.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

E C O N O M I A
..

México D.F. Miércoles 2 de julio de 2003

Alejandro Nadal

Mal incurable ataca credibilidad del doctor Frenk

El pasado 24 de mayo The Lancet, la revista médica más importante del mundo, publicó un artículo del economista Philip Musgrove poniendo en entredicho la credibilidad de Julio Frenk, titular de la Secretaría de Salud (Ssa).

El artículo revela cómo se manipularon cifras para el Informe sobre la salud en el mundo preparado para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2000. En síntesis, Musgrove lanza dos acusaciones explosivas al estudio dirigido por Frenk: sus indicadores clave son espurios y el comportamiento de los directores del informe fue contrario a la ética.

El informe (www.oms.int) contiene indicadores sobre niveles de salud, desigualdad en el acceso a ella, capacidad de respuesta del sector y financiamiento en cada país. Una combinación lineal de estos indicadores sirvió para construir indicadores sobre desempeño. El cuadro I del anexo estadístico presenta la lista de países miembros de la OMS con el valor de ese indicador.

Pero la característica principal de esas cifras es que la mayor parte de los valores no proviene de información a nivel de cada país. Como no había datos disponibles para todos los países, Frenk y el doctor Christopher Murray utilizaron técnicas estadísticas para imputar valores para los países en los que no había datos. Corrieron regresiones lineales sobre las estimaciones basadas en datos reales para sólo algunos países y usaron los resultados para asignar valores en los que se carecía de datos.

Musgrove revela que solamente 39 por ciento de los valores sobre indicadores de logros provienen de datos derivados de observaciones a nivel de país; el 69 por ciento restante proviene de imputaciones derivadas de regresiones basadas en datos para algunos países. Desde luego, el anexo estadístico no explica las técnicas utilizadas ni proporciona los datos sobre las regresiones. De este modo, acusa Musgrove, las estimaciones se volvieron "datos" en la presentación del informe.

Cuando se usan estas técnicas es fácil sucumbir a la tentación de manipular los números. Y, por lo que dice el economista, parece que ni Frenk ni Murray escaparon a la tentación. En el caso del indicador sobre respuesta: ni siquiera respetaron a los informantes que explícitamente advirtieron que los datos no permitían comparaciones entre países. Aun así, en el caso de Chile, México y Sri Lanka los datos fueron desechados y se usaron, en cambio, valores imputados. En cuanto a México, se prefirió usar un valor menor. ƑCuál fue el móvil de esta manipulación? Una hipótesis es que se buscó mostrar que en nuestro país se necesita la reforma del sector salud: es decir, avanzar en la privatización y en promover el lucrativo negocio de los hospitales privados.

Musgrove, quien participó en la preparación del estudio (delegado por el Banco Mundial para colaborar con la OMS), revela que alertó a Frenk y a Murray sobre lo inadecuado de estos procedimientos, advirtiéndoles que eran contrarios a la ética, pero concluye: "mis esfuerzos por persuadirlos fueron en vano". El comentario no es de un radical de izquierda, sino de un economista del establishment, y su publicación en The Lancet es testimonio de la gravedad de la acusación.

El informe comentado jugó un papel importante en la fallida campaña del titular de la Ssa para llegar a la dirección general de la OMS el año pasado. Esa campaña, por cierto, ha sido interpretada correctamente como un desprecio a los hombres y mujeres que trabajan en el sector salud de este país.

En momentos en que arrecia el debate sobre el sector salud en México, estas revelaciones son muy importantes. Desde hace tiempo los servicios de salud han sufrido el embate del neoliberalismo. En 1990 el gasto en salud era de apenas 2.8 por ciento del PIB, y el año 2001 sólo alcanzó 2.4 por ciento. Lo dramático de esta situación se puede apreciar si se considera el gasto en salud per cápita: en 1983 el gasto por habitante (en pesos de 1993) fue de 383 pesos y en 2001 apenas alcanzó el irrisorio nivel de 371 pesos. Algo así como un peso diario por habitante: para llorar. Por eso, en el sector salud "puesto al día y a la vanguardia" las instalaciones y el personal están desbordados.

Los esfuerzos de mujeres y hombres que trabajan en el sector salud, frecuentemente bajo condiciones de heroísmo, han sido lo único que todavía permite al sistema mantenerse en pie. Ayer Vicente Fox visitó el Instituto Nacional de Pediatría y los reclamos de las enfermeras revelan la crisis en el sector: "no hay medicamentos", le gritaron, mientras desplegaban letreros "trabajamos bajo protesta". Pero Fox y Frenk prefirieron ignorar esa inconformidad y el primero habló del nivel de excelencia que su gobierno quiere lograr. Frente a este panorama, el lento e inexorable desmantelamiento del sector salud prosigue su camino.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email