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México D.F. Viernes 25 de junio de 2004

Fahrenheit 11/9, punta de lanza para vencer a Bush

En inusitado estreno, la cinta de Michael Moore desnuda los motivos de la invasión a Irak

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 24 de junio. Este viernes se estrena en todo Estados Unidos la película documental Fahrenheit 11/9, de Michael Moore, y con la cinta arranca una serie de campañas para promover el voto contra el presidente George W. Bush.

Será el mayor estreno de un documental en la historia estadunidense, ya que se exhibirá en más de 900 salas de cine del país. La película provocó gran expectación desde que la empresa Disney le regaló a Moore más publicidad de lo que el cineasta pudo imaginar, al intentar detener su distribución. El filme ganó poco después la Palma de Oro en Cannes, con una ovación sin precedente de 20 minutos, hecho que ahora se emplea en la campaña publicitaria.

Los grandes medios nacionales dedicaron numerosas notas a Moore y su película meses antes del estreno. En los días recientes, además de decenas de reseñas, las exhibiciones preliminares de la cinta se han cubierto no sólo en las secciones de espectáculos, sino en las políticas. Moore ha acudido a todas partes para ser entre- vistado: televisión, noticieros, revistas y radio.

En presentaciones especiales antes de la exhibición al público en Hollywood y Nueva York, la película recibió atención sin precedente para un documental, con elogios de figuras de la cultura, el espectáculo y la política, entre ellos Madonna, Leonardo DiCaprio, Jodie Foster, Martin Sheen, Meg Ryan, Diane Lane y más. El filme tuvo una presentación especial, anoche, en Washington, donde estuvieron, además de Moore, el líder del Partido Demócrata, Terry McAuliffe;

el líder de la minoría demócrata del Senado, Tom Daschle; el ex asesor del ex presidente Bill Clinton, Paul Begala, además de varios legisladores (casi todos demócratas) y asesores políticos.

La cinta fue mostrada en diez ciudades (Nueva York, Miami, Chicago, Seattle, entre otras) en exhibiciones especiales de beneficencia para organizaciones antibélicas y de defensa de los derechos humanos. Las ganancias fueron entregadas a la Agrupación de Familiares de Víctimas del 11 de septiembre por la Paz, organizaciones de familiares de militares contra la guerra, la Unión Americana de Libertades Civiles y Veteranos por la Paz, entre otros.

Moore no ha ocultado los motivos para presentar esta película: promover el voto contra Bush. La cinta condena la invasión de Irak y provoca preguntas sobre la relación íntima entre las familias Bush y Bin Laden.

También muestra el impacto de la guerra en las familias de soldados e incluye imágenes brutales del conflicto.

Pero tiene una intención mas allá del documental tradicional: ofrecer varias ópticas para investigar un tema con un claro y explícito mensaje: Bush, presidente ilegítimo, llevó a su país a una guerra mediante mentiras y engaños, por intereses particulares de su familia y su pequeño círculo político.

El resultado, tanto por las brillantes maniobras de relaciones públicas de Moore como por el contenido de la obra, se perfila que por primera vez una película tenga un impacto directo sobre una elección nacional estadunidense.

"No puede hay precedente de esto en una campaña presidencial", comentó la politologa Frances Lee, profesora de la Universidad Case Western Reserve, en entrevista con el Washington Post. "Hay un entusiasmo intenso, grupos organizados comprando boletos con fervor proselitista; la sensación de que uno está por ver algo que el empresariado estadunidense deseaba sofocar", agregó.

Eso es lo que esperan decenas de organizaciones que han decidido utilizar la película para promover el voto contra Bush por todo el país.

Agrupaciones como Move.org, la coalición nacional United for Peace and Justice (que organizó las más grandes manifestaciones contra la guerra en Irak), Code Pink, Global Exchange y otras estarán fuera de los cines distribuyendo boletines de información. Al mismo tiempo, piden a sus simpatizantes ofrecer al público que salga de ver la película formas de registro del votante, como parte de un "esfuerzo nacional de empadronamiento".

También promoverán una campaña contra la empresa Halliburton por su enriquecimiento con los contratos de la guerra y su vínculo con el vicepresidente, Dick Cheney, e invitarán a los estadunidenses a participar en las protestas masivas contra la convención del Partido Republicano, que se realizará en Nueva York, en agosto.

Otros grupos promueven la realización de fiestas de Fahrenheit 11/9 en casas particulares, para promover el voto contra Bush y generar más atención sobre la película.

Moore ha denunciando una serie de intentos para evitar que la gente vea su película, empezando por la decisión de Disney cuando tuvo los derechos.

Poco después se vendieron los derechos a otras dos empresas (Lion's Gate y IFC Films), que ofrecieron distribuir la obra. Pero Moore dice que ahora hay un grupo derechista, respaldado con fondos del Partido Republicano, que presiona e intimida a los dueños de salas de cine para que no muestren "la película horrible y antiamericana de Michael Moore".

Además, la agencia que determina la clasificación de la película impuso a ésta la calificación R (restringida, con lo cual los menores de 17 años requieren ser acompañados de sus padres o tutores mayores), con el argumento de que hay escenas de violencia y lenguaje extremos.

Moore y otras figuras prominentes han denunciado que lo anterior es otro esfuerzo para limitar el público que desee ver la obra. El director ha escrito que la cinta muestra escenas de la guerra no "purificadas", pero que ese es el punto: "ver la realidad".

Sobre dicha agencia, Moore ha escrito: "me gustaría pensar que está diciendo que las acciones del gobierno de Bush son tan abominables y asquerosas que necesitamos proteger a nuestros niños de ver lo que han hecho. Pero, en ese caso, la película debería haber recibido una clasificación NC-17 (sólo para adultos)".

Moore asegura que los menores encontrarán la manera de ver la película y que "si el gobierno cree que está bien enviar a adolescentes un poco mayores a morir en Irak, yo pienso que por lo menos ustedes deberían ser autorizados a ver para qué los van a reclutar en un par de años".

Por su parte, la Casa Blanca intenta no decir nada, pensando que cualquier declaración sólo ofrecería mayor publicidad para la película. Voceros de la presidencia se han limitado a responder que es "atrozmente falsa".

Pero Moore dijo al Washington Post que esa estrategia fracasará: "la Casa Blanca nada puede hacer ahora. No podrán ignorarla porque habrá demasiada conversación sobre esto".

Algunos líderes demócratas están algo renuentes, ya que la película también los critica, por haber permitido esta guerra.

Por otro lado, los estrategas del candidato presidencial demócrata, John Kerry, buscan evitar ser vinculados a la película.

Pero no hay duda -con la presencia del líder del Partido Demócrata Nacional en la exhibición de la película en Washington anoche- de que los estrategas electorales demócratas están más que contentos por todo el ruido que ha hecho el filme.

Este novedoso esfuerzo podría tener un impacto real sobre la dinámica electoral, pero también tiene limitaciones, ya que se espera que gran porcentaje de quienes verán la cinta serán personas ya convencidas de los argumentos contra Bush.

Algunos de los mejores críticos de cine del país, la mayoría de los cuales han elogiado esta cinta como la mejor de Moore, señalan que, a fin de cuentas, sólo logrará convencer a los ya convencidos.

David Denby, uno de los críticos de cine más inteligentes, escribió en The New Yorker que Moore intenta ofrecer una explicación coherente de todo lo que ha ocurrido, pero no logra hacerlo del todo, descartando otras posibilidades, incluyendo la de que en algunos momentos el gobierno de Bush simplemente no sabía qué estaba haciendo.

Denby señala que Moore tampoco aborda la posibilidad detestable de que Bush ha "hecho una evaluación sagaz de la falta de virtud y curiosidad del público estadunidense", y por eso logra mantener su poder y apoyo. El crítico concluye que Moore "ha llegado a ser un entretenedor sensacional de los ya convencidos, pero su problema duradero es que, como artista político, nunca ha sabido como cambiar la política de nadie".

Moore responde con la aceptación, en parte, de que esta obra tal vez no llegará a todos los sectores del público estadunidense, pero que si logra por lo menos despertar a quienes han estado "dormidos" o automarginados por su cinismo o enajenación, se concretaría una diferencia en los resultados de esta coyuntura electoral. Pero no hay duda de que hoy el estreno de una película será un evento político nacional.

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