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México D.F. Miércoles 4 de febrero de 2004
VAMOS MEXICO, IMPRESENTABLE
El
londinense Financial Times publicó el pasado fin de semana un revelador
reportaje sobre la fundación Vamos México, organización
que dirige Marta Sahagún de Fox con fines oficiales de beneficencia,
pero cuyo verdadero propósito, se ha apuntado con insistencia en
numerosos ámbitos de la opinión pública nacional e
internacional, sería la promoción política a futuro
de la esposa del presidente Vicente Fox, permitirle el ejercicio presente
de un enorme poder de facto --el que otorga la posesión de un abultado
monedero destinado a obras de caridad-- y facilitar la imposición
en el país, por medio de obras como la Guía de padres, de
una ideología y una práctica sociales más próximas
a la sacristía y a la limosna que a un compromiso moderno, ajeno
a los prejuicios y orientado al desarrollo y la justicia social.
En la investigación periodística referida,
firmada por la corresponsal Sara Silver, se pone en cuestión el
sentido mismo de Vamos México, una fundación que, amparada
en las influencias de la familia presidencial, podría estarse "comiendo
los recursos" de miles de organizaciones filantrópicas fundadas
mucho antes que la de Marta Sahagún, y en la cual el manejo de los
recursos dista mucho de merecer el calificativo de transparente.
El escándalo trascendió las fronteras nacionales
y obligó a la esposa del titular del Ejecutivo a dar unos cuantos
pasos fuera de Los Pinos para, en la acera de la casa presidencial, y siempre
custodiada por elementos del Estado Mayor, ofrecer un poco convincente
desmentido a los señalamientos del Financial Times, a los que hizo
alusión como "mentira, calumnia, difamación o manejo tendencioso
o tergiversado de la información". En esa ocasión, en la
que no aceptó responder una sola pregunta de la prensa, Sahagún
de Fox ofreció "a toda la opinión pública" la información
financiera "puntual y detallada" que durante semanas se escamoteó
a la corresponsal Silver. Un día más tarde, ayer, la secretaria
de la asamblea general de Vamos México, María Elena Valdés
Ruiz, quien tampoco quiso dar respuesta a cuestionamientos de los medios,
aseguró que "los estados financieros de esta institución,
el origen y el destino de los donativos están puestos en la página
de Internet". Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, la información
correspondiente en el sitio www.vamosmexico.org.mx parecía ser la
misma con la que se topó la corresponsal del Financial Times: unos
estados financieros de 2001, un informe de auditoría del 2002 --una
cuartilla-- y un Informe anual de actividades 2002, ninguno de los cuales,
en conjunto o por separado, permite confirmar que los recursos recibidos
por Vamos México están siendo manejados de manera honesta.
Por el contrario, los señalamientos puntuales del diario británico
--como el de que "un máximo de 10 por ciento del dinero que fue
ayudado a recaudar por Elton John durante su concierto en el Castillo de
Chapultepec fue donado 'a los pobres de México' en los siguientes
15 meses después del concierto"-- no han sido en ningún momento
refutados ni por la presidenta ni por la secretaria general de la organización
"de beneficencia".
A las sospechas por el incierto manejo de las donaciones,
a las críticas por el uso de la influencia presidencial en la recaudación
de fondos privados con destinos oscuros, a los indicios sobre el uso de
recursos públicos en respaldo de una organización caritativa
privada, ha de sumarse la acusación sobre el grosero e inadmisible
intento de personeros presidenciales por impedir que el reportaje mencionado
fuera hecho público y sobre la insistencia --de la propia Marta
Sahagún y de algunos de sus empleados-- de poner en duda las motivaciones
reales de la corresponsal o de sugerir que su trabajo tenía propósitos
ajenos al periodismo.
Por si no fuera suficiente en esta colección de
inconsistencias y desfiguros, el propio presidente Vicente Fox salió
ayer en defensa de las actividades de su cónyuge y en abierto e
inadmisible ataque contra quienes las cuestionan, a quienes llamó
"caníbales" y "jauría". Con esa vitriólica defensa
el mandatario dio muestras de una visceralidad incompatible con las formas
que demanda el ejercicio de la Presidencia, hizo evidente el daño
que el protagonismo de su esposa causa a su gobierno y a la institución
presidencial en general y reforzó las sospechas sobre el involucramiento
del Poder Ejecutivo federal en Vamos México y la injerencia indebida
de esa organización privada en el poder público.
Marta Sahagún tendría que dar a conocer,
de una buena vez, la información que ha venido sustrayendo al escrutinio
público. Sólo de esa forma podría despejarse la sospecha
sobre orígenes turbios y manejos indebidos o ilícitos de
las donaciones recibidas y establecerse si las actividades del organismo
son realmente legales. Pero incluso si resulta que lo son, es tiempo de
que el foxismo comprenda que el accionar de Vamos México desde Los
Pinos resulta contrario al espíritu republicano, a la ética
de la gestión pública y a la decencia.
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