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México D.F. Miércoles 2 de julio de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
¿Patrón petróleo-dólar desde
Irak?
Ancla de la dupla energética texana
Estabilización disfrazada del billete verde
ATRAPADO EN SUS engaños y mentiras, sin
el cuerpo del delito de las "armas de destrucción masiva" que justificaron
su invasión, baby Bush pretende ahora que Dios lo "instruyó
para golpear Irak" (The Moscow Times 30-06-03). Pues parecería
que Mefistófeles, disfrazado de falso Dios, fue quien lo instruyó
para librar la fallida invasión anglosajona que se empantanó
en Irak, donde se juega el destino de la dupla Bush-Cheney, el mafioso
binomio energético texano Enron-Halliburton que busca su salvación
en la "privatización".
EN LA "GUERRA multidimensional" que libra Estados
Unidos desde el 11 de septiembre de 2001, planteamos que, ante la quiebra
de sus finanzas y su economía -por ende, del dolarcentrismo en caída
libre-, la dupla energética texana podría recurrir al petróleo
como "ancla" de la estabilización del alicaído dólar.
Pues nada menos que Jeffrey Frankel acaba de proponer la fijación
de la divisa iraquí al precio del petróleo, y la de estos
dos, a su vez, con el dólar (The Financial Times 13-06-03).
Pues sí, el dinar se ha sobrevaluado espectacularmente frente al
dólar, aunque no vale mucho que se diga (su precio técnico
es de 0.13 centavos de dólar), mientras, con todo y la efigie de
Saddam, lo respaldan sus pletóricas reservas en petróleo,
euros y oro. Frankel es un peso pesado de las políticas monetarias,
ha colaborado en las mejores universidades de EU y ha trabajado para la
Reserva Federal, el Instituto de Economía Internacional (IIE, por
sus siglas en inglés) y el agónico FMI; además fue
miembro del panel de consejeros económicos de Clinton.
EN SU OBRA se detecta una tendencia a "anclar"
las divisas con algún producto (exportaciones) y/o materia prima
(oro), de modo que la fijación del dinar iraquí al precio
del petróleo pertenece a su línea de pensamiento. La novedad
consiste en que incrusta al dólar por la puerta trasera al "anclarlo"
al binomio petróleo-dinar, lo que constituye, a nuestro entender,
una estabilización disfrazada del billete verde, que se acoplaría
así al nuevo "patrón-petróleo" (extensivo al gas),
así como estuvo "fijo" al "patrón-oro" desde 1944 (fecha
del nacimiento del acuerdo de Bretton Woods) hasta el 15 de agosto de 1971,
hito del desacoplamiento del dólar, que a partir de entonces entró
en flotación, lo cual desquició a las divisas medianas (vg
Brasil, México y Argentina). En relación con México,
el "lado oscuro" de Frankel se centra en su "contacto" con entidades que
encubrieron el Fobaproa/ IPAB, el peor fraude en la historía nacional
desde la caída de Tenochtitlan: Ortiz Martínez, el atribulado
gobernador del disfuncional Banco de México, y los legisladores
del PAN (encuentro oficial, Puerto Vallarta 23-8-01).
ES EVIDENTE QUE 20 años después del
aniquilamiento del "patrón-oro", el sistema de flotación
del dólar se encontraba seriamente averiado, por lo que, durante
la primera guerra contra Irak, daddy Bush había propuesto
una "canasta" constituida por oro, petróleo, uranio y trigo para
respaldar al dólar. No era una mala política de "fijación"
cambiaria, pero, en la nefaria etapa clintoniana, los monetaristas centralbanquistas,
coludidos con las corredurías mafiosas de Wall Street (en especial
Goldman Sachs, cuyo mandamás había sido por un cuarto de
siglo Robert Rubin, en ese entonces flamante secretario del Tesoro, y hoy
segundo hombre fuerte de Citigroup-Banamex, el banco lavador por
antonomasia y amasiato) pensaron que iban a transformar al mundo financiero
con la hilarante cuan delirante "nueva economía" del mago fracasado
Alan Greenspan, miembro de la secta esotérica Ayn Rand y alumno
del padre del straussiano Paul Wolfowitz. Después de 32 años
de fallida flotación, los monetaristas centralbanquistas han tirado
la toalla: su fanático creador, Milton Friedman, acaba de renegar
insólitamente de su modelo nefasto después de todos los cataclismos
que provocó en el planeta (The Financial Times 7-06-03).
SE DESAPROVECHO un precioso tiempo para instaurar
la "canasta monetaria tripolar geoeconómica" (dólar, euro
y yen) que había ideado lúcidamente el hugonote Oskar Lafontaine,
anterior secretario general del Partido Socialdemócrata alemán
y ex ministro de Economía del canciller Gerhard Schroeder, lo cual
le valió la excomunión perentoria de los centralbanquistas
monetaristas de la globalización financiera, quienes destrozaron
sin piedad su carrera política. Ya que nos encontramos en el "choque
de las civilizaciones" y las "subcivilizaciones", otro hugonote fue despedido
en las urnas electorales: el ex primer ministro francés Lionel Jospin,
más proclive a la ortodoxia de la economía socialista, la
cual fue desfigurada por el mitterrandismo fariseo que se alió al
thatcherismo financiero y geopolítico (vg la colusión
en la primera guerra contra Irak en 1991 y la compraventa del Líbano
al totalitarismo alawita sirio, en ese entonces cómplice de la agresión
de la "coalición occidental" contra Irak).
LA "CANASTA MONETARIA tripolar geoeconómica"
fue desaprovechada por la impudicia tanto de Robert Rubin, ex secretario
del Tesoro, como del mago fallido Alan Greenspan -no se diga por Eddie
George, director del Banco de Inglaterra, quien concluyó su mandato
no sin antes haber tenido que postrarse ante el omnipotente euro que ha
desplazado al frágil dólar y que está por absorber
a la otrora legendaria libra esterlina.
LAS MOTIVACIONES de Frankel para "anclar" el dólar
al petróleo y al dinar suenan virtuosas: "reconstruir Irak". ¿No
será más bien para reconstruir las dañadas finanzas
y economía de EU? Después de revisar varias alternativas,
admite implícitamente la equivalencia de poder paritario del dólar
y el euro, y se inclina por el modelo de "fijación al precio de
exportación", diseñado para "pequeños exportadores
de materias primas". ¿Estará pensando en el Irak "pequeño"
de la época otomana, dividido en tres pedazos?
FRANKEL EXPLICA SU propuesta, en la que mezcla
la flotación y la estabilidad fija: "el banco central fijaría
el precio diario de dinares en términos de dólares, en proporción
directa a la cotización cotidiana del barril del petróleo
en términos de dólares". Por donde se vea, el dólar
es el "anclado" de ida y vuelta por la vía del precio del petróleo,
más que el dinar propiamente dicho. Se trata de una cobertura indirecta
y triangulada que se basa en las colosales reservas de crudo iraquíes
que apuntalarán al dólar desplomado, más que al dinar:
ya sea las cifras oficiales (que urge actualizar) por 110 mil millones
de barriles, ya sea las recientes, estimadas en 550 mil millones de barriles
(¡cinco veces más!), según The Times (8-04-03).
HACE BIEN EN no meterse en problemas sobre la identidad
de quien detentará la batuta del banco central iraquí, que
llegará para rescatar a los estadunidenses de su quiebra financiero-económica,
más que para "reconstruir Irak" -al igual que todos los monetaristas
centralbanquistas que instaló Estados Unidos en Latinoamérica
por medio del criminal Consenso de Washington (el decálogo neoliberal),
que propició una "década perdida" (otra más), en la
propia confesión de The Financial Times (1-07-03), portavoz
de la fracasada globalización financiera. Tal parece que ante el
hundimiento de su Titanic, todos los neoliberales padecen la epidemia
de renegar de su engendro macabro.
EN SU COLUMNA de cada lunes, Robert L. Bartley,
editor emérito de The Wall Street Journal (30-06-03), aborda
la necesidad de una "divisa global" -tema que fue tocado en el Palazzo
Mundell, en la décima Conferencia de Santa Colomba (Italia), por
quince influyentes hacedores de las políticas monetarias del mundo,
entre quienes figuraban Paul Volcker (antecesor de Greenspan en la Reserva
Federal); Jacob Frenkel (anterior gobernador del banco central israelí);
Steve Hanke, gurú de los fracasados esquemas de la "convertibilidad"
y ahora promotor de la "dolarización para México" -cuando
es justamente en EU donde ha fracasado más que en ninguna otra parte
del mundo la misma dolarización-, y el criminal Domingo Cavallo,
ex ministro de Finanzas argentino, quien llevó deliberadamente al
desastre al país gaucho para mejor balcanizarlo (para la privatización,
es decir, la piratización del gas de Patagonia, donde merodeó
el megaespeculador George Soros, y la parte que le corresponde de la Antártida
repleta de agua fresca, uranio y energéticos).
EL NOMBRE DE la sede: Palazzo Mundell, es propiedad
de Robert Mundell, premio Nobel de Economía (para lo que sirve),
su convocante (a estas alturas del hundimiento del Titanic de la
globalización, parecería más bien un "suplicante"
de tragedia griega). Lo relevante es que la primera conferencia de este
género fue celebrada tres semanas después de que el presidente
Nixon desacopló el dólar del "patrón-oro", el 15 de
agosto de 1971, lo que resquebrajó el sistema de Bretton Woods que
le había dado estabilidad a las divisas y que luego fueron arrojadas
al caos de la flotación, que ya llegó a su fase terminal.
UNA DIVISA GLOBAL para un banco central mundial
sería el apotegma de los 15 hacedores de las políticas monetarias
en los centros de poder financiero que cesaron de creer en la flotación
-en la que sigue obsesionado aldeanamente Ortiz Martínez, quien,
por lo visto, no solamente no es invitado a las grandes ligas, sino que,
peor aún, no se actualiza con la modernidad. Bartley resalta la
flotación del euro como el mejor ejemplo de la estéril inestabilidad:
"en cuatro años bajó 31 por ciento y se elevó 44 por
ciento sin fundamentos económicos que puedan explicar sus giros",
y que "en teoría perturban a la economía real". Pero, ¿qué
tal de suculentamente jugoso ha sido para los megaespeculadores que dominan
80 por ciento de todos los intercambios reales y virtuales de las divisas
y "derivados" que mueven en total 3.5 millones de millones de dólares
(trillones en anglo-sajón) al día, de acuerdo con cifras
del Banco Internacional de Pagos, con sede en Basilea?
DESPUES DE ALABAR la estabilidad del sistema Bretton
Woods, cuya "ruptura desembocó en una década de inflación,
crisis energética y guerras en Medio Oriente", Bartley revela el
plan Mundell: "basado en el euro y con la mira puesta en 2040" por medio
del "dey" (canasta monetaria de dólar, euro y yen), que rememora
la canasta tripolar geoeconómica de Lafontaine, o quizá el
"intor", divisa global única provista por un consejo internacional.
¿Lo aceptarán China e India, los dos gigantes emergentes
del siglo XXI de la cuenca del océano Indico, que han fortalecido
sus divisas respectivas: el yuan y la rupia? ¿Y Brasil y el Mercosur
redivivo? ¿Lo aprobará el equipo Bush que busca "anclar"
el dólar al "patrón-petróleo" (extensivo al gas)?
EL PROBLEMA DEL ultrarreduccionismo de los monetaristas
caleidoscópicos, desde la dupla Friedman/Greenspan, pasando por
Mundell, hasta Frankel, es que ignoran los axiomas de la geopolítica
y la geoeconomía, y por ello se equivocan tanto.
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