México D.F. Sábado 20 de septiembre de 2003
Las naciones en desarrollo asumieron la posición
de ser tomadas en cuenta, dice
Cancún anticipa nuevo equilibrio entre
países ricos y pobres: BM
No deben buscarse culpables, considera; la reunión
de la OMC terminó cuando se pretendió tratar la apertura
de compras de gobierno sin definir la baja de subsidios agrícolas,
señala Wolfensohn
ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO
Dubai, 19 de septiembre. El presidente del Banco
Mundial (BM), James D. Wolfensohn, aseguró que el colapso de las
pláticas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en
Cancún anticipa el surgimiento de un "nuevo equilibrio" político
entre países ricos y pobres.
"Lo que vimos en Cancún fue que los países
en desarrollo ocuparon sus posiciones para que sus puntos de vista sean
considerados con más seriedad y mostraron que ya no están
dispuestos a aceptar los acuerdos que han sido promovidos en nombre de
ellos por los países ricos", afirmó Wolfensohn.
El fracaso de la reunión ministerial de Cancún,
en la que la OMC buscaba establecer la modalidad y plazos de una nueva
ronda de apertura comercial, ha provocado que los países en desarrollo
hayan sido acusados tanto por el gobierno de Estados Unidos y otros como
por medios de opinión afines a los intereses empresariales, de haber
bloqueado las pláticas. Las negociaciones que sostuvieron los miembros
del organismo en el balneario mexicano terminaron cuando las naciones menos
desarrolladas rechazaron discutir la liberalización de las inversiones
y la apertura de las compras de gobierno a las trasnacionales, antes de
que se acabara con el tema de la eliminación de subsidios a la agricultura
en los países avanzados.
En una conferencia de prensa ofrecida esta tarde, en el
contexto de la reunión anual de la asamblea de gobernadores del
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Wolfensohn rechazó
que algún bloque o grupo de países pueda ser acusado del
fracaso de la reunión de la OMC en Cancún.
Durante el encuentro de la OMC, el Grupo de los 21 (G-21,
de países en desarrollo), encabezado por Brasil, India, Sudáfrica
y China, y al que pertenece México, mantuvo un frente sólido
de negociación en el tema agrícola y se opuso a la discusión
de los temas defendidos por los países ricos relacionados con las
inversiones y las compras de gobierno.
"No
creo que nadie deba ser señalado como culpable del resultado final
de Cancún", aseguró Wolfensohn. "Todo lo que sucedió
tiene que ver con un intento para poder lograr un nuevo equilibrio entre
los países ricos y una numerosa mayoría de otros países.
Después de todo, las naciones que no están dispuestas a seguir
como hasta ahora representan a 4 mil millones de personas, dos terceras
partes de la población mundial", señaló.
El presidente del Banco Mundial comentó que el
resultado final de la cumbre de la OMC en Cancún anticipa el surgimiento
"de un equilibrio diferente" entre países ricos y pobres. "No me
parece apropiado en este momento buscar culpables. La culpa no es lo que
se discute en este momento. Me parece que lo que se plantea es algo que
ojalá pueda conducirnos a una solución equilibrada y a que
se tomen en cuenta los intereses de los pobres del mundo".
Señaló que, a partir de ahora, "no sería
sorprendente" que hubiese un aumento en las negociaciones de los países
menos desarrollados sobre los derechos de voz y voto en los organismos
internacionales, "porque eso sería congruente con lo que pasó
en Cancún".
En la OMC, las decisiones se toman por consenso y cada
país tiene un voto, lo que teóricamente hace que Burkina
Faso, una de las naciones más pobres de Africa, tenga la misma capacidad
de decisión que Estados Unidos, lo que de hecho no ocurre. En tanto,
en el FMI y el Banco Mundial, la capacidad de voto está relacionada
con las aportaciones financieras de los países. En este caso, por
sus contribuciones económicas, el Grupo de los 7 (Canadá,
Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña e
Italia) países más desarrollados tiene la mayor influencia
en las decisiones que toman ambos organismos y en las políticas
que recomiendan a sus afiliados.
México y Chile, alumnos cumplidos: FMI
y BM
México y Chile reciben elogios de "alumnos cumplidos"
por los dos principales organismos financieros internacionales, pero el
nuevo centro de atención en Latinoamérica es Brasil y las
políticas del presidente de centro izquierda Luiz Inacio Lula da
Silva, quien asumió el poder en enero pasado.
"Me parece que lo que está sucediendo con Lula
en Brasil es el experimento más importante de la región",
comentó James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, al responder
una pregunta sobre las consecuencias de las reformas de libre mercado impuestas
por los gobiernos latinoamericanos en los pasados 15 años. "Los
ojos del mundo se centran en Brasil", expresó.
Opinión similar fue expresada por Horst Koehler,
director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo que
mantiene un programa de ajuste en Brasil, concretado en los últimos
meses del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, el antecesor
de Lula."Deseo aprovechar la oportunidad para dejar en claro que en el
Fondo estamos profundamente impresionados por los logros del presidente
Lula y su equipo económico durante los pocos meses que tienen al
frente de Brasil", dijo Koehler en una conferencia de prensa. Con lo que
está haciendo, "Brasil merece convertirse en una historia de éxito
en América Latina", señaló.
Durante años, sobre todo después de la recuperación
del crecimiento de la economía en el año posterior a la crisis
de 1995, México fue puesto como ejemplo de las reformas de libre
mercado promovidas en Latinoamérica por los organismos internacionales
y acatadas por los gobiernos mexicanos desde el presidente Miguel de la
Madrid (1982-1988) hasta la fecha.
En el marco de la reunión anual del FMI y el Banco
Mundial, que se realiza en esta ciudad situada en la parte suroriental
de la Península Arábiga, la atención en cuanto a los
temas latinoamericanos se está centrando en Argentina, cuyo programa
de ajuste será sometido a votación del directorio del Fondo
este fin de semana. El organismo señaló que el gobierno del
presidente Néstor Kirchner necesita realizar más reformas
para sacar del pozo a su economía, que cayó 10.5 por ciento
en 2002 y que ha caído en moratoria de pagos tres veces desde 2000.
En la mayor referencia que se ha hecho sobre México
en el contexto de esta reunión, el FMI dijo que este país
junto con Chile han logrado mantenerse "inmunes" a la inestabilidad que
ha afectado a otras economías latinoamericanas. Pero, en el primer
caso, dijo que son necesarias más reformas, sobre todo en el terreno
laboral y energético; mientras, en el segundo alertó sobre
el riesgo representado por un alto nivel de deuda privada.
Estos días, la nota se la ha llevado Brasil, cuyo
gobierno de centro izquierda, que está tratando de construir un
nuevo tipo de relación de mayor independencia frente a los organismos
internacionales, recibe los mayores elogios de los principales responsables
del FMI y el Banco Mundial.
"Lo que ocurre en Brasil ahora es lo más importante
en la región", apuntó Wolfensohn. "El presidente Lula ha
dicho que hay que echarle un vistazo a toda la cuestión de la igualdad,
a las prioridades en relación con el combate a la pobreza y en colocar
alimentos sobre la mesa de los más pobres. Y el presidente Lula
lo hizo no en términos revolucionarios, sino en una elección
en donde obtuvo más de 50 por ciento de los votos. Por eso me parece
que los ojos del mundo se centran en Brasil", añadió.
Wolfensohn dijo que las políticas instrumentadas
por el actual gobierno brasileño son "extraordinariamente importantes"
y generan "una enorme confianza" al Banco Mundial.
El gobierno de Lula no ha desconocido los acuerdos con
el FMI, pero busca renegociar los programas vigentes para tener una mayor
holgura fiscal que le permita contar con recursos para promover gasto social.
Al mismo tiempo, ha reducido erogaciones en sueldos públicos y colocado
el tema social en la prioridad de las acciones.
Horst Koehler, director gerente del FMI, dijo que es "una
decisión totalmente del gobierno" brasileño si continúa
o no un programa con el organismo, "pero si la administración del
presidente Lula desea platicar con nosotros acerca de otro programa (que
flexibilizara las restricciones del actual y permitiera contar con mayores
recursos públicos) estamos listos para hacerlo y para atender los
objetivos sociales", indicó
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