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México D.F. Domingo 29 de junio de 2003
A la cantante neozelandesa le gustaría
presentarse en México
Moana y la tribu llenaron de ritmo maorí la
Internationale Sommerbühne, en Wolfsburg
ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL
Wolfsburg, Alemania. 28 de junio de 2003. En la
pequeña ciudad de Wolfsburg, que alberga la fábrica de autos
más grande del mundo de conocido consorcio alemán, se lleva
a cabo la Internationale Sommerbühne (Escenario Internacional de Verano).
En su octava edición, este festival va consolidándose en
la escena cultural alemana como uno de los de mayor atractivo; el escenario,
otro de los puntos de interés, es un antiguo castillo que acaba
de celebrar su 700 aniversario.
Daniela Guntner, directora cultural de la ciudad y organizadora
de la Sommerbühne, define la filosofía del festival partiendo
de mostrar formas artísticas inusuales, premiadas en su mayoría,
y que reflejen la diversidad cultural de todos los países invitados,
que en esta ocasión van desde México hasta Nueva Zelanda,
pasando por Rusia, Sudáfrica, Canadá Argentina y, por supuesto,
Alemania.
Uno
de los platos fuertes del festival fueron los neozelandeses, Moana and
the Tribe (Moana y la Tribu). Moana Maniapoto, bellísima alma del
grupo, ha sido descrita como la diva de la música maorí,
cultura y lengua de Nueva Zelanda. Moana es una indígena maorí,
con alrededor de 10 años dentro de la escena musical, actualmente
lidera a un grupo de talentosos músicos, cantantes y dos indígenas
que ejecutan en el espectáculo la danza del Haka, baile guerrero
maorí. Los indígenas irrumpen entre canción y canción
en el espectáculo para mostrar mediante esta danza el ritual que
también se lleva a cabo a la hora de enfrentarse al enemigo.
En conversación con La Jornada, Moana define
así su trabajo: "nuestra música retoma lo mejor de nuestras
tradiciones, tanto en los cantos como en la coreografía, fusionándolos
con elementos nuevos."
La cantante ha roto las fronteras de la música
contemporánea neozelandesa, cuyo espectáculo integra textos,
música y danzas tradicionales de la cultura maorí, mezclados
con sonidos urbanos y suaves ritmos de la denominada world music.
Los textos de sus canciones tocan una variedad de aspectos espirituales,
políticos y sociales de la realidad maorí reflejados en valores
que son universales: canta sobre la conexión con la madre Tierra,
la naturaleza, la justicia, el respeto por toda la humanidad, el respeto
a la mujer, celebrando la noción de divinidad dentro de cada una
de ellas, sobre el renacimiento de la lengua maorí y sus tradiciones
como el moko, tradicional tatuaje, así como el reclamo de sus nombres
originales antes de la colonización.
El grupo realiza su tercera gira por Europa, pasando por
más de una veintena de ciudades, para presentar su tercera producción,
Moana and the Tribe, especie de compilación de sus trabajos
anteriores y el álbum debut en Europa. Generoso recibimiento, la
crítica se encamina a eliminar los prejuicios de la denominada world
music para descubrir que este cidí es uno de los más
inteligentes de pop en mucho tiempo.
Moana recuerda su visita a Cuernavaca hace algunos años
y expresa su deseo de presentar su trabajo en México, pero, ¿qué
conocen los mexicanos sobre Nueva Zelanda?, ¿cómo conectar
a estos dos países tán distantes geográficamente?
Moana nos da la respuesta: "Tanto en México como en Nueva Zelanda
tenemos un pasado y un presente indígena y en mi visita a México,
en el marco de un encuentro espiritual, pude percatarme del amor y el respeto
de los pueblos indígenas por la naturaleza, ése es un importante
punto de coincidencia; me encantaría poder presentar nuestro espectáculo
en México, estamos creciendo en Europa pero nunca nos hemos presentado
en Latinoamérica, ojalá alguien nos invite a México".
Moana, definida como una voz de protesta tan cálida
como un saxofón, cautiva al público en esta especie de viaje
fantástico a través del mundo maorí de la lejana tierra
de Aotearoa, hoy Nueva Zelanda.
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