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México D.F. Lunes 10 de mayo de 2004
La odisea americana reúne un centenar
de obras
Muestra en Madrid revalora movimientos artísticos
del siglo XX
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 9 de mayo. Después de la Segunda
Guerra Mundial la llamada ''capital del arte'' se trasladó de París
a Nueva York, donde florecieron los movimientos artísticos de vanguardia
de la última mitad del siglo XX, en los que se rehuyó de
''las ideologías'' para privilegiar experiencias y visiones individuales
de los creadores. En el Círculo de Bellas Artes de Madrid se expone
La odisea americana, una emblemática selección de
los artistas y cuadros que surgieron en Estados Unidos de 1945 a 1980,
que dejaron como el legado el expresionismo abstracto, el pop art y neo-dadá,
assemblage, abstracción pospictórica y entornos (environments),
así como el nuevo realismo y el minimalismo.
El
final de la guerra provocó la migración de centenares de
artistas, muchos de los cuales encontraron en Estados Unidos el espacio
necesario para seguir creando y debatiendo sobre el curso del arte y de
los efectos en éste del enfrentamiento bélico, pero también
de la división ideológica que se había heredado y
que había marcado los movimientos artísticos de las décadas
de 1920 y 1930.
La odisea americana, que permanecerá hasta
el día 30, reúne más de un centenar de obras de más
de 60 colecciones públicas y privadas de Estados Unidos, Bélgica,
Alemania, Suiza e Italia, con ''el objetivo de mostrar una panorámica
inédita, amplia, profunda y razonada, sobre los principales movimientos
de arte estadunidense desde los años cuarenta hasta la década
de los ochenta''.
En palabras de Antón Patiño, vicepresidente
del Círculo de Bellas Artes, es ''una muestra oceánica que
nos trae a los grandes maestros del arte norteamericano que han influido
durante años en los creadores''. Entre los artistas expuestos destacan
Carl Andre, Richard Anuskiewicz, Alan D'Arcangelo, William Baziotes, Roberte
Bechtle, Charles Bell, Tom Blackwell, Norman Bluhm, Hans Breder, Fritz
Bultman, José Guerrero, Ana Mendieta, Carol Ross, Andy Warhol, Esteban
Vicente y Robert Morris, entre otros.
Stephen Foster, comisario de la exposición, explicó
que en este periodo se rexaminan los movimientos artísticos como
una serie de intercambios que expresaban "la crisis del modernismo". Por
lo que Foster sostuvo que "con la amenaza del fracaso de los paradigmas
modernistas clásicos, se produjo un vacío en la autoridad
artística, crítica y teórica que suscitó una
competición por el poder entre lo que podría ser descrito
como las "ubicaciones" capitales del mundo del arte."
El comisario insistió en que el final de la guerra
fue crucial para el surgimiento de estos movimientos artísticos,
una vez que "las ideologías que atrajeron a los intelectuales durante
las décadas de 1920 y 1930 habían demostrado ser esquemas
que no explicaban el comportamiento humano y un gran número de intelectuales
se negaron a aceptar cualquier fórmula prestablecida, ya fuera marxista,
nacionalista, freudiana u utópica. Los expresionistas abstractos
comenzaron a confiar en sus propias experiencias y visiones que transmitieron
al lienzo del modo más directo que conocían. Rehusaron poner
límites al contenido emocional de su pintura y aceptaron la ambigüedad
y la irracionalidad como factores inherentes a la naturaleza humana".
Las obras de Una odisea americana, vistas convencionalmente
como ejemplos de "ismos", movimientos o tendencias en la evolución
de las artes, se perciben mejor, según Foster, "como campos, posiciones
o emplazamientos desde los cuales se debaten, promocionan o critican los
relativos méritos o deméritos de culturas específicas
(o las que son representadas como culturas). Por lo que esta exposición
intenta recrear un paisaje histórico (o una porción suficiente
de él), un campo de batalla o teatro si se quiere, compuesto de
una serie de emplazamientos artísticos comprometidos a conformar
y asegurar conceptos primordiales de cultura. Aquí lo que más
interesa es la variedad de estructuras cognitivas y esquemas de imaginación
formulados por individuos o grupos formados sin excesivo rigor, para competir
en esta esfera y en los mitos culturales y ficciones culturales (propias
o de otros) que los impulsó a una visibilidad cultural y explicó
su repercusión histórica."
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