México D.F. Jueves 3 de julio de 2003
El primer ministro italiano compara a eurodiputado
alemán con un carcelero nazi
Exabrupto de Berlusconi provoca escándalo en
el Parlamento Europeo
El magnate se negó a retractarse y calificó
de "turistas de la democracia" a algunos legisladores
Juzga Berlín de "inaceptables" las declaraciones
en Estrasburgo del también presidente de la UE
AFP, REUTERS Y DPA
Estrasburgo, 2 de julio. El primer ministro italiano,
Silvio Berlusconi, arruinó este miércoles su debut como presidente
de la Unión Eu-ropea (UE) al generar un escándalo tras comparar
a un diputado alemán del Parlamento Europeo con un guardián
de un campo de concentración nazi.
Las
declaraciones de Berlusconi dieron lugar a un incidente diplomático,
ya que el gobierno alemán las juzgó "inaceptables" y manifestó
su descontento por este tema al embajador de Italia en Berlín.
Pero en respuesta, el embajador alemán en Roma
fue convocado al Ministerio de Relaciones Exteriores italiano, que calificó
de "ofensa grave e inaceptable" las críticas dirigidas en forma
previa por el eurodiputado alemán contra el jefe de gobierno italiano.
En su primera intervención en el Parlamento Europeo,
con sede en Estrasburgo, para explicar su programa durante los seis meses
que Italia ejercerá la presidencia de la UE, Berlusconi respondió
a las críticas del eurodiputado alemán socialdemócrata
Martin Schulz, quien había declarado temer que "el virus del conflicto
de intereses italiano fuese transferido a nivel de la Unión Europea".
Schulz se refirió así al conflicto entre
el papel de dirigente político del hombre más rico de Italia
y su enorme imperio de medios de comunicación, y lamentó
además que un ministro de su gobierno hubiera declarado que había
que disparar a los barcos con inmigrantes ilegales.
Negocios sucios e impunidad
El eurodiputado se refirió también a la
ley de inmunidad aprobada en Italia para evitar que el derechista Berlusconi
haga frente a los nu-merosos procesos de corrupción que enfrenta
en la justicia.
Tras escuchar esas declaraciones, acompañadas por
otras similares de otros diputados de filiación izquierdista, Berlusconi
respondió con un discurso en que incluyó menciones a la importante
herencia cultural italiana con una serie de datos estadísticos como
la existencia de 100 mil monumentos e iglesias y 3 mil 500 sitios arqueológicos.
Entonces, abruptamente, se dirigió al diputado
alemán: "Señor Schulz, sé que en Italia hay un hombre
realizando una película sobre campos de concentración nazis.
Me gustaría recomendarlo a usted para el papel de kapo (guardia
de campo de concentración). Sería perfecto".
La declaración del magnate y político italiano
provocó el rechazo de la Cámara y entre insistentes aplausos
Schulz estimó "inaceptable" que "un presidente del Consejo (Europeo)
pierda su sangre fría de esta forma", además de aclarar que
por respeto a las víctimas de los nazis no iba a hacer comentarios
sobre la declaración.
Pero Berlusconi, que también llamó a varios
diputados "turistas de la democracia", se negó a retirar sus declaraciones
pese al pedido del presidente del grupo socialista y cuando recibió
la oportunidad del presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox.
En cambio, el primer ministro se dirigió nuevamente
a Schulz: "Si no es usted capaz de entender una ironía, lo siento
por usted".
En conferencia de prensa posterior, Berlusconi dijo que
se trató de "una broma" y lamentó que sus palabras hubieran
"lesionado los sentimientos de nuestros amigos, el pueblo alemán".
A una pregunta sobre la mala imagen que tiene en la UE,
se de-fendió alegando que es "exactamente lo contrario en Italia".
Asimismo,
el gobernante estimó que las críticas expresadas por diputados
y la prensa son una "ofensa al pueblo italiano cuando se dice que no respeta
la democracia", o bien se supone que "los italianos se han convertido en
analfabetos y bárbaros".
Mencionó además a Erasmo de Rotterdam, pensador
holandés del siglo XVI, y a su obra Elogio de la locura,
al señalar que "las decisiones más sabias no son necesariamente
las que proceden de la razón, sino las que vienen de una locura
visionaria generosa".
Aseguró: "No digo que haya que estar loco para
dirigir Europa, pero en todo caso hay que tener la capacidad de ir hacia
adelante e intentaremos hacerlo".
En Italia, el insulto de Berlusconi al eurodiputado alemán
consternó a la clase política.
"Berlusconi fue gravemente provocado por el honorable
Schulz. Desgraciadamente cayó en la trampa. Ninguna acusación,
aunque sea excesiva, puede justificar el epíteto de kapo nazi
para un adversario político. Hubiera sido mejor excusarse", aseguró
Gianfranco Fini, número dos del gobierno italiano.
"Humanamente lo entiendo, pe-ro no apruebo la obstinación
con la que Berlusconi defiende sus palabras, que seguramente fueron dichas
con ironía", agregó Fini.
"Desapruebo y no entiendo", declaró por su parte
el secretario general de la Unión de Demócratas Cristianos
de Centro, Marco Follini, partido miembro de la coalición gubernamental.
Los xenófobos de la Liga del Norte dieron en cambio
su total apoyo a Berlusconi, manifestándole su solidaridad: "Respondió
con firmeza a las manifestaciones despreciables y arrogantes de los que
juzgan a Italia basándose en prejuicios ideológicos", afirmó
el ministro de Trabajo, Roberto Ma-roni, de ese grupo.
"Comenzamos mal", comentó el líder de la
oposición de izquierda El Olivo, Francesco Rutelli, respecto del
exabrupto.
Berlusconi demostró que "carece de cultura democrática,
que es incapaz de enfrentarse a sus opositores y que sólo sabe agredir",
comentó el líder del mayor partido izquierdista, Demócratas
de Izquierda, Piero Fassino.
El "síndrome Hamlet"
El incidente dañó lo que se inició
como una cuidada presentación de la presidencia italiana, con un
elaborado discurso que incluyó un compromiso para revivir la es-tancada
economía europea y sacar a esa comunidad de naciones del llamado
"síndrome Hamlet", de dudas en asuntos mundiales.
Berlusconi se comprometió a dar prioridad e impulsar
las inversiones en transporte en la región y a proyectos de energía,
promover la investigación y el desarrollo, así como las reformas
en los sistemas de pensiones y bienestar social para enfrentar los desafíos
que implica la población que envejece.
Abogó además por un acuerdo de los 15
sobre el texto de la primera Constitución europea antes de finales
de año, y consideró una prioridad que la UE sea "un protagonista
activo en la escena internacional" reforzando sus lazos con Estados Unidos
en la lucha contra el terrorismo para aumentar la seguridad en el mundo,
entre otras cosas.
Su programa obtuvo el cauteloso respaldo de grupos dominantes
en el Parlamento Europeo y de la Comisión Europea, encabezada por
el adversario político de Berlusconi, el ex primer ministro italiano
Romano Prodi.
Este, en medio del debate que se desató cuando
Berlusconi perdió la compostura al reaccionar frente a las críticas
en su contra, permaneció tranquilo.
Sólo de forma indirecta comentó las declaraciones
del magnate, al indicar que "el debate mostró cuán grandes
son las tareas y dificultades en este medio año".
Berlusconi -quien el mes pasado logró que el Parlamento
de su país le diera inmunidad y contra quien esta semana se suspendió
un juicio por corrupción- había asegurado que Italia trabajará
estos seis meses en la presidencia de la Unión Europea "con mucha
serenidad", y será "prudente y evitará el ridículo".
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