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PINA BAUSH FASCINO AL PUBLICO EN EL ESTRENO DE COREOGRFIA

Wuppertal, Alemania, 9 de mayo. La ovación que recibió fue interminable. Pina Baush, la genial coreógrafa, volvió a entusiasmar en el estreno de una nueva obra, aún sin título, ofrecida en el Schaupielhaus, el Teatro Municipal de Wuppertal. Ya se ha convertido en tradición que Pina Bausch no ponga título a sus creaciones, pues el año pasado sucedió lo mismo. Es su forma de expresar que la obra no está terminada, sigue trabajando en ella, nada es definitivo. Esta vez aprovecha las vivencias que tuvo su compañía en una gira realizada a Japón, en noviembre pasado, para la nueva coreografía. La cultura nipona ha dejado su huella, sobre todo en la música de la pieza, compuesta por obras de varios compositores japoneses como Shoukichi Kina, Aki Takase, Rom-chiaki, pero también con aportes del argentino Gustavo Santaolalla o la estadunidense Norah Jones. Pina Bausch ofrece una nueva etapa en el rescate de los movimientos naturales del ser humano y esta vez el nudo central está en el mundo marino. Los bailarines se mueven como peces en el agua. Los amplios vestidos que llegan hasta el suelo y el cabello abierto subrayan los movimientos ondulantes de la vida marina, lo mismo que las ballenas imaginarias que ofrece Peter Papst en su escenografía. Son unos 50 cuadros intercalados con la recitación de textos, entre otros, de Bertolt Brecht, Georg Buehner y José Samarago.