Luis González Souza

Otra globalización

Ƒqué parte de "otra" no entienden los magnates de las finanzas mundiales (Valentina e Itzel dixit)? Volvió a ocurrir en Cancún, tierra nuestra. Ahora sí ya no podemos seguir haciéndonos los distraídos. El movimiento de los altermundistas o de los con dignidad (como yo insisto en llamarlos) llegó hasta nosotros, a nuestras tierras, al sureste mexicano, Cancún, Quintana Roo. Ya no hay pa' dónde hacerse: hay que asumir posiciones claras y categóricas. Como ocurría en los años 70, cuando el gobierno mexicano tuvo mucho que decir en la Carta de Derechos y Deberes Económicos de las Naciones, que fue el origen del movimiento por un nuevo orden económico internacional. No somos echeverristas, pero hay que respetar a Luis Echeverría Alvarez, en su impacto sobre la recomposición del mundo, al menos económico.

Hoy se puede y se debe desatar un nuevo movimiento por un nuevo orden mundial, no sólo económico, eso es lo que hicieron los altermundistas en Cancún la semana pasada. Ese es el grito de guerra contra los que insisten terca y torpemente en mantener un orden mundial oligárquico, es decir, desde y para las cúpulas adineradas.

Hace más de 20 años, la humanidad ya pugnaba por un nuevo orden económico internacional, pero los de arriba, los del dinero y el poder, o al revés, insisten en mantener un viejo orden internacional, no sólo económico. Un orden que sólo beneficia a los de arriba y maltrata cada vez más a los de abajo. Pues se acabó: otro mundo no sólo es posible, sino que ya está naciendo. ƑDónde? Precisa y justamente en el sureste mexicano, es decir, en cada municipio autónomo que se construye, ya son muchos, por los indígenas zapatistas en Chiapas, y que ya constituyen los Caracoles en vez de los Aguascalientes y cuyo nacimiento acabamos de presenciar en Oventic, Chiapas.

Pero Cancún es otra historia, o para decirlo bien, es la misma historia pero en otro ámbito, el internacional. Fueron muchos y múltiples, muy diversos los que ahí se manifestaron, y dicen inclusive que las polarizaciones, allá abajo estuvieron de a peso. Así lo dice por lo menos un Héctor de la Cueva, uno de los líderes del movimiento de los con dignidad, que estuvo ahí, en los trancazos mismos, y a quien pudimos entrevistar antes de escribir estas reflexiones. Ese fue acaso el mayor retroceso: las divisiones y los protagonismos en la base misma del movimiento de los con dignidad, o mejor llamados hoy mismo altermundistas: no los que están en contra de la globalización, sino los que están en favor de otra globalización. Una que pase por encima del mundo entero y lo sublime como seres humanos.

Otra globalización no sólo es posible, sino es urgente. ƑQué parte de "otra" no entienden? Hasta ahora sólo ha prevalecido la globalización de los mercados, de las mercancías y de los dineros. šSorpresa! El mundo de hoy, ayer y mañana también está compuesto de seres humanos. De seres que aparte de materia tienen corazones y espíritus, también de eso está hecho el hombre (y perdón por revisar al propio Marx, porque aparte de ley de valor, insistimos, hay ley del honor, Tacho y Marcos dixit).

Qué diferente sería el mundo si en vez de sólo globalizar mercancías, también se globalizaran corazones y espíritus.

Es evidente que hoy necesitamos, los humanistas, un nuevo orden mundial. Ese nuevo orden mundial, o se parece al zapatismo mexicano, perdón por el pontificalismo, o no es nuevo. Se parece en el mandar obedeciendo, en el mundo en el que quepan muchos mundos, en el para todos todo, para nosotros nada, o no será un orden nuevo. ƑQué parte de nuevo no entienden los magnates de las finanzas mundiales?

En Cancún se acabó de descubrir lo nuevo, y sólo nos resta decir: qué bueno que Cancún es parte del territorio mexicano. Queremos otra globalización, no estamos contra la globalización, que entendemos un proceso objetivo e irreversible. Queremos una globalización en primer lugar humana y humanista, una globalización democrática empujada desde y por los de abajo, y una globalización visionaria, que alcance no sólo para mañana, sino también para pasado mañana. No somos "globalifóbicos" como insisten en llamarnos el pentonto de Zedillo y sus secuaces.

Simplemente queremos otra globalización: una globalización humanista, democrática y visionaria. ƑMucho pedir? Muy su problema: Cancún ya dijo su palabra. Ya descarriló el curso entero de la Organización Mundial del Comercio (OMC); en la siguiente etapa, Cancún será el anuncio de un orden mundial en verdad nuevo, y no sólo en lo económico. Así será. O sea, amén. Pero en futurología.

[email protected]