A tres décadas de la asonada, la derecha aún impide consolidar la democracia: Carmen Lazo

En Chile, el ideario de Allende se abre paso entre los resabios de la dictadura

El neoliberalismo, principal obstáculo para el desarrollo, considera la ex legisladora

CAROLINA GOMEZ MENA

Ni el tiempo ni los militares han logrado opacar el ideario político y social de Salvador Allende. Han transcurrido tres décadas desde que su propuesta fue violentamente truncada, y sin embargo sus "40 medidas siguen vigentes, al grado de que la mayoría de ellas podrían ser implantadas en Chile, entre ellas proporcionar educación y salud gratuitas, así como redistribuir el ingreso", señaló Carmen Lazo, ex parlamentaria del Partido Socialista chileno y cercana colaboradora del mandatario.

Al cumplirse hoy 30 años del golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet Ugarte, Lazo descartó que pueda sólo sentirse añoranza por el proyecto de Allende. ''Sus ideas, sólo con ligeras adecuaciones al momento actual, podrían ser retomadas; hay Allende para rato, porque la suya fue una escuela de ética, lucha y solución''.

En entrevista con La Jornada, lamentó que Chile deba someterse al modelo neoliberal que ''hace más ricos a los ricos, privatiza al país y lo subyuga al libre mercado''.

Esto lo sabe Chile: ''privatizaron la luz, el agua, la telefonía, el transporte; están en manos de extranjeros y, también, en las de empresarios nacionales que para adquirir estos bienes pidieron créditos a los bancos que previamente había rescatado el gobierno pinochetista. Fue una privatización regalada: son sus empresas, pero no las han pagado''.

Lazo se encuentra de visita en México para participar, junto con Lorenzo Meyer, investigador de El Colegio de México, y el embajador de Venezuela en México, Lino Martínez, en una mesa redonda con motivo de los 30 años del golpe y sus consecuencias, acto que se realizará hoy en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo de Antropología.

En Chile -afirmó Lazo- "no existe la democracia; la derecha pinochetista dejó atados a los gobiernos. Estamos regidos por una Constitución diseñada por Pinochet, vivimos en el gatopardismo''.

En el terreno económico, el país andino tampoco es lo que se dice. ''Las cosas no andan bien. Dicen que somos el tigre de América Latina, pero la verdad es que sólo somos un gato mojado''.

En Chile la bonanza económica parece no llegar al ciudadano común. Según Lazo, la "cesantía es de 9 por ciento, crecen el subempleo y el comercio callejero, el salario mínimo es de apenas 150 mil pesos mensuales (unos 200 dólares), y como hay exceso de mano de obra disponible, las condiciones laborales son absolutamente ilegales''.

No obstante, hay un hecho innegable: ''en la década anterior Chile ha logrado reducir la miseria -pobreza extrema- de 40 a 22 por ciento", gracias a las políticas sociales impuestas durante los gobiernos posteriores a la dictadura, así como a las redes sociales. Pero esto no es suficiente: hay menos pobres extremos, pero no se perfilan posibilidades de que haya mejoría económica para las familias de clase media.

La también ex dirigente sindical lamentó que el actual gobierno chileno, encabezado por el presidente Ricardo Lagos, poco pueda hacer para soslayar los designios neoliberales, así como desprenderse por completo de los resabios de la dictadura militar. ''Lagos es un hombre inteligente, pero es un presidente cautivo; hace lo que puede" en el margen que le permiten los candados pinochetistas.

En opinión de Lazo, ''Chile no está tan mal como otros países'', pero las inercias se arrastran y otras se suman. El ejército sigue en control de la situación, ya que no hay castigo a los elementos castrenses por los asesinatos de más de 3 mil chilenos y la desaparición de otros 30 mil, y aunado a esto, persiste el "miedo" a los militares.

A esto se suma la abulia electoral."Hay desencanto, desprecio por participar en los comicios. Un millón 200 mil chilenos de entre 18 y 40 años no votan; esto es una manera de protestar".

En opinión de Lazo, para que en Chile realmente haya democracia hay que promulgar una nueva Constitución y cambiar el modelo económico. ''Somos un país cautivo de un imperio que tiene subyugado al mundo y que piensa que nos puede sacar aún más de lo que ya nos ha sacado", concluyó.