México D.F. Miércoles 2 de julio de 2003
El ex mandatario se habría comprometido a influir en el PRI para destrabar las reformas
Castañeda negoció con Fox el regreso pleno de Carlos Salinas a México
Empezó a tramarse desde el 13 de mayo de 2002, durante una cena en el Lola de Bruselas
ENRIQUE MENDEZ Y JUAN MANUEL VENEGAS
Jorge G. Castañeda abrió las puertas del regreso pleno de Carlos Salinas de Gortari al país, y el presidente Vicente Fox lo aceptó a cambio del compromiso del ex mandatario de influir en un sector del Partido Revolucionario Institucional para destrabar en la Cámara de Diputados las negociaciones de la reforma energética y la fiscal. Así lo confirman funcionarios y dirigentes políticos en Los Pinos, en el Partido Acción Nacional, en el PRI, y todos aportan elementos de los amarres que se hicieron ya entre la cúpula priísta que representa al salinismo y el grupo foxista en el poder.
El retorno de Carlos Salinas a México empezó a tramarse el lunes 13 de mayo del año pasado, cuando se citó para cenar con Castañeda en el restaurante Lola, de Bruselas, la víspera de la tercera gira de Vicente Fox por Europa.
Los siguientes pasos de Salinas fueron a través de Elba Esther Gordillo Morales, secretaria general del tricolor, con quien el ex presidente negoció la integración de las listas de candidatos a diputados plurinominales, en el penthouse que la maestra tiene en Galileo 7, Polanco. En el piso de abajo vive Castañeda, en un departamento propiedad de la profesora.
Es ella la que se ha convertido en el principal puente entre Los Pinos y la corriente salinista que hoy predomina en el PRI. El propio Salinas hizo los amarres que permitieron la Alianza para Todos entre el tricolor y el Partido Verde, en la que el negociador visible fue Roberto Campa Cifrián, uno de los operadores políticos de Elba Esther. En esta negociación entre los dos partidos, la candidatura a diputado del empresario y boxeador Jorge Kahwagi fue fundamental. Ahora se especula que Kahwagi será el coordinador de la bancada verde en la próxima legislatura.
La noche del Lola
Todo se inició la noche del lunes 13 de mayo de 2002, en la Grand Place du Sablon de Bruselas.
La Jornada reveló el encuentro Salinas-Castañeda, el mismo día de la llegada de Fox a Bélgica. Y aunque el Presidente se deslindó de la entrevista y el entonces canciller se apresuró a restarle importancia al hecho, que calificó de ''gran banalidad'', a poco más de un año de ese episodio diversos funcionarios gubernamentales y dirigentes panistas dicen no tener dudas de que en el restaurante Lola, de Bruselas, Castañeda actuó como un oficioso interlocutor entre Salinas y Fox.
Castañeda Gutman y Salinas de Gortari aprovecharon que el actual mandatario, como saben sus más cercanos colaboradores, ''no es un hombre de rencores'' y que el conflicto que tuvieron en 1991, por la famosa concertacesión que dejó fuera a Fox de la gubernatura de Guanajuato, ''ya es cosa del pasado''.
La sucesión de hechos desde aquella cena en Bruselas, y el diálogo que se ha ido construyendo entre los salinistas y el foxismo, permiten a los políticos consultados afirmar que Castañeda negoció el terso retorno de Salinas al país.
Eso sí, coinciden en señalar que la iniciativa no habría sido precisamente de Fox, sino que el ex canciller actuó motu proprio. Castañeda le hizo una oferta a Salinas, a quien le sacó el compromiso de influir en el PRI para sacar las reformas foxistas, y regresó a Los Pinos a convencer al jefe del Ejecutivo de la conveniencia de acercarse al salinismo, corriente que hoy domina en el tricolor.
Entre los elementos duros que las fuentes consideran fundamentales para sustentar sus afirmaciones, están la vieja amistad entre Salinas y Castañeda -que este último reconoce en el libro Escenarios de la transición, del consejero electoral Gastón Luken y del académico Virgilio Muñoz-, que facilitó el puente.
Recuerdan que meses antes del encuentro en el Lola, en febrero de 2002 y previo a la elección interna de dirigente nacional del Revolucionario Institucional, el propio Castañeda operó para reunir en la casa de Francisco Ortiz y en Los Pinos al presidente Fox con Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo.
Ahí, Madrazo le propuso a Fox un pacto para consolidar una relación política que garantizara la gobernabilidad del país que, le dijo, no podría ofrecerle Beatriz Paredes Rangel, la otra candidata a presidir el tricolor.
Meses después, en agosto, Fox Quesada convocó a la residencia oficial a los dirigentes del PRI y del PAN, y de acuerdo con lo que el propio senador Diego Fernández de Cevallos declaró al concluir el diálogo, la idea era olvidarse de las minorías ''que todo bloquean'' y emprender desde el Congreso de la Unión ''las reformas importantes de la vida nacional'' y aprobarlas en el periodo de sesiones que se inició en septiembre del año pasado.
Sin embargo, el atorón vino cuando se integró en la Cámara de Diputados la Sección Instructora, en la que panistas y perredistas mayoritearon a los priístas para hacerse del control del órgano legislativo y tener los votos suficientes que permitieran el desafuero de los líderes petroleros Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana Prieto, implicados en la transferencia de 500 millones de pesos del sindicato de Pemex al PRI, en el 2000.
En esos encuentros ha destacado la presencia del que fuera director de Pemex en el régimen salinista, Francisco Rojas Gutiérrez, al que el ex mandatario apunta desde ahora como futuro gobernador del estado de México, por encima de los golden boys de Arturo Montiel. Paralelamente, Fernández de Cevallos, el negociador por excelencia del salinismo, ha regresado como operador entre ambos grupos.
Más datos aportan los funcionarios y políticos consultados sobre el activismo de Salinas en el país. Uno de ellos apunta una reciente reunión que el ex presidente sostuvo con la plana mayor del Grupo Televisa, en tanto que otros aseguran que muy pronto se daría un encuentro con el presidente Fox, para lo cual trabajan ya diversos personeros.
La maestra
Gordillo, con quien Castañeda tiene una excelente relación, ya instalada en la secretaría general del PRI se ha convertido en el principal puente entre Los Pinos y el priísmo afín a Carlos Salinas. Se sabe, incluso, que antes de que la Comisión Política Permanente aprobara las listas de candidatos a diputados plurinominales, la profesora invitó al ex mandatario a cenar en su penthouse.
A pesar de las diferencias legales con Acción Nacional, la maestra ha retomado los intereses foxistas y los compromisos con Salinas; recientemente encabezó los encuentros en los que funcionarios del gabinete de Fox, panistas, priístas y destacados empresarios acordaron sacar adelante, con sus votos en la 59 Legislatura, las reformas que al Presidente le interesan. Una redición del Grupo San Angel en su domicilio de Galileo fue ensayada por Gordillo con el obvio interés de pactar antes de llegar a la cámara.
Respecto al papel que, junto con la dirigente priísta, ha jugado Castañeda en estos amarres, en el PAN un alto dirigente comentó: ''Conociendo a Jorge y sabiendo cómo opera Salinas, es obvio pensar que en aquella cena de Bruselas no se sentaron a platicar trivialidades''.
La boda
El propio Salinas se encargó de hacer sentir su presencia definitiva en la vida política nacional cuando, en un alarde de poder de convocatoria, reunió en la boda de su hija Cecilia con Alfredo Gatica a la cúpula del tricolor, empresarios, dos ex presidentes, futuros legisladores y aspirantes a la candidatura presidencial de su partido.
El mismo ordenó que se hiciera una amplia difusión del enlace, el 12 de abril pasado en Cuernavaca, y supervisó personalmente las invitaciones a los personajes que le interesaba que asistieran y se sentaran a su alrededor. En la mesa principal, que fue la suya y no la de los novios, junto al poderoso ex presidente estaban los gobernadores de los estados de México e Hidalgo, Arturo Montiel y Manuel Angel Núñez, respectivamente; el presidente del PRI, Roberto Madrazo, y su esposa, Isabel de la Parra; la secretaria general priísta, Elba Esther Gordillo; el ex titular de Pemex y candidato a diputado federal, Francisco Rojas, quien entró a la lista plurinominal generando gran malestar en el grupo de Arturo Montiel, y los ex presidentes Miguel de la Madrid y Luis Echeverría.
Junto a él (Salinas) sentó a su esposa, Ana Paula Gerard, y enfrente a su ex esposa, Cecilia Occelli. Quienes conocen al ex mandatario comentaron: ''Este sí es un hombre de Estado... šmira que sentar a las dos en la misma mesa!''
En lugares contiguos alternó tanto a priístas de su régimen como a empresarios. Así, se ubicó a personajes como Manlio Fabio Beltrones, ex gobernador de Sonora, actual dirigente de la CNOP y candidato a diputado; Miguel Angel Yunes, coordinador jurídico del PRI; el que fuera secretario de Comunicaciones salinista, Andrés Caso Lombardo; a Francisco Suárez Dávila, ex subsecretario de Hacienda, ex director del Banco Obrero y puente entre el titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y el propio Salinas.
También asistieron Jorge G. Castañeda, la diputada Beatriz Paredes, el ex secretario de Hacienda, Pedro Aspe; el ex secretario de Gobernación, Jorge Carpizo; el ex secretario de Energía, Luis Téllez, y por el sector empresarial Emilio Azcárraga Jean -testigo del novio-, del Grupo Televisa; Manuel Arango, de Cifra; Roberto González Barrera, del Grupo Maseca; Joaquín Vargas, restaurantero y concesionario de Multivisión, y Jorge Kahwagi, quien con su candidatura a diputado por el PVEM formó parte del acuerdo que el propio Salinas tejió para la alianza de los verdes con el tricolor.
En la mesa de los empresarios de medios electrónicos, Salinas sentó a Caso Lombardo. Vargas no entendió la señal y preguntó a un conspicuo salinista qué le quiso decir el ex presidente, que siempre manejó mensajes cifrados. ''Quiso recordarte que en su sexenio él te dio las concesiones''.
Así que el regreso pleno del ex presidente a México fue en grande. Organizó personalmente la boda de su hija Cecilia -amenizada por la marimba de Zeferino Nandayapa- y, después de influir en la integración de la bancada priísta en San Lázaro para cumplir con el compromiso de las reformas, hace unos días salió a Cuba, donde alterna su residencia.
A diferencia de hace tres años, cuando no realizó el trámite de cambio de domicilio ante el IFE, esta vez no sólo tiene su credencial para votar el 6 de julio, sino que, como hace una década, volvió a ser el gran elector del priísmo.
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