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México D.F. Viernes 25 de junio de 2004
Gabriela Rodríguez
Lesbos
Los oscuros momentos que nos embisten invitan a analizar en qué medida el paradigma femenino, que se refleja con toda claridad en el lesbianismo, ha contribuido a la construcción de una cultura pacifista universal, a la exaltación de la subjetividad y a la lucha por la igualdad en el sentido más corporal del término.
Una de las estrellas más luminosas en el espacio de la lírica griega arcaica, Safo de Lesbos, subvertía a los cantores masculinos desde el 590 aC: De ella ver quisiera su andar amable/ Y la clara luz de su rostro antes/ Que a los carros lidios o a mil guerreros/ Llenos de armas...
Los versos sáficos y el cultivo de la lírica en sectores femeninos transgredió la estructura griega patriarcal y bélica que descalificó a la mujer para actividades que no fueran las de madre de familia y administradora del hogar. ƑHay alguien con quien hables menos que con tu esposa?, llegó a preguntar Sócrates en alguna ocasión.
El radicalismo de Safo se expresó al subestimar el quehacer político: no se ocupó de la exterioridad, sino del mundo subjetivo. Restó importancia a la guerra y a los héroes de la vida pública, dejó de lado el mundo rudo para oponerle la exploración de un espacio íntimo, sensible y pasional, la exaltación de la subjetividad y del culto a Afrodita, diosa del amor, de la belleza, de las delicias, colores, caricias, olores e imágenes, esa aureola que envuelve los sentimientos.
La expresión artística y revolucionaria de la libertad femenina en Lesbos se explica por la influencia de diversas culturas en esa isla de tránsito y por la madurez del gobierno de Pitaco de Mitilene, quien nunca persiguió a las asociaciones femeninas, probablemente porque evitaban el tema político.
La irrupción del lesbianismo en México comenzó con la conferencia mundial del Año Internacional de la Mujer, celebrada en 1975. La demanda para cesar la marginación de las lesbianas y permitirles manifestar sus preferencias sexuales, que hiciera una estudiante australiana partícipe de la reunión, desató un escándalo en la prensa nacional y en la televisión. Fue entonces cuando la actriz y también poetisa (como Safo) Nancy Cárdenas, quien se identificara militante de izquierda, lesbiana y feminista, demostró que el lesbianismo no era una extravagancia importada, sino que las resistencias a su abierta expresión se debían a la falta de garantías a personas homosexuales en las leyes mexicanas.
Desde su inicio el movimiento de lesbianas y homosexuales en México se caracterizó por su discurso feminista y su posición socialista. Su principal demanda, "Por un socialismo sin sexismo", expresa su intrínseca relación con la política que se mostró en su activa participación en el movimiento estudiantil del 68, en el apoyo a la candidatura de Rosario Ibarra, en 1981, y en el discurso de inspiración troskista que explicaba el rechazo a la homosexualidad y la sujeción de las mujeres a la institución familiar como estrategias para la reproducción del capital. El discurso nos remite a la actual disputa que se enfrenta en las reuniones de Naciones Unidas, donde los estados partes hacen un balance de los compromisos internacionales que garantizan las libertades sexuales y los derechos de las mujeres. Las posiciones del gobierno estadunidense y del Vaticano buscan dar marcha atrás a los compromisos vinculatorios y promover la "familia natural", el matrimonio perpetuo, la fecundidad y el trabajo doméstico de la mujer, así como el abierto rechazo al divorcio y a la homosexualidad como medios para invertir en el capital humano, es decir, en los hijos, quienes quedan reducidos a la "mercancía" que reproducen las familias.
Lejos de obedecer los mandatos signados por México, desde el DIF nacional y la fundación Vamos México se han arrebatado amplios recursos a los programas de beneficencia para apoyar campañas partidistas y proyectos para formar cuadros políticos de derecha, editar guías de padres que promueven la ignorancia, abrir centros provida que se oponen a los derechos de las mujeres y elaborar iniciativas retardatarias.
La Ley de los Derechos de la Familia, presentada en mayo pasado ante el Congreso de Guadalajara por la diputada panista Cecilia Carreón, es copia literal de la Carta de derechos de la familia, de la Santa Sede. Por fortuna este enfoque no ha llegado a influenciar el nuevo currículum de las secundarias. Desde 1998 se incluyeron los derechos sexuales como parte de los derechos humanos en la asignatura de formación cívica y ética y en el libro para las maestras de educación básica se habló por primera vez de la homosexualidad como preferencia y derecho a elegir Tal como ocurrió con la asignatura de historia, se propuso reducir la de formación cívica y ética a un solo año escolar, pero ahora esperamos que en vez de excluir a algún grupo, como se hizo con los indígenas, se tome la reforma como una oportunidad para hablar a los adolescentes, a quienes están en pleno proceso de confirmación de su identidad sexual, sobre la diversidad de familias, las preferencias sexuales y la importancia del movimiento LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual/Travesti/Trans-género) en la construcción de sus derechos sexuales.
Hombres gays y heterosexuales amorosos, feministas, amas de casa, jóvenes, librepensadores y artistas de la calidad de Horacio Franco y Eugenia León, entre muchos de los beneficiarios del movimiento lésbico, participarán mañana sábado en la 26 Marcha del Orgullo LGBT de la ciudad de México. Con el lema "Somos iguales porque somos diferentes", toma nuevamente lugar central la histórica oposición del socialismo entre "libertad e igualdad". Con la frente en alto se denunciará también el velo opresivo que oculta los rostros de las mujeres musulmanas, símbolo del rechazo a la ocupación de Irak y a la americanización mundial disfrazada de globalización, que no alcanza un diálogo entre civilizaciones.
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