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México D.F. Miércoles 8 de octubre de 2003
FORO DE LA CINETECA
Carlos Bonfil
Power trip
El poder trasnacional
Estrepitoso choque cultural
EL DOCUMENTAL POWER trip, del realizador independiente Paul Devlin (Slam Nation, 1998), incursiona en la vida cotidiana de Tbilisi, capital de la ex república soviética de Georgia, para describir un estado de crisis, el de una población obligada a vivir casi en penumbras, amenazada a diario con prolongados cortes de electricidad, perpleja ante la continuidad de la corrupción e impunidad en el tránsito del comunismo al sistema capitalista, furiosa también por la insensibilidad de la empresa trasnacional estadunidense AES, que decide hoy sobre su consumo doméstico de energía.
POWER TRIP ES también, como traducción de una expresión coloquial, un delirio de poder. Devlin muestra con material de archivo y entrevistas a menudo maliciosas, el oportunismo de burócratas y dirigentes (incondicionales antes de la Unión Soviética) que supieron acomodarse en la nueva situación política, y que buscan su propio beneficio en detrimento del bienestar colectivo. Estas autoridades venden la planta eléctrica nacional a la compañía citada a cambio de una suma irrisoria, y la población, acostumbrada por décadas al subsidio estatal, debe ahora pagar por su consumo de energía sumas mensuales que rebasan todo su salario.
ANTE TAL SITUACION declaran, individual o colectivamente, una suerte de moratoria de pagos y se dedican a procurarse energía eléctrica por todos los medios imaginables, colgándose del medidor del vecino o de los postes de electricidad cercanos, originando un caos que obliga al monopolio trasnacional a adoptar medidas disciplinarias, como el castigo esporádico de un apagón prolongado o el alza de tarifas para intentar, desesperadamente, recuperar sus inversiones.
EL DIRECTOR EXPLORA las múltiples facetas de esta situación: el caso de un popularísimo presentador de televisión asesinado por denunciar la corrupción oficial, las protestas callejeras en Tbilisi, y también el retrato de los acérrimos defensores del nuevo sistema económico. En secuencias casi surrealistas se describen las faenas artesanales para dotarse de energía, los peligros de morir electrocutado en el intento y el desconcierto casi cómico de empresarios estadunidenses que a diario se enfrentan a personas que no conciben por qué deben ellos pagar por su propio consumo eléctrico.
EL CHOQUE CULTURAL es, por decir lo menos, estrepitoso. Y la situación se vuelve pavorosa cuando llega el invierno a una ciudad en tinieblas. Un personaje intenta explicar lo que significa vivir 20 horas al día en oscuridad completa, otro describe las penurias del hambre y del frío al margen de toda protección social. Las bondades del sistema capitalista son un espejismo, y un mayúsculo engaño, para la población que no despierta aún del todo a la realidad del cambio. Hay en muchos testimonios una sensación de orfandad absoluta y de impotencia ante el nuevo poder que representa la compañía trasnacional -esa posible protectora providencial que da la espalda y amenaza con partir en cualquier momento para invertir en territorios más rentables y seguros.
ANTE ESTE CLIMA desolador, el documentalista rescata expresiones de humorismo e ingenio local verdaderamente sorprendentes. Personajes vitalísimos contrastan con la mediocridad del burócrata local y la desorientación muy bufa del inversionista extranjero. La desobediencia civil deviene protesta multitudinaria, y la sabiduría local ensaya estrategias novedosas de supervivencia que incluyen el quemado de llantas para procurarse calor durante el invierno, o el asedio de ancianas a las oficinas de la compañía extranjera.
POWER TRIP ES al mismo tiempo un documental agilísimo y muy bien documentado. Ante una situación que raya en lo trágico, consigue momentos de humor y gran desenfado, ilustrando siempre las paradojas de un edén prometido (la nueva patria capitalista) y la cruenta realidad que en cada escena lo desmiente. Una reflexión muy oportuna en esta era de privatizaciones salvajes, y al mismo tiempo una fábula tragicómica donde el espectro de Enron se añade al del camarada Stalin. Uno de los mejores documentales del foro.
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