de la orden de Magdalena. Señaladas como "mujeres fáciles", fueron internadas en esos lugares -que fueron establecidos en el siglo XIX como refugio para prostitutas-, la mayoría de las veces sin cometer más crimen que ser pobres, huérfanas, víctimas de violación o madres solteras (a las que se les hacía firmar un documento para entregar a sus hijos), para realizar trabajos forzados de lavandería. Los refugios, donde no tenían contacto alguno con el exterior, eran centros de las peores vejaciones proporcionadas por las monjas que explotaron a estas mujeres hasta 1996.

Para Mullan, quien dirigió antes un filme que nunca llegó a México de nombre Orphans, la fortaleza principal de la cinta son sus personajes. "No sólo las chicas o las monjas de la Magdalena, sino los padres, madres, hermanos, hermanas, cada cara fue importante porque todos son en parte víctimas, en parte perpretadores de una sociedad que asfixia en lugar de alimentar el espíritu humano. Cada estado teocrático, ya sea cristiano u otro, le declara la guerra a la naturaleza humana empujándola a lo anormal".

Agrega el realizador británico: ''Las monjas y los sacerdotes usan el vocabulario religioso más como mujeres y hombres de negocios. Puede ser infundido con colorido bíblico pero sigue siendo el idioma del piso de la fábrica".

Asimismo relata cómo filmó a sus personajes: ''Así como eran los actores estimulados para no hacer juicios, también lo era la cámara. Me refiero a que no quise que la cámara le hicera favores o prejuicios de acuerdo a la caracterización: las muchachas con luz brillante y las monjas en la oscuridad. Quise que el rodaje fuera crudo y confiado".

Peter Mullan escribió esta cinta luego de ser inspirado por el documental Sex in a cold climate, que realzaba la condición de las mujeres de esos sitios.