México D.F. Lunes 10 de mayo de 2004
Paul Mercer, nieto del célebre compositor,
habla en entrevista para La Jornada
''Duke Ellington, a la altura de Bach, Mozart y Beethoven''
Aún hay dudas sobre cuán grande es, a
pesar de que escribió más de 2 mil 500 partituras y rompió
el orden establecido, evalúa el director de la orquesta fundada
por su abuelo
PABLO ESPINOSA
Se llama Paul, porque el mejor amigo de su abuelo era
Paul Gonsalves, a su vez uno de los hacedores del ''sonido Ellington".
Su apellido es la marca que el destino le puso en fortuna
y responsabilidad inconmensurables. Una herencia cuyos valores no se limitan
a lo monetario.
Lo que recibió de generación en generación
Paul Mercer Ellington también tiene nombre y apellido: la Duke Ellington
Orchestra.
Residencia en Dinamarca
El
joven Paul nació el 2 de noviembre de 1978 en Dinamarca, donde Paul
creció hasta cumplir 16 años y veía una vez al año
a su padre, cuando éste tocaba Dinamarca como parte de su gira anual
de conciertos como director de la Duke Ellington Orchestra, herencia mayor
que el venerable maestro, el padre de Paul, había heredado a su
vez de su padre, el genial compositor Edward Kennedy Ellington (Washington,
1899-Nueva York, 1974), mejor conocido como Duke Ellington.
El hijo de Duke Ellington, Mercer Kennedy Ellington, es
para Paul ''el mejor ser humano, además de mi madre, que he conocido.
A él debo mis cualidades y valores".
La madre de Paul, Lene Margrethe Ellington, era modelo
y sobrecargo, pero sus empleadores le pidieron la renuncia -cuenta Paul-
debido a que ella padecía esclerosis múltiple.
Paul regresó a Nueva York en 1994, cuando tenía
16 años de edad, porque en ese momento el plantel de profesores
de la Manhattan School of Music era la mejor en el planeta.
Pero sólo pudo permanecer en calidad de estudiante
dos años, porque en 1996, a los 18 años de edad, tomó
la batuta titular de la Duke Ellington Orchestra, a raíz de que
su padre falleció, y también dejó su estatus de estudiante
porque la salud de su madre requería del tiempo completo de Paul.
Desde hace ocho años, entonces, Paul Mercer Ellington
se desempeña como director titular de la Duke Ellington Orchestra
y al frente también del Duke Ellington Estate, organismo encargado
de preservar la obra de uno de los más grandes compositores de toda
la historia.
El cetro del abuelo
Paul tiene 25 años de edad y un pie en el avión
todo el tiempo ahora, como lo hacía su padre, Edward Kennedy Ellington,
cada vez que la Duke Ellington Orchestra emprendía su gira anual
por el planeta
Paul tiene también ahora todo el tiempo en sus
manos el cetro de su abuelo, el célebre compositor Edward Kennedy
Ellington, que el mundo conoce como Duke Ellington, pero que conoce a medias,
como deja ver en entrevista Paul, quien con un pie en el avión antes
de viajar a México, donde se presentará el martes 11 de mayo
en la ciudad de Toluca, el 13 en Monterrey y el sábado 15 en El
Lunario, foro adjunto al Auditorio Nacional, tomó en su mano izquierda,
la del lado del pie que tiene en el avión, el aparato telefónico
y concedió una entrevista exclusiva para La Jornada, que
a continuación presentamos:
-Es interesante su broma, porque no se puede entender
de otra manera, con la que usted anuncia el sentido de su trabajo en el
Duke Ellington Estate, lo cito: ''Para hacer saber a la gente que Duke
Ellington fue un compositor, y no un trompetista".
-Por supuesto, es una metáfora. La utilizo para
asegurarme que las generaciones jóvenes sepan quién creó
el concepto y forma del jazz moderno y utilizo esa metáfora porque
mucha gente tiende a olvidar la dimensión de Duke Ellington como
creador y tienden a considerarlo, en cambio, como un instrumentista más,
un simple intérprete, un ejecutante y no el autor de más
de 2 mil 500 partituras y el que rompió el orden establecido en
su momento para fundar uno nuevo.
-¿Eso significa que usted quiere advertirnos entonces
que el mundo no sabe quién es Duke Ellington?
-Así es. Al menos no el número suficiente
de personas lo saben.
-¿No
es muy temprano como para que el mundo sepa que Duke Ellington es tan trascendental
como lo fueron Bach, o Mozart, o Beethoven, o Wagner? ¿No necesita
la gente un poco más de perspectiva histórica?
-No. En Estados Unidos sí lo consideran como el
más grande compositor de toda la historia de nuestro país.
Habrá quienes relativicen y lo pongan en el mismo nivel que Dizzy
Gillespie o Miles Davis o algunos de esos cuates.
''Me parece que usted sí está en lo correcto,
porque a Duke Ellington debe ubicársele al lado de Bach, Mozart,
Bee-thoven y Wagner, esa es su categoría, porque es un gran compositor
antes que nada.''
-Sin embargo no se le ha otorgado aún tal categoría
-Lo sé, hay muchos que se resisten a otorgarle
tal categoría, quizá estén sopesando, cavilando, preguntándose
si la obra de Duke Ellington está a la altura de la de otro compositor
clásico.
Dimensión clásica
-¿Y qué deberíamos darle como argumento
convincente a los indecisos?
-Me parece que lo que la gente necesita es que se le insista,
una y otra vez, que Duke Ellington es un compositor de trascendencia clásica.
Lo que necesitan es juntar lo que intuyen con lo que saben.
''Porque no hay duda para la mayoría de las personas:
se trata de un gran hombre, eso lo saben, es un consenso abrumador, pero
todavía no saben cuán grande.
-¿Será porque la difusión de su obra
se ha limitado a los canales comerciales y a los grandes éxitos
del tipo Take the A Train y Sofisticated Lady, y en cambio se ha quedado
en la oscuridad la música más luminosa de Ellington, la que
lo eleva a la categoría de Mozart, sus suites orquestales por ejemplo?
¿Se ocupa usted, como director de la Orquesta de Duke Ellington,
de llenar esas lagunas que parecen en realidad océanos?
-Sí, aunque debo reconocer que necesito todavía
mayor concentración en esta área de las partituras más
complejas de Duke Ellington.
''Por lo pronto, he emprendido una ampliación de
la página Ellington en la red de redes para que por la vía
cibernética la gente se entere de la existencia de toda esta música
que usted describe y que, debo admitir también, todavía no
es lo suficientemente conocida.
''Cierto, muchas personas no saben que Duke Ellington
no se limitó a escribir jazz y deben saber que es autor de mucho
material de índole de concierto, como las suites orquestales que
usted menciona y un buen número de partituras extensas.
''Eso, estoy de acuerdo, lo aparta del común de
los compositores de jazz, lo eleva a su categoría real, a su dimensión
clásica.''
-Y como director de la orquesta de su abuelo, ¿cómo
aprendió el oficio? O acaso, ¿simplemente lo heredó?
-Mi trabajo consiste en garantizar que la banda suene
con su sonido primigenio y eso fue lo que hizo fundamentalmente mi abuelo
cuando él dirigía esta misma orquesta: asegurarse de que
sus músicos ejecutaran su música a la manera como él
la había escrito, que sonara exactamente como él la concibió.
Y eso es en lo que me concentro.
''Mi método consiste en escuchar una y otra vez
las grabaciones originales que realizó mi abuelo entre 1926 y 1974
cuando murió. Esta práctica la inicié hace unos siete
años. Cuando cumplí 18, pero en realidad esa música
la conozco desde la edad de cinco o seis años, es decir desde que
tengo uso de razón. Es una música digamos natural para mí,
pero a estudiarla, analizarla, trabajarla, empecé a hacerlo hasta
cuando cumplí 18 años, de eso hará ocho años
en noviembre.
Correr la voz
-¿Trabaja entonces con las mismas partituras de
su padre, es decir las que suelen incluir las indicaciones añadidas
a lápiz por el autor en las sesiones de trabajo?
-No, por desgracia, porque esas partituras están
en su mayoría en el Museo Smithsoniano, en Washington, yo solamente
tengo copias.
-¿Existe una manera ''correcta" de interpretar
la música de Duke Ellington?
-De las piezas en general, sí, de los solos,
las partes individuales, no.
''Los solos nunca deben ejecutarse igual, sería
como quitarles algo de sí mismos a los músicos en turno.
Desde luego que conservamos la atmósfera, la usanza, los recursos
de la época y las indicaciones que escribió mi abuelo en
las partituras respecto de los solos, pero siguen siendo el espacio
natural de los músicos en turno.
''Hay solos que llevan nombres inclusive, que es
la de los instrumentistas originales para quienes mi abuelo escribió
las partituras originales, pero eso es parte de la tradición solamente.''
-¿Qué tan diferente es la banda que usted
dirige de la que dirigió su abuelo?
-Es diferente en el sentido de que en la época
de mi abuelo los músicos tenían una conciencia de los maravillosos
seres humanos que son los músicos.
''Hoy día eso se ha perdido: los músicos
de nuestra época ya no saben cuán maravillosos seres humanos
son los músicos. Es evidente que los músicos actuales tienen
una preparación técnica superior a los de décadas
anteriores, que poseen escolaridades superiores, sin embargo hoy no podemos
decir lo mismo de cuando en los años 20 hasta los años 50
la Orquesta de Duke Ellington era la mejor del mundo.''
-¿Los músicos de nuevo ingreso en esa orquesta
son seleccionados mediante rigurosa audición, o bien siguen el método
Ellington de la tradición jazzística?
-Cada lunes y jueves los músicos reunidos haciendo
música en el club Birdland, en Nueva York, corren la voz: hey, man,
tienes que oír a este músico, es realmente grandioso, y de
esa manera se conforman bandas para grabar discos y de ese modo surgen
nuevos músicos de jazz a la notoriedad, a la popularidad.
''Cuando tenemos alguna vacante, por lo general funciona
ese mismo mecanismo y surge del interior, es decir que generalmente los
propios miembros de la banda seleccionan a los mejores candidatos.''
-¿Cómo es eso de ser el nieto de Duke Ellington?
-Es algo muy interesante. Por ejemplo puedes convertirte
en el mejor experto en esa música, porque la estudio realmente duro.
Pero no me quejo, no es duro ser el nieto de Duke Ellington, me gusta serlo,
lo disfruto.
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